miércoles, 28 de diciembre de 2011

CONSERVAR LA INOCENCIA

Hoy en el santoral, se recuerda a un montón de críos. Aquellos que murieron porque el político de turno intentaba cortar de raiz el problema de un tal Jesús en el futuro. Como se ha visto, falló.

Hoy, por tanto, es el día de mucha gente. De todos los que conservan, aún siendo talluditos, un poco de la inocencia de la infancia. Por pequeña que sea esa porción.

Hoy es mi santo también. Me incluyo, me resisto a que me excluyan, a autoexcluirme o que me expulsen tras robarme toda la inocencia. Y eso que ya estoy muy maleada.

Quiero ser inocente y creer un poco en el hombre.
Quiero creer que podemos cambiar las cosas.

Soy inocente para creer que podemos mejorar.
Soy inocente como para imaginar un mundo mejor.

Inocente como para creer que, con la que está cayendo y los periódicos a reventar de malas noticias, asesinatos, robos, crisis, eres y demás, ningún tiempo pasado fue mejor.

Quiero ser inocente y luchar por acercarme a todos con una sonrisa, brindar mi apoyo, mi cariño, mi escucha. 

Quiero conservar inocencia suficiente para poder trastear con un niño y que no piense que soy un vejestorio.Quiero conservar la creencia en las hadas, los ángeles, el ratoncito Pérez, los Reyes Magos y los extraterrestres simpaticones.

Soy inocente, por lo menos un poco. Para poder afrontar tanta dureza, dolor, esfuerzo, sinsabores, descreimientos, desidias y desigualdades.

Quiero ser un poco inocente y creer a pies juntillas que puedo aportar algo para mejorar el mundo que me rodea.

lunes, 26 de diciembre de 2011

MUDANZAS VARIAS


La verdad es que una mudanza es una bonita forma de complicarse la vida. Tras unos lustros en un domicilio, independientemente de la cantidad de metros útiles de que disponga, descubres tu gran capacidad para rellenar todos los huequitos posibles. 


¡Por Dios! ¿De dónde salen tantas cosas? Yo creo que procrean cuando yo no estoy en casa. Otra explicación es imposible. Si hay cosas que ni sabía que teníamos. ¿A ver si es que nos las prestaron y no las devolví? No, no, que yo soy muy cumplida.

El caso es que, hasta que encuentren el sitio a ellas destinado en la nueva casa, tienes que sortear montoncitos de resistencia. Cajas, bolsas que se colocan de manera artística o estratégica en tu camino. Y no se cuánto tardaré en volver a localizar ciertas cosas que ya están en la nueva casa (o eso espero).
No se cómo lo hacemos, pero en las mudanzas siempre desaparece algo. Al menos en las que yo he podido participar. Unas fotos, una camiseta, calcetines, algún documento, etc. Cosas de las que nunca más se supo. Aunque jures y perjures que si que lo guardaste en una caja que vino al nuevo lugar.
Algunas veces, pasa igual con las amistades. No sabes muy bien el motivo, pero te mudas y desaparecen. La distancia se vuelve insalvable. Es como si dejaras lo lazos en el viejo domicilio.

Claro que también aparecen nuevas cosas. Nuevas amistades, nuevas calles por recorrer, tiendas que descubrir, bares que probar. Caminas y descubres que tu vida se ha poblado de aromas nuevos, de sutiles cambios según la hora. No sólo cambian los grados que te acompañan (en mi caso si, que me subí a la sierra), cambia hasta tu manera de percibirlos. 

Un cambio importante, pero positivo y necesario.


domingo, 11 de diciembre de 2011

LA BUENA EDUCACIÓN

Últimamente no me inspira entrar en la zona participativa de las noticias. Lees una noticia, del tipo que sea, te vas a las opiniones y dos merecen la pena. El resto son bravatas, tonterías, insultos, alucinaciones verbales y similares. Obviamente todo con nombres raros, ridículos o sencillamente anónimos. ¿Ya no sabemos hablar de manera coherente?¿Nada bueno que aportar? De todos es conocido el "Si no puedes decir nada bueno, cállate". Una pena que no se ejerza con más frecuencia. Eso tan bueno que tenía la red, la libertad, la posibilidad de exponer tu opinión, de dialogar, compartir, se queda en insultos y estupideces. Será que no damos para más. Amparados en el anonimato dejamos libre ese yo profundo que tenemos encerrado. Y nos dedicamos a insultar, amenazar, a lanzar ideas delirantes sin base y crucificamos al que no comulga con nosotros. El anonimato, ese que ayuda a lidiar con dictaduras, con secretos que nos amenazan, que pueden ayudar a sociedades secuestradas caminar hacia la libertad, también ampara lo peor. ¿Cómo encontrar el equilibrio? ¿Cómo mantener esa ayuda y limitar la demencia? Es importante establecer este equilibrio. Luchar por ese estupendo potencial.  A diario comparto la red con personas que me aportan mucho, como persona, como mujer, como profesional sanitario. Me gusta. Soy una persona curiosa, me gusta conocer gente, charlar, reír. Pero casi he perdido las ganas de opinar sobre las noticias, entrar en los foros que no son los habituales, porque lo que leo destroza la noticia. Destruye la conversación y la participación. Realmente te desanimas. Y eso no es bueno.

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿DE QUÉ PREOCUPARNOS?

Ya pasaron las elecciones. Ya somos todos pitufos azules y amigos de las gaviotas. No hay de qué preocuparse, nada que temer.
Desde hace años y cada vez con más frecuencia he podido escuchar voces que dicen, que decían, que ya no hacía falta hacerse visible a diestro y siniestro, que la igualdad era algo real, que si la lucha era cosa del pasado. No se si os encontráis en ese grupo.
No se muy bien de dónde se sacaron esa extraña idea. Supongo que son personas afortunadas, que tienen un ambiente familiar, laboral, de barrio, de amigos, excelente. Donde nadie le hace nada que no hiciera con cualquier otro. Personas que no quieren viajar más allá de su pueblo. Y que les importa poco la vida de adolescentes, hombres y mujeres de todo el planeta.
Pero si das un paso más allá de tu estupendo mundo, las cosas ya lucen de otra manera. O te has casado, o resulta que ahora si que te planteas formalizar tu relación ante las autoridades. O puede que te estés planteando aumentar la familia, o cambiar de trabajo, o de barrio, o de parroquia.
Hay tantas cosas por hacer. Hay tantos pasos hacia atrás en tantos lugares del planeta, que no entiendo esa actitud.
He viajado a Casablanca el fin de semana. Y todo el mundo me decía que tuviéramos cuidado con manifestaciones públicas de amor. Iba a viajar a EEUU y te planteas muy seriamente la consecuencia de poner en el papelito de acceso al país que estás casada con otra mujer. Te preguntas si en un trabajo distinto, con otros jefes, con otros compañeros, podrás hablar libremente de tu mujer.
¿Seguiré casada dentro de cuatro años, cuando finalice este primer mandato del PP?¿Podré seguir optando a la adopción? Si aumentamos la familia ¿Tendremos problemas al buscar el mejor colegio?
La verdad es que tengo cada vez más incertidumbres sobre la cabeza. Veo muchas ganas de dar pasos hacia atrás. Escucho muchas palabras sobre mis derechos y que hay que quitármelos.
Espero que se caigan esas absurdas vendas, que sólo son excusas para no afrontar la verdadera realidad. Aquella que nos obliga a luchar día a día, por esa igualdad y ese respeto que todavía no tenemos.  Porque mientras una sola persona sufra por su orientación sexual, habrá guerra que dar.



sábado, 29 de octubre de 2011

NO ES HORA DE ENCOGERSE. SACANDO PECHO.

Ir al médico no es el planazo que te gusta tener. Ir con tu madre, menos todavía. Pero cuando es tu aniversario de boda, estás en la cama con catarro y tu madre viene a verte, no esperas pensar que te habría gustado estar con ella en el médico. Porque ella fue al médico y tú no estabas. Y a ella le dijeron que lo de la cara era cáncer y tú no estabas. 
Porque el día de tu aniversario, tu madre rompe a llorar. Porque no entendió el diagnóstico, pero si la palabra.
Así que hay que sacar pecho, encontrar quien te diga exactamente qué le dijeron. Ponerte las pilas y averiguar de qué se trata. Reunirte con tu madre y explicarle que no todos son igual de malos. Que hay distintos tipos de tratamiento. Que será raro que haya metástasis, que puede... Todo eso que debían haberle explicado en la consulta. Y que se olvidaron de decir.
Los sanitarios somos algunas veces así. Como nosotros lo sabemos, se nos olvida que el otro sólo escucha una parte del mensaje: la que le colapsa. Algunas veces, somos humanos y no damos hueco a los sentimientos porque no sabemos manejarlos. Otras veces sólo es trabajo. Para algún tarado es la mejor forma de escurrir el bulto.
En la mayoría de los casos, no lo hacemos de mala fe. Pero claro, el otro no lo sabe.

miércoles, 26 de octubre de 2011

SOBREVIVIR EN COMUNIDAD

Estoy orgullosa de mi. Estoy sobreviviendo. Aunque en algunos momentos creo que no podré con el peso de la responsabilidad... y la tontería ajena.
Me ha tocado ser presidenta de esta mi comunidad. Y, como no podía ser de otra manera, ha tocado hacer obras. Entre presupuestos, técnicos que vienen cuando quieren, vecinos histéricos sin problemas en su vida que arreglar y el administrador que es para darle de comer a parte, casi me llevan la respiración.
¿Qué hice para merecer esto?
Si soy buena, no he matado a nadie, no he robado más que nadie, hago mi declaración de la renta y pago cuando me toca.
Menos mal que no llegamos a la docena de vecinos. Si llegamos a ser más... seguro que no hubieran venido a las reuniones. Porque, reconozcámoslo, ODIAMOS ir a las reuniones de vecinos. Nos escaqueamos siempre que podemos. Física o mentalmente. Que yo he hecho más de una lista de la compra en alguna entrañable reunión.
Pero ¡Ay, ay! Cuando te toca presidir. No te puedes escaquear, ni física ni mentalmente. Total, para que luego diga algún vecinito que te tocas el higo y que no haces nada por solucionar su problema. ¡No me *****!
Pero bueno, creo que lo peor ha pasado. Espero que el resto de mi "reinado" sea tranquilo.

lunes, 10 de octubre de 2011

MIEDO Y MIEDO

Miedo: Es una emoción desagradable, por una percepción real o no de peligro. Es una emoción un tanto animal o primitiva.

En la actualidad, que es lo que más conozco, nos provocan miedo unas cuantas cosas que no deberían. Por ejemplo, cuando cambiamos de trabajo, cuando vamos a una entrevista de trabajo, nuestra primera cita, cuando nos llama "a consultas" el jefe.
Convendreis conmigo que todo lo que he dicho no debería causarnos temor o miedo -salvo lo del jefe, porque algunos no son de miedo, sino de terror. Pero eso es otra historia-.

Esa sensación de desazón, incomodidad, ansiedad, nervios descontrolados, bien puede ser reflejo de lo poco que confiamos en nuestras capacidades. O resultado de una autoestima más baja de lo que debería ser.
Tememos el fracaso, tememos no gustar, tememos, tememos.
Muchas veces sufrimos por cosas que ni podemos controlar. Si no gustamos a alguien no tiene por qué ser culpa de nadie. Sencillamente no cuaja esa relación -laboral, de amistad, de pareja, etc-.

Yo soy la primera que cuando me presentan un proyecto nuevo dudo, me tiembla el pulso, pienso que no voy a poder, me preguntó que pasará si lo fastidio, etc. Y, por tanto, tengo miedo al fracaso. Y, lo reconozco, no siempre mi autoestima está al nivel del flotación.

Por eso, debemos pedir ayuda. No es cuestión de pensar que los psicólogos son los cocos. Ni los psiquiatras. Eso son zarandajas y ganas de no querer ver que nos pueden ayudar.
Claro que asistir a consulta es duro. Para superar ésto y seguir nuestro camino, primero han de ponernos un espejo delante. Y eso puede doler. Puede escocer. Pero nuestras madres nos decían al curar una herida "¿Escuece? Eso es que está curando".

Dejemos pues que nos curen estas heridas, que nos ayuden. Aunque nos escueza un poco. No podemos seguir así. Temerosos de cada paso, de cada esquina, de cada cambio. Así no podemos disfrutar de la vida, la familia, el trabajo, el tiempo libre. Nos perdemos tantas cosas.



domingo, 25 de septiembre de 2011

NUEVAS FORASTERAS EN LA CIUDAD

A estas alturas de la semana sólo una ermitaña puede desconocer que hay chicas nuevas en la oficina.

Siiii, el amor floreció bajo las hábiles palabras/guía del maestro de ceremonias de "Acorralados", Jorge Javier y la connivencia del resto de fauna televisiva. Si, por lo que se ve era algo sabido por todos y comentado por pocos. Pero es que yo soy de las que no se entera de la misa la media, hasta que no le ponen las letras de neón encima.

Nos quejábamos de lo desierto del podio de las lesbianas patrias y llegaron barriendo con todo. Con madre-suegra incluida. Sofía y Nagore pueblan los sueños húmedos de unos y unas. No serán las primeras ni las últimas que salen de un reality. Pero son las que ahora ocupan los cien programas de similar perfil.

Tras unos minutos de flores, palabras tiernas, ojitos, corazones blanditos y demás, todo volvió a su lugar. ¡A despellejarlas se ha dicho! Supongo que eso es más efectivo para la normalización que muchos programas hablando de lo normal que es que te gusten las señoras. Nada hay como que te destrocen como a los demás del reality, para darte cuenta de que ya no es noticia tu relación. O, por lo menos, cada vez es menos singular.
No es que me parezca mal ¡Vive Diossss! Me gusta que se visibilice a las lesbianas. Me parece estupendo que salgan en la hora en la que mujeres, madres, abuelas, vecinas, padres, suegros futuribles, etc ven la tele.

Lo que no me gusta nada son este tipo de programas en general. Esos que ya no necesitan ni famosos para subsistir. Se sacan los ojos entre ellos y tan felices, oye.

Lo que me parecería todavía mejor es que salgan más a la luz. Buenas, malas, guapas, feas, de cuerpazo de pecado y de lo más normalito. Con cara de "¿Qué puñetas miras?" y de las tipo angelical. Que salgan muchas, que salgan de debajo de las piedras. Para que la gente se aburra y no levante una ceja cuando vea una parejita de mujeres en plan tierno -como tan acostumbrada me tienen a mi las parejitas hetero-.

Porque todavía hay muchas que no manifiestan su amor en público por miedo. Otras a las que insultan, o pegan, o echan de un local. Lo mismito que sucede con las parejitas chico/chica... Ah, no. A ellos no les pasa. Ya se estén dando el lote en la puerta de la facultad, en el metro, en la Plaza Mayor o en la fiestas de su pueblo.

¡Animo, chicas! Poco a poco hay que hacerse con la calle, con la tele, las clases y los mercados. Aportemos todas nuestro granito de arena. No digo que vayas a la puerta del super con tu novia y os metáis mano. Pero no estaría mal dejar en evidencia los comentarios homófobos de los demás. O por lo menos, no seáis de las que dejan esas florecitas en medio de una conversación para que nadie dude de vosotras.

Así las "lapidaciones" mediáticas pasen a ser como las de todo hijo de vecino, no por salir con otra mujer. Así, la sexualidad de cualquiera deje de ser noticiable.




miércoles, 14 de septiembre de 2011

TREN DE LARGO RECORRIDO (y II)

Los apeaderos pasaban ante sus ojos, sin apenas prestarles atención. Sólo eran un fugaz presente entre Raquel y ella. Instantes que alejaban su pasado.
Marta suspiró, se encogió de hombros y estiró las piernas. Hacía semanas que la venda, que nunca estuvo muy sujeta, cayó de sus ojos. Raquel no pensaba cambiar. Tenía sólo lo que sentía que podía soportar. Y parecía decrecer por momentos. Resultó ser un quiero pero no debo. Se aferraba a unas migajas de lo que ella misma se permitió.
Y Marta ya no estaba para eso. Se cansó, se hartó, se desenamoró.
Todo había terminado. Igual que la luz del sol. El atardecer se abría paso más rápido que el tren.
Miró el móvil. Afortunadamente, no le estaba acosando con mensajes, correos o llamadas. Aunque, si era sincera, ésto también le escoció un poco. Había esperado, como algo lógico, un poco de pelea. Unas dosis de chantaje emocional. Se encogió de hombros nuevamente.
Llegó el momento de hacer limpieza de cuerpo, alma y corazón.
Poco a poco el cansancio fue haciendo mella y un leve sopor la envolvió. Cuando casi se había dormido, sintió un húmedo contacto en la pierna. Desconcertada abrió los ojos. Un simpático cachorrillo se peleaba con los cordones que colgaban de sus perneras.
Fuera, las estrellas permanecían inmóviles y las casa eran fugaces espectros. Sintió una punzada de hambre.
- Hola, chiquitín - Alzando al perro le interrogó- Y tú, ¿De dónde sales?
Miró a su alrededor y nadie parecía echar en falta al animalito.
- ¿Tienes hambre? - Lo sentó en su regazo y añadió - Porque yo si.
Rebuscando en su mochila susurró - Creo que tengo por aquí algo para ti, amiguito. Para ti y para mí.
El perro empezó a mover alegremente el rabito en cuanto Marta sacó un paquete.
- Espera, espera y verás - rompió una galleta y le dio un trocito -. Te van a encantar y me vas a pedir el paquete entero.
El animal se relamió y buscó las manos de Marta, intentando comerse la galleta que ella comía.
- ¡Eh, cuidadín! - Protestó entre risas - Que es mi mano ¿Nadie te ha dicho que no debes mordisquear la mano que te da de comer?
- ¡Eso le digo todos los días! - Le respondió una voz alegre desde el pasillo - Perdona, se me ha escapado del transportín, mientras salía a responder una llamada.
- ¡Bah! No te preocupes, es buena compañía.
Marta no pudo evitar mirar de arriba abajo a la mujer. Esta, al sentirse observada, se sonrojó y bajó la vista al cachorro y le echó los brazos. Marta se sintió fatal por haberlo hecho, pero le había salido sin darse cuenta.
La mujer extendió los brazos hacia el cachorro que saltó hacia ella y le lameteó la cara y las manos. Ambas rieron rompiendo aquel silencio eterno.
- Bueno -suspiró la desconocida-, nos volvemos a nuestro asiento. Que no queremos que el revisor se enfade -mirando directamente a los ojos de Marta, añadió - Gracias por la galleta. Para compensarte tengo empanada. Demasiada para mi sola. Incluso para los dos. Y el viaje es largo.
- ¡Oh, gracias! - Ahora fue Marta la que se sonrojó- Yo, bueno, tengo galletas oreo - y levantó la cajita a modo de justificante.
- Si, claro. Un postre estupendo - y le hizo un gesto para que los acompañara -. Pero eso no es comida.
Sin esperar respuesta, se fueron hacia el fondo del vagón.
Marta suspiró sin saber qué había pasado exactamente, ni qué hacer. Miró las galletas un segundo y se levantó.
- ¡Qué demonios!
En ese momento, sintió que el móvil vibraba en su bolsillo. Con un gesto de incomodidad miró la pantalla. Era Raquel. Se quedó mirando el móvil unos instantes.
Después, lo lanzó al fondo de la mochila. Cogió las galletas y se alejó por el pasillo, siguiendo los ruiditos del cachorro.

martes, 13 de septiembre de 2011

TREN DE LARGO RECORRIDO (I)

-¡No digas eso! - El grito quedó ahogado por el silbato del tren.
-¡Es verdad! Llámame cuando lo soluciones.
Y el tren, lentamente inició su marcha, alejándose del andén. Alejando una vida de otra. Quedando ambas heridas.
El peso de una relación encubierta, rompió los frágiles cimientos de la suya. el mundo sólo se paró un instante. Suficiente para dos besos. El primero y el último.
Principio y fin.
Marta cayó como un fardo en su asiento de ventanilla. Allí permaneció, viendo el tiempo pasar al otro lado de los cristales.
"¿Y ahora qué?" Se preguntaba. Tenía que reconocer que nunca albergó muchas esperanzas. Quizá, por eso mismo, también tenía parte de la culpa en el fiasco.
Recordaría a Raquel. La guardaría en un lugar especial. Pero estaba claro que aquel era su lugar, un lugar en su pasado.
No, no se echaría la culpa. Esta vez, no. No había conquistado su visibilidad y respeto, para arrojarlo todo al fondo de un armario y echar la llave. Sólo de pensarlo, sintió el ahogo de un lugar cerrado, como antes de liberarse, años atrás.
Al principio no le importó mucho. Ya tendría tiempo Raquel para irse abriendo, aceptando. Por lo que aceptó que no hubiera muestras de cariño en público. Tampoco compartían reuniones familiares, ni laborales. No había abrazos, ni besos más allá de la puerta de sus hogares. Sólo amigas hasta llegar a casa.
A medida que pasaron los días, Raquel le fue llevando a su terreno. Y Marta se dejó llevar. Total, sólo era cuestión de darle un poco más de tiempo.
"No es el momento." Le decía cada vez que Marta pretendía dar un pasito hacia la visibilidad. Cada vez que partía una de ellas sola hacia una celebración familiar. Se revolvió en el asiento, los recuerdos eran frustrantes.
No podía llamar al trabajo, no podía enviar SMS, nada de correos. Nada que no fuera políticamente correcto. Pero al llegar a casa... Al llegar a casa se sentía absorbida por un huracán. Parte pasión, parte liberación, parte descubrimiento. Y todo junto un intento desgarrador de compensar a Marta y compensar tanta asepsia.
De manera automática, se colocó los auriculares y jugueteó con los canales disponibles en aquel largo recorrido.
Pero, si era sincera, todo eso no fue lo peor. Hubiera terminado por ceder al juego de Raquel. Así de boba era ella.
Lo peor fue el arrepentimiento. La vergüenza que empezó a surgir en cada mirada. El sentimiento de culpa se filtró por las rendijas del armario impenetrable. O puede que siempre estuviera allí y no quiso o no pudo verlo desde el principio.
Su pequeño mundo se encogió poco a poco. La alegría de Raquel se hizo cada vez más esquiva. Igual que sus miradas. Y con eso ya no pudo.  Soportaba el silencio en el trabajo, en la familia, en la calle. Pero no entre ellas.

jueves, 1 de septiembre de 2011

PROCRASTINAR Y MÁS

Algo habitual en la vida de muchas personas es la delegación de tareas. Y yo no soy menos que nadie. Lo que viene a significar que procrastino todo lo que puedo y que no puedo evitar sentirme un poco culpable. Algunas veces más que otras.
Ahora porque es verano y hace calor. Antes porque estaba a punto de irme de vacaciones. Y, un poco más atrás, porque estábamos en lo más frío del frío invierno.
Total ¿Para qué? Pues para perder el tiempo principalmente. Para ver la televisión, empezar lecturas que no terminé o iniciar actividades para luego dejarlas colgando.
Pero he decidido algo importante. Juntar Septiembre y Navidad. Momentos ambos de promesas y planes nuevos. Me he reunido conmigo misma y, en un hecho sin precedentes, me he perdonado todo. Hasta por expulsar la primera papilla en la pechera de algún familiar incauto. Hasta del pecado original, ese que viene de serie.
Eso para empezar.
A continuación, he cogido un bloc en blanco y he escrito una lista de tareas, deberes, puntos a mejorar y proyectos a realizar.
Cuando llevaba unas cuantas hojas rellenas, las suficientes, las he reunido todas, me he abanicado un rato y después las he tirado a la papelera.
Si haces lo mismo, de la misma manera, siempre obtienes el mismo resultado. O eso dicen.
Así que me he tirado en el sofá buscando un nuevo camino. Y puede que, sin querer, hayamos encontrado esa senda de baldosas amarillas.
Nos marchamos, nos mudamos. Sin marcha atrás. Borrón y cuenta nueva. Campo por ciudad. Nueva casa, nuevas posibilidades.
Y allí, empezar las cosas de otra manera. Buscar nuevas formas de hacerlas. Nada de los viejos caminos trillados. Y poco a poco. Menos listas pero más sinceras y realistas.
Ah, ¿Alguien busca piso por Carabanchel?

lunes, 4 de julio de 2011

QUE ME QUITEN LAS FIESTAS DE SAN PEDRO

Si, lo que habéis leído. Estoy cansada de las fiestas de mi barrio. Justo en frente, "en la acera de enfrente" ponen los caballitos. Y todo el santo día está sonando la cutremusiquita y la bocina de inicio y fin de los viajes.
Es insoportable.
Al principio, me hacían gracia los pareados de las tómbolas. La verdad es que no se lo curran mucho, pero algunos tienen su gracia. Aunque a mi no me van las tómbolas, en los corrillos se amontonan los grupos de amigos, las parejas, las familias con los niños que quieren el peluche.
Una cosa que nunca llevo bien son los puestos de comida. La fritanga sube y se adhiere a todas las paredes de la casa. Puedes venir y oler a boquerones, torreznos, chorizos criollos, palomitas, churros, algodón de azúcar, etc. Según de donde venga el aire.
Otra cosa es que no puedes entrar en los locales de toda la vida. Toda la acera atestada de gente, te da cosa ir a por la compra. Así que mejor te vas al super del barrio de al lado. Pero ¡Ah! ¿Quién aparca a la vuelta. Las calles cortadas, atascos por las otras, puedes aparcar en Toledo y volver en el AVE. Y eso con la compra.
O podrían pasar las fiestas a febrero. Con el frío, tendría las ventanas cerradas y puede que pudiera dormir. Puede que no me meciera en la cama al ritmo que marca la orquesta de turno, con sus melodiosas voces y coreografías imposibles.
El barrio se vuelve intransitable, insoportable, inaccesible.
Estoy por irme del barrio cada vez que vienen las fiestas. Encima, como me descuide, duran dos semanas. Según caiga la fiesta en la semana.
Pero al apagarse el último altavoz no termina todo. Si andas despistado, te bañan los de la limpieza. Ya se que hacen su trabajo. Tienen mucho que limpiar, que si los papelitos de la tómbola, que si pipas, que se huesos de aceituna, churros perdidos, envoltorios de patatas rellenas, cajas de los regalos, o botellines. Restos de chufas, pan, oreja, palitos del algodón de azúcar. Yo que ellos me pedía vacaciones también en estas fechas.
¿Por qué tengo que aguantar las fiestas de mi barrio?¿Por qué tengo que soportar a todos los visitantes de los barrios de al lado con sus hijos gritones y con su mal aguante para beber?
Un día de estos los demando y exijo que las fiestas de mi barrio se muden a la Casa de Campo, o al Barrio de Moratalaz, o donde sea, pero no en mi barrio.
Y no lo entiendo, porque a mi siempre me han gustado las fiestas del barrio. Voy a las de San Isidro y a las de Aluche. Y me divierto mucho en las de Alcorcón. Eso si, todas lejos de casa.

¿A que os suena? Nos gustan las fiestas, vemos perfecto que se hagan, que se celebre el santo patrón, el momento histórico o la ocurrencia de la comunidad de vecinos. Pero no todos lo disfrutan igual. En todos los barrios hay fiestas. Unas con más gente otras con menos.
Ya se que las del Orgullo son megamultitudinarias. Coincido en que yo saldría corriendo. Pero ni quitaría las de mi barrio, ni las del barrio de Chueca.


Quizá el Orgullo debería plantearse más a lo grande. Incluir mucho más Madrid. Porque ya no son fiestas de un gueto. Son fiestas de todos. Porque se celebra algo más que el orgullo de unos cuantos. Entiendase como un "no me escondo, soy tan respetable como tu". Y eso no va por barrios. Es cosa de todos.

Al Ayuntamiento le interesan, vista la cantidad de pasta que se dejan en Madrid. Así que podría aunar voluntades y plantearse -ya que se nos resisten las olimpiadas, los mundiales, y hasta eurovisión- una gran fiesta, con competiciones deportivas en sus instalaciones por todo Madrid, conciertos dispersados y para todos los gustos, actos culinarios, semanas culturales, actos benéficos tipo "bollos por ACNUR" y hacer unos bollos inmensos en la Plaza Mayor para que la gente done dinero para la ONG de turno, etc.

Puede que así, los vecinos de Chueca vuelvan a querer sus fiestas. Puedan caminar por sus calles, comprar en sus tiendas, reír con la carrera de tacones y participar en un concurso de tortillas.

No es cuestión de eliminar fiestas, es cuestión de mejorarlas.

lunes, 27 de junio de 2011

LOS NEOYORQUINOS ME ENVIDIABAN

Estos días nos congratulamos todos, por lo conseguido en Nueva York. Por fin, un bastión, un guía, un estado insignia entre los estados americanos, ha votado a favor de los matrimonios entre personas homosexuales. ¡Ole por ellos!
Y escribo corriendo y emocionada a una amiga, preguntando por la fecha de su boda, para comprar los billetes baratos -que la crisis es la crisis-. Estos americanos, siempre tan modernos, tan liberales, tan a años luz de nosotros.
Y lo escribo desde el ordenador contiguo al de mi esposa. Que trastea con el suyo, muy concentrada en su trabajo. En el salón de nuestra casa. La que compartimos desde unos meses antes de casarnos. Porque hace ya más de tres años que me casé con mi mujer. Con la persona que me ama, me apoya, me necesita, me anima a ser mejor y hacer más cosas, etc.
Lo escribo desde la rutina de la vida diaria. Lo escribo desde la experiencia de hablar orgullosa de mi mujer, a quién me quiera oír. Normalizando la vida que me hace tan feliz.
Lo escribo desde Europa, desde un país, que algunos ven, de toros y pandereta.
Lo vivo en un país, que otros europeos creen que es atrasado y poco moderno.

Pero aquí puedo vivir con mi familia, con mi mujer. Y compartir la crisis, las penas familiares, las consultas médicas, las familias políticas, etc. Puedo ir con ella a la Puerta del Sol y acampar.
En este país, que incluso nosotros, tan poco dados a decir cosas bonitas de nuestro propio país, denostamos con más frecuencia de lo que deberíamos.
Queda todavía mucho por conseguir, a todos los niveles, pero de eso se trata. Arrimar el hombro y corresponsabilizarnos de dar un paso más en todos los ámbitos de la vida. No esperar a que otros lo hagan por nosotros.
Porque aquí ocurren muchas cosas, y muchas de éstas son buenas.

miércoles, 18 de mayo de 2011

#nolesvotes PIENSA EN TI POR UNA VEZ

Amanecemos estos días con la Puerta del Sol revolucionada. La red está hecha una autopista de noticias e informaciones, de consignas. Algo se mueve.

Estábamos tan asqueados de todo que no veíamos ni la opción de levantar la mano y gritar "¡NO ME ESTÁIS AYUDANDO!¡NO ME ESTÁIS REPRESENTANDO!"

Yo soy una currita, una madrileña, española, europea, persona del mundo, que no puede estar gobernando un país. Y por eso, a través de mi voto, delego en personas "de confianza" para guiar el barco en el que voy. Y últimamente, parece que ésto se mueve con el piloto automático.

Tanto unos como otros deberíamos estar hasta las cejas. Ni los de derechas ni los de izquierdas. Ninguno está poniendo la carne en el asador. No me puedo creer que los que son afines al PP no vean la jugada de sus mandatarios. Veo asombrada, como Rajoy agacha la oreja frente a Camp y le llama amigo y se abrazan. Veo como Esperanza jode la educación y la sanidad. Veo como Zapatero está paralizado y sin ideas que no vengan de Europa. Y de Europa ya ni hablamos -para ayudar a un país "amigo" le prestan dinero a un interés indecente ¿eso es ayudar? coño con amigos así...-.

No es que Zapatero no tire de España. Es que el PP tampoco hace su trabajo desde la oposición. Y que no se escapen ni PNV ni CIU cada uno a lo suyo.
¿No se puede buscar un poco más?

He leído la propaganda de los grandes, que llenan mi buzón y mi barrio, y siento un desinterés creciente por sus palabras. NO creo a ninguno. No hay caras nuevas, no hay sangre nueva en ningún partido. Es como la radio, todo radiofórmula, nada de arriesgarse con grupos desconocidos -ni una canción al día se les dedica-.

Y la prensa ¡UFFF! Ayer me quedaba ojiplática. En la SER, que se supone que tienen que informar, coñe que son periodistas. Y no veas cómo estaban poniendo a los presentes en la Puerta del Sol. Ellos que han vivido nosecuantas cosas y que lo han pasado fataldelamuerte cuando eran jóvenes. Abuelitos con sus batallitas. Batallitas condescendientes de gente que no pasó lo que está pasando ahora. Así que no me cuentes que currabas como un desgraciado, yo también lo hago y me han bajado el sueldo ¿En qué año te lo bajaron a ti?

Antes que la juventud no se movía, ahora que para qué se mueven estos melenudos. Que si ahora viven mejor, que si lo quieren todo sin esforzarse, que si son cuatro con litronas. Que si gente sin futuro.

Pues creo que están es todo su derecho a hablar, a tomar las calles, a gritar su desesperación que es la mía. Allí también hay madres, jubilados, abogados, médicos, vecinas, fontaneros, informáticos, gays, niños, padres de familia.

¿Quién eres tú para juzgar desde tu micrófono?¿Tanto molaba en Libia, Túnez, Egipto, Yemen, etc?¿Y en casa molesta?¿Te molesta?¿Te van a quitar el puesto, el micrófono, los oyentes?

Puedo salir a la calle y cortar el tráfico para que un equipo y sus fans celebren una copa -de la cual no me toca ni la cintita azul y roja- Puedo tomar la Cibeles, Las Ramblas. Pero no para gritar desesperación. Me dejas que corte las calles para ver una misa, pero no para exigir responsabilidad. Creo que la calle es para todos y por igual. No quiero que se la quites a ellos, pero quiero que me la dejes a mi también.

Piensa qué vas a hacer con tu voto el 22 de Mayo. Piensa qué supone votar a uno u otro, votar en blanco, nulo o no votar. Cada cosa significa algo muy distinto y, algunos se equivocan en lo que creen.
Pero haz algo, no te dejes llevar por la inoperancia y el marasmo del cansancio.

domingo, 8 de mayo de 2011

SEÑORA MINIMOY

Hace unos minutos, ha aparecido Lucía Bosé en la tele. Me encanta esa mujer. Con sus cosas de ángeles. Y su pelo azul.
Tiene más años que algunas de las usuarias de la residencia donde trabajo. Y, sin embargo, parece que tiene más energía que todas ellas juntas. Lo que más me gusta es que mantenga ese intenso color de pelo. Y no ese típico color de tinte. ¡EH! Yo no he dicho que se elimine el tinte habitual.
Pero es tan poco frecuente encontrar personas mayores que viven liberados de los dimes y diretes del resto del planeta, que alegran el rato.
Tiendo a pensar que, a medida que pasan los años, nos damos cuenta de lo poco que podemos hacer por controlar lo que los demás dicen o piensan de nosotras. No es posible. Por lo que no deberíamos dedicarle tanta energía.
Si vas conjuntada eres rutinaria. Si vas alegre, pareces una fulana. Si te vas de casa, es porque te has  peleado con tu familia. Si permaneces callada, eres una arisca y altiva. Si hablas mucho eres una charlatana que no da cancha a nadie... Y así hasta el infinito.
Todas deberíamos pintarnos el pelo de azul. Espiritualmente hablando -si no nos combina con el color de ojos-, claro.
Liberarnos de la losa que los demás quieren dejar sobre nosotras. Reírnos de su palabrería, levantar la mirada y seguir caminando. Porque realmente lo importante es llenar de vida nuestros días. Llenarlos de luz, de amor, de risa, de trabajo y esfuerzo, de fines de semana, de cine y cenas. De palomitas y barbacoas. De rutas por el campo y paseos por la ciudad. 
Llenemos nuestra vida del azul del pelo de Lucía Bosé.

viernes, 29 de abril de 2011

ACOGIDA: EL ESPEJO EN EL QUE TE MIRAN

Seguimos con el proceso de acogida. Y eso quiere decir que hubo una "siguiente" reunión. Esta vez tocó con la psicóloga.
Por muy simpática que se muestre, por muy inofensivas que sean las preguntas, siempre recuerdas que te están evaluando. Como si estuvieras optando a un puesto de trabajo. Intentas que el reflejo que das sea el correcto y con la iluminación adecuada. Todas queremos aparecer más bonitas en las fotos. No se trata de mentir, que no es para nada una opción, sino de presentar tu mejor lado.
A parte del motivo de esta entrevista -de unas casi tres horas-, no puedo negar que te ayudan a conocerte un poco más. Y a tu pareja.
Y hablar en voz alta de ti, esa obligación a buscar las palabras correctas, hace que vuelvas a examinarte. A buscar en tu interior. A responder preguntas que ni te habías planteado. No es el típico a dónde vamos y de dónde venimos. Pero es bueno y más si es con tu pareja al lado. Además, la tercera persona no te conoce y, por tanto, no da nada por sentado. Lo que hace que pregunte cosas que tienes que volver a verbalizar.
Al salir, te llevas la extraña sensación de haber dado cien pasos hacia el final. Y las rodillas te tiemblan un poco. Para las que acogemos, esto debe ser como el embarazo ¿no? Al final de todas las reuniones y charlas tendremos uno más en la familia. Pero desconcierta tener sólo este michelín y no la criatura gestándose.
Otra vez toca esperar. Otra vez mirar de reojo durante días el móvil.

domingo, 17 de abril de 2011

SEÑORA DE ARROBITA

He pasado un par de días por Santander. El trabajo de arrobita me la secuestra cada dos por tres. Y ya tenía ganas de ir con ella. Así que, arrebujando pacientes en los días previos, me he escapado con pamela y todo.
Ya lo había intentado un par de veces, pero siempre surge un paciente urgente, una reunión, una vaya-por-dios-esto-no-lo-puedo-postergar.
Pero esta vez, esta vez no. Así que me fui de excursión y con cierta sensación de cría escapándose en tren, para ver el mar. Que decía la canción de Sabina.
Qué sensación tan extraña. Pasear por la ciudad, sin muchos turistas, sin prisas, sin reloj, sin obligaciones. Que quiero sentarme a ver pasar gente, pues se hace. Que quiero subir por esa calle y luego volver a bajar, pues a patear la calle en cuestión.
Estamos tan acostumbrados a ir corriendo, a tener horario, obligaciones, destino, que nos cuesta liberarnos. Aunque sólo sea un poquito. Sólo han sido dos días, pero me han valido como todo un mes de vacaciones. Iba sonriendo por la calle, como si me hubiera tocado el cupón de los ciegos. Intentando absorver las pequeñas felicidades que la escapada me ha proporcionado. 
Y, encima, descubrimos algún sitio estupendo para darnos un homenaje ¿Qué más puedo pedir? Podría haber dormido abrazada a mi arrobita. Pero en esa pedazo de cama, sólo conseguimos darnos la mano. jejeje.
Tengo claro que intentaré repetir. No quiero que mi vida sea un cúmulo de rutinas. Aunque mis rutinas me gustan. 
Y, además, se que mi presencia ayuda a mi arrobita, con tanto estrés, con tanto follón.

martes, 12 de abril de 2011

ESTOY QUE NO ESTOY

La primavera me tiene descolocada. Me saltaré el archiconocido listado de efectos primaverales, para no aburrir al personal.
Hoy me pedí el día para ir a un acto oficial, pero con la cámara. Por si hacían falta unas fotos más. Que eso de moverse por el auditorio libremente y que encima cuelguen un par de fotos tuyas, es una opción mejor que la historia de todos los días. Y eso que me gusta.
Después, y medio perdida por esos "dolorcillos" de la mujer de rojo, me he venido a casa. Y me he dado cuenta que perdí más o menos el control del tiempo. Pensé que sólo la hora. Me equivocaba. También del día en que vivo.
Así que me ha llamado una paciente, toda preocupada, porque no he aparecido por la consulta. Imaginar la vergüenza que he pasado y la cantidad de palabras que he empleado para pedir disculpas. Menos mal que vive a un par de manzanas.
Joder, no me había pasado en la vida.
Ella esperando y yo plegando ropa en casa.
De verdad que hoy es un día raro.
Así que me alejo de vosotras cantando...

jueves, 7 de abril de 2011

LA ESPERA

Ya os he contado alguna entrada anterior, que nos hemos arremangado y nos hemos metido en el lío de acoger algún infante. Y eso conlleva un montón de cosas. No de trámites, que a fin de cuentas sólo son papeleo, colas, solicitudes y poco más.

Pero te mandan deberes para conocerte un poco más y ver que no lo vas a matar, ni pegar, ni te maltrataron a ti, ni lo vas a insultar a la primera de cambio. Asegurarse para que el acogimiento no sea un parche para una maternidad frustrada. Aclararte pros y contras y un montón de temas más.

Esos deberes, donde tienes que hablar de ti, de la pareja, de la familia, de la educación, de los amigos, de los valores transmitidos, del trabajo, etc. Te obligan a parar, a meditar. Te hacen pensar las cosas, cómo son y por qué son así, por qué las haces así. Te lleva a un espejo y te obliga a ser un poquito más sincera de lo habitual. Te obliga a hablar.

Yo he aprendido un poco y me he reído con arrobita otro poco. Es un ejercicio que todos deberíamos hacer de vez en cuando.

Pero el proceso de acogida también ejercita tu paciencia. Eso sí, no tanto como la adopción -que casi parece que estás preparándote para Dalai Lama-. Las esperas se hacen constantes. Esperar que llegue un documento, esperar para que te citen, esperar para que llegue la entrevista. Volver a esperar para la próxima llamada, que dará pie a la espera para la próxima cita. Al menos, cuando tienes una fecha, sabes que la espera tiene ya un fin cierto. Cuando esperas la llamada no sabes nada.

Mientras todo eso sucede, tienes que ir ahuecando espacio. Que no está bien, acomodar al niño entre tu mesa de despacho y las novelas completas de Jean M. Auel. Porque los críos necesitan ese espacio vital que llaman.

A mi me gusta leer. Y cuando no tenía ordenador, leía los libros de siempre. Incluso de los gordos con letra pequeña. Y arrobita también trajo los suyos. Algunos pensarían que vivimos en una prolongación de la biblioteca del barrio.

Y, bueno, me alegra saber que puedo dejar libros en la biblioteca y ellos les dan una segunda oportunidad. O los integran en el fondo bibliográfico o los dejan en un espacio libre, para que la gente los pueda llevar. Así los libros, como los muñecos de "Toy Story", siguen con su función principal.
Bueno, que no se cómo he acumulado tanto libro. Y, de pronto, me encuentro con libros que no he leído y lo quiero apartar para leerlo. Y recuerdo otros y lo que les rodeo y sus pequeñas historias... No sabía yo que fuera tan entretenido hacer hueco en la habitación



Seguiremos esperando, y mientras, el hueco agrandando.

martes, 29 de marzo de 2011

A VUELTAS CON LOS CACHARRITOS DE COCINA

Al terminar mi jornada, me he dejado caer por el super. El viejo placer de pasear por sus pasillos medio vacíos. Sin tener que pelearte por un buen manojo de zanahorias. He recolectado pocas cosas, tenía ya los platos elegidos en la cabeza. Según todos, cosa vital para hacer la compra como corresponde y no como piden los ojos.

Aunque a mi los ojitos se me iban detrás de la lubina, los quesos, los puerros, los tomates, las especias, la pasta fresca, etc. Y no creo que eso sea malo. Lo malo es que casi no comemos en casa y se echa todo a perder, si te descuidas.
He vuelto con mis cosas del trabajo, la bolsa de la compra y unos puerros a modo de hermoso ramo de flores.
He saludado a los gatos y, tras cambiarme -dato importante para mantener la ropa en un nivel medianamente ponible- y me he regalado una linda banda sonora "Half the perfect world" de Madeleine Peyroux. A un volumen "majo", para poder disfrutar en la cocina de su compañía.
Con todos estos datos y ya lista, a golpe de saxo, me he metido a trastear en la cocina, con una sonrisa en la boca y el reloj olvidado en alguna parte.
Me he acordado de una de esas insignes mujeres que pueblan nuestra tele. Una de las que sale en "casadas con Miami" o en Miami o así. Ella decía que la gente se sorprendía de que cocinara "teniendo tanto dinero" y ella respondía que justo por eso, cocinar para ella era un lujo.
Coincido con ella. Así que ya sólo me falta ser asquerosamente rica, para ser como ella (y medio metro de altura, por lo que vi).
Si, si, ya se que con las prisas, normalmente no se puede uno dedicar con tranquilidad al placer de la cocina. Pero cuando se puede, es un gustazo.
Me relaja, me aisla, me carga las pilas.
Todo un lujo y en Madrid.

domingo, 20 de marzo de 2011

PARA LO QUE HEMOS QUEDADO

Hace una semana, mientras paseaba el perro de mi hermana, recibí unas palabras por el msn. Mi sobrina de nueve años me preguntaba qué hacia. Como era de esperar le conté que paseando al perrillos de mi hermana. Unos segundos después recibía una frase irónica por respuesta "¡Para lo que hemos quedado!". Mi sobrinilla ponía en solfa mi carrera profesional, pues sólo me había valido para pasear animales de compañía.
Me reí de su rápida ocurrencia. Me recuerda a mi misma, o eso dice mi mamá.
Pero tiene mucha razón ¿Para qué sirve todo lo que hacemos/estudiamos?¿Qué buscamos? ¿Se valora en demasía la titulación universitaria? Porque en mi caso, es más fácil encontrar un fisioterapeuta que un fontanero. Y, si los encuentras, el segundo te vacía más el bolsillo que el primero. Y, ojo, que no pongo en tela de juicio la profesionalidad de ninguno de los dos.
Sin embargo, si miramos a nuestro alrededor, hay un montón de universitarios, de graduados, licenciados, doctorados etc. Y no creo que todos sean felices con lo que tienen.


Nuestros padres nos han dado todo lo que han podido, todo lo que ellos no pudieron tener. Se han esforzado por asegurarnos un futuro. Pero el futuro no sólo viene de la mano de un título universitario. Y ¿Cuántos de todos esos licenciados quieren serlo? Tengo una amiga que es economista, terminó su carrera más o menos en plazo y es lista. Sin embargo, trabaja de oficial primera administrativo y tan feliz. De hecho, ni se plantea pelear por los niveles que su titulación le permiten.

Creo que todos deberíamos valorar lo qué queremos. Buscar aquello en lo que somos felices, aquello que hace que nos levantemos sonriendo. 
Vale, quizá no es el mejor momento, pues estamos pasando por una estupenda crisis. 
O justamente por eso podemos reorientar nuestra búsqueda. Ahora que toca formarse, porque no hay trabajo. Bueno, también lo podemos dejar para momentos mejores. Pero no deberíamos olvidar que lo que hacemos todos los días es vivir nuestra vida. La que se nos escapa. 
Puede que no podamos cambiar todo, pero creo que no es solución el dejarlo todo como está. No vale el todo o nada. Si que podemos ir cambiando cosas. Ir acercándonos a la vida que nos gustaría vivir.
Y si, me gusta pasear a mi "sobrino". Ya que no ven con buenos ojos, mis gatos, que los saque a pasear.

viernes, 11 de marzo de 2011

11-M AÑOS DESPUES

Hoy, años después de tantas cosas, de tantos 11 de Marzo, la vida continúa. Aunque hay días que permanecen en la memoria común. Y otros que sólo permanecen en la memoria de unos pocos.

Pero la vida se empeña en reescribir una y otra vez. Añadiendo así nuevo dolor, o nuevas ilusiones. Aún con el corazón roto y maltrecho, estamos en pie. Para demostrar que la vida, el presente, el futuro, no lo entregamos fácilmente.

Haremos, si es necesario guerra de guerrillas y lucharemos por cada segundo de nuestra historia. Porque los que quedamos no podemos regalarles nada.

Por los que ya no pueden, por nosotros, por los que vendrán después. Si nuestra vida se detiene, ganan cada día, cada aniversario. Nos roban un poco más. Y no debemos dejarles ese poder.

Viviremos más intensamente cada jornada. Por nosotros y por los que no pueden ya. Pero sobretodo por los que están por venir.

Tenemos, no ese derecho, sino ese deber.

Vivamos bien despiertos, que no se nos escapen las jornadas.

miércoles, 23 de febrero de 2011

23F: QUÉ HUBIERA SIDO DE MI SI...

De la película sobre le 23F que se estrena ahora
Hace 30 años hubo un intento de golpe de estado. ¿Qué hacíais vosotras? Yo tenía once años por aquel febrero.  Mis padres me fueron a buscar a la academia. Y eso que no me había dado tiempo a hacer alguna fechoría.

No vi lo que se suponía que se nos venía encima. Para mi no fue la noche de los transistores, pues me mandaron a la cama sin contemplaciones.

Por aquella época no andábamos respondiendo a preguntas de novios -no nos atacaban a cada rato con esa preguntita estúpida en la infancia-, y mucho menos de novias -eso ni se planteaba y menos a mi tierna edad-.

Todavía me parecía una asquerosidad de adultos el besarse en los labios (y con lengua ya ni os cuento). Y era lo máximo que se veía en la tele.
Pero se que si hubiera triunfado, no tendría lo que ahora tengo. No me habría casado con arrobita, no sería feliz a su lado. No estaría pendiente de acoger un niño. Yo que se si habría montado una empresa o tendría este blog.

Puede que estuviera haciendo la vida imposible a un muchacho inocente -y hasta creo que se a cual-. O puede que supiera esquivar el altar y vistiera a santos o santas. O, dando el giro hacia lo femenino, me podría haber metido en un convento. A vivir en latín y con faldas por todas partes (que la cabra tira al monte).
.
Afortunadamente, no se lo que es vivir en una dictadura, ni ganas de saberlo. No lo quiero conocer de primera mano. Si se lo que es no ser igual ante la ley. No tener los mismos derechos. Querer lo que tienen todos (casi todos) y tener que defenderlo frente a la indiferencia, a la negación, a la oposición, de aquellos que lo tienen y no lo valoran. 
Se lo que es tener que esconder algo, porque tu trabajo o tu integridad peligran. Y no es plato de gusto.
Para que encima tuviera que sumar que me persiguieran por ser de izquierdas. 

Creo que tuve muuuucha suerte. 

Triple suerte: 
  • por española, 
  • por mujer y 
  • por lesbiana.


viernes, 18 de febrero de 2011

ESTOY A PUNTO DE...

Si, a punto... Bueno, que "a punto" ni que niño muerto. Ya he cambiado mi vida. No por lo que habéis leído en entradas anteriores. Estas sólo eran consecuencias de cambios de mayor calado.
Y esos cambios vienen dados por una necesidad, o como queráis llamarlo, de ser uno más.
Arrobita y yo lo hemos hablado intensamente. Nuestra relación avanza y nos ha llevado al punto "aumentar la familia". Punto que ha sido aprobado por 4 votos a favor y ninguno en contra -no hubo tongo, que los gatos también participan en las decisiones domésticas-.
Para ello hemos barajado todas las posibilidades y hemos elegido la que más nos ha convencido. Que no es la más sencilla.
Estamos ya inmersas en el proceso de acogida de un niño. Y encima, afinando un poco más, niño con especial dificultad (con alguna enfermedad, grupos de hermanos, etc).
Si, si, lo hemos meditado muuuucho.
No, no sobemos dónde nos metemos.
Si, si hablamos y hablamos.
No, no es una opción a la adopción, ni la medalla de consolación.
Si, si contamos con una familia que nos apoya.
No, no hemos resuelto todos los interrogantes que se generan.
Si, si estamos muy ilusionadas.
No, no es por no acudir a tratamientos de fecundación varia.
Si, si pensamos que esos niños también tienen derecho a integrarse en una familia.

¿Qué queréis que os diga? Pensamos que, el amor que nos une, puede hacer mucho bien a un niño. Y más a un niño que no ha tenido suerte ya antes de nacer.

El mundo está loco, pero siempre hay un hueco para el amor.

miércoles, 2 de febrero de 2011

RESTOS DE AQUEL NAUFRAGIO


Ayer pasé por el trastero donde guardo lo que queda sin utilizar/tirar, de mi anterior viaje empresarial. Restos de un naufragio ya superado. No me arrepiento de nada. No quiero confundiros.
La página está pasada. El nuevo modelo me gusta más. Los nuevos proyectos me tienen muy ilusionada y absorvida. por nada cambiaba lo que tengo, lo que proyecto, por retomar lo que fue, pudo ser y, brúscamente, quedó en el camino.
Pero no he podido evitar sentir cierto escozor en el pecho y frialdad en los huesos (¿No piensan poner, ni un poquito, la calefacción en esos trasteros de Dios?). Diez años de mi vida se entretejieron entre esos bártulos. Muchos recuerdos acuden a mi.
No quiero volver, pero no se no recordar. Bueno, no se si quiero olvidar. Tanto bueno no puede perderse entre las costuras del tiempo.