martes, 8 de mayo de 2007

Esperanza


Esperanza. Me llena la esperanza. La noto crecer fuerte y sana en mi interior. Se alimenta de ti y de mí. De nuestros latidos, de nuestras risas. Como una cría golosa, engulle chocolate de risas y mermelada de bromas. Como una hija buena, se alimenta de cucharadas de miradas y taquitos de conversación. Como descendiente revoltosa, me esconde regaliz de besos y nubecitas de suspiros.

La cuido y la mimo para que crezca con salud, con la fuerza de un roble. Le dosifico los besos azucarados, y los dulces de tus manos. Comparto con ella la sopita de tus caricias y el corderito tierno de tu cuerpo. Exprimo cada mañana nuestras palabras y le doy un zumo de felicidad diario. Me dejo engañar para que se lleve, bajo la blusa, galletas de caricias compartidas, rellenas de sueños e ilusiones.

Nada le puedo negar. Porque me mira juguetona y me dice que tú estás ahí. Que está decorando nuestro rincón. Ya me explica los huecos que va organizando. Aquí tus manos, allí mis labios. En esta esquina los recuerdos de las primeras veces de todo. En la balda de arriba la enciclopedia de las palabras que nos pisamos justo antes de reír. En la central, las fotos de nuestras yemas rozándose, de nuestras manos jugando. Frente a ella hay un sofá para nuestras tardes de palomitas. Y frente a ella la videoteca de nuestros mejores momentos, los épicos, los románticos, los de risa, los inconfesables, todos nuestros. A la derecha, la torre de CDS con nuestras canciones y nuestras palabras, las dichas, las que diremos, las que nos devuelven cada día la emoción del primero.

En el cesto del suelo, nuestros sonrojos, nuestros tímidos silencios y los borbotones sin sentido, fruto de los nervios de nuestra proximidad. En el revistero las noticias importantes que pueblan los pequeños y grandes momentos. Ella va dando forma a ese huequito que pronto se convertirá en nuestra total y completa realidad. En ese mundo que nos tiene preparado.

Siento que hoy soy la hija predilecta de esperanza. Ella es mi madre y mentora, en estas mañanas de primavera. Ella es mi hija, mi adolescente, mi apuesta de futuro. Ella será nuestra realidad. Ella es la madre que me guía y me alienta. Es la amiga que a ti me lleva. Ella es promesa.

Tú eres realidad.

4 comentarios:

Nethan dijo...

Sigue escribiendo, por favor.

Olga dijo...

Eso hago. No puedo dejar de hacerlo. Es parte de mi. Es mi forma de dibujar, de trasmitir, de salir de mi y de dejar entrar.
Gracias.

Nethan dijo...

Gracias a ti, pero solo un pequeño "apunte": que digo yo que seguro que esbribes, pero !publícalo, por fa!, que hace día que no repones aquí los refrescos que sono tus escritos.
un kis.

Anónimo dijo...

que cosa mas bonita!!!!