miércoles, 17 de diciembre de 2008

VUELVEN A CASA POR NAVIDAD

Llegando estas fechas, vuelven a casa muchas cosas. No sólo los hijos que se fueron, una mañana lejana, a buscarse la vida.
No sólo los turrones de dos mil dos sabores, los belenes o el frío -este año si que ha venido, jopetas-. La lotería, el gordo, el niño y el calvo (Ah, no, este ya no ha vuelto. Salvo en su versión más escatológica)nunca se fueron del todo. Porque fijo que todas habéis sido tentadas, por un número navideño, en plenas vacaciones de verano.
Vuelven los amados anuncios de colonias y juguetes. Mil por minuto. Que hasta a mi me apetece comprar ochenta muñecas y bañarlas en múltiples colonias y perfumes.
Y, sin lugar a dudas, vuelven los villancicos. Villancicos en varios idiomas. Villancicos antiguos, corales, de famosos. Villancicos en el trabajo, en los grandes almacenes y en la radio.
Villancicos hasta en el nuevo cd de Enya. Que sorprendidita me dejó. Pero bueno, si los cantó Raphael y Bing Crosby, no íbamos a vetar a la estrella new age.
Aunque este año voy a ir más por libre. Más radical. Me voy a la cuna de los villancicos populares. Las fiestas de los colegios.
¡Qué gratos recuerdos! Aquellas fiestas que daban la bienvenida a las vacaciones de Navidad.
De pequeña ibas vestida de pastorcilla, o de oveja si no eras de las elegidas - y si ibas de árbol ya no te digo lo que eras...-. Y de mayor agarrabas el micro y la guitarra y se iba en plan cantautora.
¿Cómo?¿No habéis ido en plan cantautora?¿Ni en plan coral? Vaya. Al menos conoceréis los nuevos villancicos. ¿Que qué nuevos villancicos? Chicas, pues no se. Ese tan lindo y marchoso de "La oveja naranja" (La oveja, la oveja. Naranja, naranja... Si es que no dejo de canturrear).
... Ya veo que no estáis puestas en moderneces navideñas. Os dejo un muy elaborado videoclip del "Belagua's Chorus". A ver si pilláis el estribillo.


lunes, 15 de diciembre de 2008

EN BUSCA DE LOS REYES MAGOS

Como todos los años, dentro de lo que son las festividades navideñas, nos encontramos con los Reyes. No los de Pilar Urbano y el "¿Por qué no te callas?", que también vienen a casa por Navidad. Sino los otros, los que son tres. Como los mosqueteros o los Angeles de Charlie. Como las tres carabelas o la Santísima Trinidad. O las hijas de no-se-quién, que ninguna era buena-.
Bueno, trinidades de estas podemos encontrar muchas si nos ponemos, pero no es el caso.
A lo que iba, que se acercan los Reyes Magos. Y yo, por echarles un cable con tanto trabajo acumulado, pues les he dicho "Venga chicos, no os preocupeis por mi familia. De ellos me encargo yo". Así, como si de una mafiosa se tratara. Quién me mandará.
Así que ando por las esquinas, con la mirada perdida y el lápiz a mano, no sea que me venga la inspiración y me pille desprovista sin poder apuntar.
Porque en mi familia, creemos con entrega en los susodichos. Con sorpresita y todo. Nada de pedir a los Reyes unas pelillas para las rebajas. Que eso es otro cantar. Es de enero y que cada uno se busque la vida en esa batalla.
Me encanta ver la cara de los "recibientes" al abrir los regalos. La ilusión por los míos. El día de fiesta. Y claro, hay que afinar. Bueno, tanto como con los regalos de los cumples. Que no vamos a hacer diferencias. No hay regalos de primera y de segunda. Bienvenidos sean todos.
Si, lo reconozco, soy de las raras a las que les gusta la Navidad. Y encima lo digo. No tengo remedio...


miércoles, 10 de diciembre de 2008

ESTE HIJO MIO ES TONTO


Aquí teneis al pequeño de la casa. Y como todo pequeño es un torbellino y un revoltoso.
Arrobita, hoy casi tiene que salir corriendo con él al veterinario. Si es que... quién le mandará. Bueno, supongo que sus instintos.
Estaba arrobita, tranquilamente en el salón, currando un poquito, mientras le oía trasteando por la cocina. Empezó a escuchar un golpeteo de lata. Primero más lento y después más rápido y extraño. Pensaba que estaria jugando con alguna cosa que hubiera previa y convenientemente tirado. Pero tanto tintineo le empezó a mosquear. Así que se levantó y fue a la cocina.
Para sorpresa suya, el pobre Hércules, andaba dando tumbos por la cocina, con la cabeza metida en una de las latas de comida fresca de una conocida marca de alimentos para mininos. Lata que, por cierto, estaba en la bolsa de la basura, la última vez que se le habia visto.
Pero el enano, tiene especial predilección por destrozar las bolsas de basura que huelen a lavanda y cosas similares. Y ya de paso, echa un vistazo a lo que vamos tirando -no sea que no reciclemos convenientemente-.
Le faltó tiempo, cuando olisqueó restos de comidita fina. Y para allá que mandó la lengua, el morro, las orejas y hasta parte del cuello.
Afortunadamente, pudo sacarle la cabeza de la lata y llevarlo al baño para su correspondiente paso por el agua.
Ayssss este hijo nuestro.

martes, 9 de diciembre de 2008

MIGUEL BOSE Y SERVIDORA

El jueves, Miguel tuvo el detalle de cantarme unas cancioncillas... Bueno, a mi y a arrobita... Bueeeeeeeeeno, a mí, arrobita y unos miles de madrileños que casualmente llenaban el palacio de los deportes.
Siiiiii. Tras tener las entradas en un espacio reservado y privilegiado del mueble del salón -es que sino, podría haberlas perdido con pasmosa facilidad-, pudimos hacer un trueque y traernos el recuerdo de un estupendo concierto.
Tenía miedo que mi gran estatura humana no fuera suficiente para compensar mi diminuta talla en cm y no ver un pijo. Pero mira tú que elegí bien. Justo en frente del escenario y en los primeros asientos elevados sobre la arena. Así que lo veía todo, todo, todo. Y lo que también es importante, distiguía las figuras. Que no fuera a ser que, de tan lejos, asistiera a un concierto de hormigas, con música de Miguel.
Bailé, brinqué, canté -juro que no tengo nada que ver con el empeoramiento del tiempo, que ya hice un estudio en los años de sequía recalcitrante-. UUUFFFF, qué buen rollo. Tras 30 años en esto de la canción, ha juntado hombres y mujeres, adolescentes y maduritas, parejitas y pandas... Un público muy variopinto que se sabía de pe a pa todo el repertorio.
Hacía años que no iba a un concierto y tampoco es que fuera a muchos, y ha merecido la pena volver.
Si hasta aparqué casi en la puerta.
Y disfruté de él, de David Sumers, de Bimba piernas Bosé, Sergi Arola -sin sartén y con una guitarra que no maneja mal- y Ximena Sariñana retoña de potencial futuro con este padrino.
Las más de dos horas de concierto se me hicieron unos minutillos, la verdad.
Os dejo una cancioncilla.


martes, 2 de diciembre de 2008

EL PLACER DE LO BIEN HECHO

Algunos días, llegas a casa cansada, exhausta incluso algo dolorida. Pero con una sonrisa de oreja a oreja. Dejas los bártulos y te desmayas literalmente en el sofá. Uno de esos días fue ayer.
Tras una jornada de mil horas - ya sabéis de mi manía de trabajar en la residencia y en mi clínica-, llegué a casa con la satisfacción de hacer un buen trabajo. De intentarlo y conseguirlo.
El viernes vino pelillos a la clínica. Cojeaba, venía rígido y medio encorvado. Una lumbalgia impresionante que apenas le permitía caminar. Ayer, cuando le pregunté qué tal, me dijo "pues, ahora, sinceramente... la verdad -ya me temía un fatal de la muerte- estupendamente. Realmente bien. La recuperación ha sido impresionante".
Pues si ¿Cómo no me voy a alegrar, enorgullecer por mi trabajo y mi esfuerzo? Vino mal, puso su salud en mis manos. Y le pude ayudar. Qué satisfacción.
Padelin vino a la consulta. Con las secuelas de una rotura completa del tendón de Aquiles. Vive en el quinto o sexto pino, pero aterrizó en la clínica. Le habían hablado muy bien de mi. Quería saber qué podía hacer yo por él y su tendón. Tras la sesión, pues se quedó tras la primera consulta, decidió confiar en mi su recuperación.
Algunas veces, algunas noches. Llego a casa y puedo ofertar a mi arrobita el orgullo por el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Y me hace muy feliz poder compartirlo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Nuevas generaciones informáticas

Lo veía venir. Entre mi profesión y la de arrobita, a los enanos les tira más la cosa moderna de la red. Así pillamos a hercules el otro día, cuando salimos a la compra. A saber en qué página de gatas se estaría metiendo. O puede que estuviera haciendo un pedido de latitas gourmet. O chateando con mininos del cole... Hay que tener un cuidado... Qué responsabilidad. Por descontado, hemos activado las restricciones para los más pequeños de la casa. Que es muy tierno para ver determinadas cosas.
Aunque también puede ser que hubiera oido aquello de que los ordenadores tienen ratón y lo andaba buscando. Que todo puede ser.
De cualquier forma, está claro que ha salido con tendencias informáticas y no sanitarias. Aunque cuando se te sube encima, te da unos masajitos suaves con las patitas de delante, que ya quisieran muchos fisioterapeutas.
Al final, unificará las dos ramas de las profesiones familiares.
El mayor nos salió con la clara afición a ser amo de casa. Y deja esas moderneces para el peque. Un futuro tan respetable como otro cualquira, ojo a realizar algún comentario gracioso al respecto. Que me chino.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Me marcho a Nueva York...

Bueno, pues, como dice la canción "me voy a Nueva York..." Allí que nos fuimos. Que una no se va muchas veces de luna de miel. Y ambas teniamos ganas de volver a la islita.

Qué deciros de NY que no sepais. No busqueis casco antiguo y calles angostas, estrechas y antañonas. Nos movimos de Central Park hacia abajo.... Como era de esperar, claro. Y eso significa grandes avenidas, grandes edificios y grandes hombretones -jodó que grandotes eran algunos-.

El hotel, que nos tocó buscar con lupa por la red, era cómodo, bien situado, aunque de habitaciones diminutas... Pero para dormir, tampoco necesitas mucho más. Y menos en la luna de miel. Así que nos gustó mucho. Porque teníamos la 5ª avenida a un paso, Central Park a dos, La boca de metro en la esquina... qué más podemos pedir por lo que pagamos.

Andar andamos un montón. Imaginar que no gastamos ni un bonometro. Empezábamos a andar y "total, está ahí al lado". Y nos ibamos caminando. Cuando llegábamos "al lado", pues resulta que no-se-qué estaba también "ahí al lado" y de "al lado" a "al lado", parecíamos peregrinas haciendo el Camino de Santiago por las calles de Nueva York.



En una guia de Nueva York, explicaba cómo parecer un auténtico Neoyorkino. Entre otras cosas decía que, allí, todos van muy deprisa -¿aquí no?- y que tenías que ir corriendo para parecer neoyorkino... Y yo me digo, con lo que nos ha costado el viaje, para qué quiero parecer de allí. ¡¡Coñiooooo!! que se note que estoy de turismo, mientras todos van corriendo a sus curros. No es que me fuera a poner las chancletas y los pantalones de cuadraditos horteras, pero que se note que yo PASEO.


Dadas las fechas en las que nos plantificamos allí, nos vimos inmersas en el disfraz. Disfraz conjugado con la vida laboral. Así, esta simpática peluquera, ataviada tan sencilla, a la par que coqueta y elegante, arreglaba los pelos de la usuaria -supongo que para una fiesta de las muchas que ese día se celebrarían-. Aunque los "taconazos" no le combinaban muy bien... Pero nadie es perfecto. Nosotras también nos disfrazamos... De turistas. Que si que era un disfraz. A ver ¿Cuándo me recordais de vacaciones? ¿O de grandes periodos de tiempo libre? ¿O paseando lentamente? Pues eso. Además, dos cámaras, una guia de Nueva York, un minidiccionario, un plano de metro que desplegábamos en toda su extensión, otro de la ciudad, la mochila y las bolsas de las compras. Si no es un buen disfraz ya me direis.

Por la noche, como nos habían indicado que era todo un evento neoyorkino, nos fuimos a disfrutar del desfile. Que, principalmente consiste en que medio NY desfila disfrazado y el otro medio le ve pasar, también disfrazado. Lo que me parece es que les falló un poco la organización. Porque estuvimos al lado de dos carrozas esperando y no se movían. Porque nos dijo la policía que era el principio del desfile. Y, después de estar ya un poco heladas, mosqueadas y aburridas, nos enteramos de que el desfile era un poco más adelante. Pues nada, para otro año.

Ni qué decir, que los pies han sido los grandes sacrificados de esta luna de miel. Porque hemos visitado el Metropolitan, el Empire State, el Moma, la zona cero -de obras intensas -, el puente de Brooklyn -en toda su extensión- la zona financiera -creo que sólo quedó una calle por patear, chinatown, soho, tribeca, battery park, ... Y de calles y avenidas ya ni os cuento.

Pero he de reconocer que he sentido debilidad. Una debilidad arquitectónica. Al ver las fotos, he descubierto cierta fijación. Proporcionalmente, le he hecho un book al edificio Crysler. Que si de lejos, que si de cerca. Que si ahora la gárgola, que si después desde el Empire state. Que si la foto artística del reflejo en un edificio acristalado...

Me lo he pasado muy bien. disfrutando de tanto tiempo con mi arrobita. 24 horas que nos sabían a gloria. Sólo pienso en cuando repetir unas vacaciones junto a ella. Aunque sea en la ribera del Alberche en bañador y chancletas... incluso si es necesario me pongo el pantalón de cuadradito horteras. Todo por estar con ella.

martes, 11 de noviembre de 2008

De bodas, risas y lágrimas



Bueno, ya pasó todo y parece que fue hace mil quinientos dos años. Y sólo han pasado quince más tres días - es que los quince días de la luna de miel siempre han de contar a parte, que ricossssss madre-.

Nos fuimos a un hotel al pueblo de al lado, para evitar retrasos, atascos, el perdernos y esas cosas. Hay que tenerlo todo controlado... Claro que luego no controlas nada. Nos llevamos a unas amigas, bueno se llevaron ellas solas, al hotel. Ellas nos ayudaron a vestirnos -es decir, meternos prisa-, maquillarnos -ponernos nerviosas- y llevarnos -...- al juzgado.

Cuando salimos, que salimos a la vez del hotel -chicas, si ya hemos roto la historia del matrimonio hetero, si hemos dejado atrás la boda religiosa, pues ahora dejamos atrás eso de que no podemos vernos antes de la boda-, tomamos coches distintos.

En principio, ibamos una detrás de otra. Pero su "chofer" decidió ir por otro camino más estupendo, directo, rápido... Se perdió.

Así que recibí a todos los invitados, el ramo, las fotos, la secretaria, todo paisano que quiso pasarse por la plaza del ayuntamiento y cada minuto de retraso que llegaba a la puerta del ayuntamiento amigo.

Mientras, arrobita, recibía cada calle cortada, camino contrario, minuto de emoción fraternal, lágrimas de su amiga y nervios porque se le escapaban los minutos que iban volando hacia mi.

Compartiendo ambas, ella y yo, los nervios por los minutos que nos buscaban y no nos encontraban juntas. Que ninguna de las dos salió tarde -que lo se yo-.

Afortunadamente, todo llega. Y con "todo", mi arrobita. Arrobita, con sus nervios vestidos de gala y yo con los míos enrollados en el ramo.

La secretaria del ayuntamiento una persona estupenda, nos acompañó a la sala de plenos y nos aposentó. Bueno, aposentar los nervios es complicado. Creo que arrobita no los aposentó en toda la ceremonia. Pero eso es lo que suele pasar -aunque una amiga de mi hermana, mientras se vestía de novia, se jalaba un bocata de chorizo porque tenía hambre de seis semanas, para horror de las que cuidaban su inmaculado traje-.

Mi hermana habló, el concejal habló, nosotras nos "aceptamos" y casi pasó todo como una película acelerada. Yo lo recuerdo, arrobita no tanto. Nos dejamos los votos en el bolsillo gracias al despiste del concejal -ni falta que hacía repetirlos, pues ya nos los habíamos contado al oido-. Y nos peleamos con mi sobrinito por el cofre de las arras. Que pretendía defenderlas con tesón y delante de todos -jodío-.






Lo demás es historia. Que si deshacerme del ramo... digo lanzar el ramo, que si esquivar el arroz y los pétalos de rosa -¡Qué menos que rosas!-, que si escaparnos a tomar algo al hotel con tres amigos -digo hacer las fotos en rincón de inigualable hermosura-... Llegamos al restaurante y había cuatro monos, digo invitados para recibirnos. Así que de entrar en olor de multitudes nada de nada... Que nos habíamos relajado demasiado con las "fotos" y se habían largado al bar de al lado a tomar unas birritas.



La cena, de rechupete -que no es que la contratáramos nosotras, nooo-. Con sus entrantes, su ensaladita de bogavante, sus anchoitas, su jamoncito, su pescadito, su carnecita, su postrecito... Vamos todo lo que la señorita Pepis aporta en su kit del buen convite.
Del baile mejor no hablamos. Pues se fastidió la megafonía -terminamos haciendo botellón-. Con calvitas, tripitas y más alegría por recordar tiempos pasados que otra cosa. Los amigos, que para eso lo son, acercaron los coches, pusieron los "cedeses" y a bailar y beber al lado de los mismos.
Poco más de ese día se puede resumir. Contar se pueden contar mil detalles, gracias y demás. Pero no tengo tiempo para más.
Así que os dejo camino del aeropuerto...

viernes, 24 de octubre de 2008

VISPERAS

Hola, amadas seguidoras de este sencillo blog. Os escribo a menos de 24 horas de mi enlace ante un ilustre concejal.
¡¡¡¡AAAAAGGGGGHHHH!!! qué nervios. Estoy deseando que sean las 23.23 h pero de mañana. Ya estaremos con la tripita llena, contentos de vino y en medio de cantos regionales, exaltación de la amistad y bailes descoyuntados.
Como imaginais, aquellas que me conocen, la respuesta es "no". No tengo todo preparado. Si no es bajo presión, parece que no rindo. Pero es que no todo es culpa mía. Si, suena a excusa, pero bueno, es la verdad.
Uys, disculpar, voy a apuntar en la lista "pillar cargador para pilas". Tengo listas de todo. Tareas pendientes previas a la boda, tareas pendientes en la clínica, tareas pendientes en general... A ver si puedo cerrar una por lo menos -a ser posible la de la boda, jejeje-.
Ya tengo el traje, los zapatos, me he cortado el pelo, me he dado color en los pelos. Ya tengo el ramo y los regalitos. La música de la celebración y la del baile. Controlo donde están los cargadores. el tabaco... ah, no que no fumo...
Pero aún así, tengo que seguir zanjando temas, para poder largarme una semanita a NY. No sabeis las ganas que tengo de disponer de las 24 horas de un día, dos, tres... así hasta siete. Creo que me voy a marear del vértigo.
Pero no os pongais tristes. Allí también podré leer vuestras palabras en este blog.
Va por vosotras...

miércoles, 22 de octubre de 2008

ME COMPRE UN CASCO

Ya no hay vuelta atrás. Mi vida ya tiene sentido. Encontré mi función, mi hueco en este mundo. SOY PAQUETE. Y a mucha honra. La nueva hormiga atómica de las calles.
Ayer salí, con mi flamante casco de color grafito -faltaría más- en su bolsita, dispuesta a cambiar la radio-cd por el viento en mi cara.
Ni que decir tiene, que mi arrobita se armó de paciencia. Creo que le he estrangulado algo blandito en el abdomen. Es que mi niña, viene con unas asitas incorporadas para este paquetito.
La primera hazaña fue subirse a la moto. Que no es como subirse a un caballo en las pelis. Hasta que me acomodé se aburrió el sol y se largó a su casa a cenar.
Arrobita con mucho cuidado arrancó la moto y la jodía de la moto empezó a desplazarse. A una velocidad demencial, de verdad, miedo me daba.... a unos 15 km/h. Mi respiración era más o menos como la de Jodie Foster en el Silencio de los Corderos.
Se escuchaba una vocecita desde la parte de atrás de la moto "paraaaa". Y la pobre arrobita buscando un huequito para detenerse.
Afortunadamente, poco a poco, el estómago retomó su posición en el abdomen y la frecuencia respiratoria bajo de 14.000 por minuto.
Lentamente me animé y hasta conseguí mirar el paisaje. Eso si, entre golpecito y golpecito de casco con arrobita. Y los perdones consiguientes (que una es muy educada).
Pero bueno, todo tiene su primera vez. Y esta no fue de las peores. Ya estoy deseando volver a viajar arrejuntadita a mi niña.

miércoles, 1 de octubre de 2008

ESTO AVANZA

Ahora todo está más cerca. Poco a poco, la imagen de arriba se va cristalizando. Como todas imaginareis, lo que también avanza es mi frecuencia cardíaca. Bueno, la mía y la de arrobita.
Ya hemos estado en la prueba de los trajes. Por aquello de ir haciendo una aproximación progresiva. Ver que no muerde. Que no tiene efectos de posesión maléfica. Que no pasa nada por llevar un traje de esas características, etc... Vamos, las presentaciones oficiales "Lunares, tu traje. Traje, tu lunares". Pero no os confundais, que nos quedan como un guante y estamos lindísimas -que lo dice mi mamá y será por algo-.
Además, desde que fui al "Personal shopper" de "El Corte Inglés" cuido mucho los detalles. Voy conjuntada. Que mi camiseta coordine con mis deportivas y con mi bolso. Que ya puede combinar, porque no pienso ir cambiando todo de bolso cada dos por tres. Faltaría más. Fijaros si me lo tomo en serio, que ya no llevo cinturón. Porque me dijeron que acortaba mi estilizada, aunque diminuta altura. Pues alaaaaa, michelines en libertad. Graciosamente disimulados por la gama de colores favorecedores y prendas adecuadas a mi personalidad y tono de piel, POR SUPUESTO.
Pero me voy por la tangente. Os estaba haciendo cómplices de mi taquicardia nuncial. Yo voy siguiendo el manual de la perfecta casadera. Hicimos la prueba de los trajes. Y también la consabida despedida de soltera. Peeeeero ya no se lleva, queridas mías, ir de farra nocturna con un pene simpaticón en la cabeza (vamos, qué pinta en mi despedida por muy simpaticón que sea). Así que nos aplastamos en los coches y nos fuimos de Pain ball y Sumo. A descargar adrenalina.

Y si que se descarga. Como que vamos a hacer nuestra propia liga. Para ir pegando tiritos de colores, cada vez que un jefe nos **** una semana (que es una semana si y otra también). Abrimos la inscripción ya mismo.

En lo del sumo, sorprendentemente -como se ve en la foto- queda patente que soy más alta que arrobita... Aunque tenemos un poco de sobrepeso, jejeje. Yo quería ayudarla, palabra, pero el cinturón me apretaba y no podía agacharme... (por eso ya no llevo, ala).

Ays, qué duro esto de ser noviaalaspuertasdeljuzgado.

jueves, 18 de septiembre de 2008

PRESENTACION EN SOCIEDAD

Bueno aquí os presento el nuevo fichaje de la casa. El grande es Peluche, nuestro gato de tres años. El pequeñajo es Hércules (es que tenemos aspiraciones para el chico). Tiene dos meses y poco. LLeva una semana en casa y ya ha robado el corazón hasta al minino grandullón.
No paran por casa. Se persiguen, se cazan, se mordisquean., como muchos hermanos. De vez en cuando, el maullido del pequeño es del tipo "¡joooooo, me haces dañooooo!". Pero luego no pueden estar el uno sin el otro. Si hasta duermen juntos.
Creo que formamos una estupenda unidad familiar, jejeje.

viernes, 12 de septiembre de 2008

DOBLE ANIVERSARIO


Ayer fue un día un poco loco. Tuve que trastear por la administración pública de nuestros amores. Es bueno hacer amigos, leer, pensar, filosofar,..., a la luz de una oficina pública.

Pero camino de la susodicha oficina caí en la fecha que era "11 de septiembre de 2008".

Una fecha muy señalada para mi... para muchos. Pero en mi caso por algo personal. Hace ocho años que abrió al público mi pequeña empresa de fisioterapia, Fisiocenter. Con ilusión y socio. Recuerdo aquel primer medio mes de trabajo autónomo. Los miedos a no saber responder directamente ante los pacientes, que los ingresos cubrieran los gastos, que la fama que nos creáramos fuera buena ...

Muchas preguntas, mucho futuro...

Tantas cosas han cambiado, que puede dar vértigo. La empresa subió, bajó, bajó, se levantó. Tuve un socio, luego una socia, ahora nada. Tuve trabajadoras, ahora no. Tenía novia, luego líos, ahora novia-prometida.

Mi ánimo subió, bajó, cayó, se perdió y se levantó con la frente bien alta.

Mi economía creció, menguó, casi desapareció y éstá volviendo a levantarse.

En términos generales, vuelvo a tener la ilusión de hace ocho años. Con la experiencia de lo pasado. Con nuevos proyectos, con más sabiduría empresarial -aunque soy un poco dura de mollera-, con un bagaje impresionante.

Lo que si tengo claro es que la empresa posee un prestigio que supera todo lo acontecido. Y eso es lo que más me enorgullece. Haber creado una empresa en la que la gente confía. Una clínica que ayuda a la gente. Mis vecinos, usuarios y algunos ya amigos, confían en mí. Saben que si puedo lo haré y si no se lo diré. Y ésto si que ha sido básico para retomar con energía el proyecto.

Cuando pensé en dejarlo todo, cuando algo dejé entre ver, me devolvieron la fuerza, me devolvieron lo que sembré.
Ahora quiero volver a celebrarlo. Quiero mirar atrás y no tener ni rencor ni pena... Bueno, tampoco va mucho conmigo el tenerlo. Me gusta lo que tengo, más me gusta lo que proyecto. Y contar con el apoyo de arrobita es vital. Con el apoyo de mi familia, de mis amigos.
Me alegro de mis ochos años y de todos los que me han ayudado, de una u otra forma.

Esto ya fue un año después. Recuerdo que estaba casi para irme a la clínica. Nos bajamos una tele. Y me sentí como todos.

Sigue pareciendo irreal. Pero el hombre es así. Capaz de lo peor y lo mejor. El hombre es bueno y la sociedad lo corrompe o directamente somos defectuosos de fábrica. O todo junto.

lunes, 1 de septiembre de 2008

VUELTA AL COLE

¡Qué poco me gustan esos anuncios de vuelta al cole! La niña que hay en mi protesta.
Venía en el coche escuchando a un niño cantar lo estupendo que es, volver al cole, con ... ¡¡media mark!! Ahora, por lo que se ve, también este comercio nos alegra los retornos. Y yo que creía que sólo El Corte Inglés nos daba el "alegrón" de septiembre (¡¡Dios mío!! que anuncio el de este año... Todavía estoy esperando que Indi me explique lo bueno que es saber dividir por tres cifras).
Normalmente, cuando me iba un mes seguidito de vacaciones laborales - la época de los dos meses y pico escolares, ya ni la menciono-, tenía ganillas de volver a la rutina invernal.
Rutina que siempre albergaba alguna expectante novedad. Este año no me quejaré (Boda, viaje, inicio de los grupos de Pilates,...).
Y es que el año, que nos engañe el turrón, empieza hoy - 1 de septiembre-. Y no con el afamado y resacoso 1 de enero. En enero lo que hacemos es continuar con lo ya empezado. Bueno, y formular los nuevos propósitos y las buenas intenciones.
Creo que voy a actuar como arrobita, hermanísima y croqueta. Mi agenda va a ser una escolar. Y ya de paso, me quito psicológicamente unos añitos.
Pero, volviendo al tema del retorno postvacacional, siempre he tenido cierta dualidad. Querer que llegue la rutina invernal y no desear que terminen las vacaciones.
Intuyo que parte de la necesidad de que terminen las vacaciones, se debe a la agonía final "Sólo quedan cuatro días... tres... dos...".
Todo ésto antes conocido como "¡¡¡¡NO QUIERO QUE SE ACABEEEEE!!!!" Y ahora como "depresión postvacacional". Si es que hay que ser modernos hasta para volver al cole.
Bueno, os dejo, me voy a comprar rotus y pinturitas.


miércoles, 27 de agosto de 2008

DE LAVADORAS Y SERVICIO TECNICO



¿Alguna vez habeis arreglado algo? por ejemplo, una lavadora. Pongamos por caso que sois instaladores y técnicos de una primera marca de lavadoras.

Bueno, pues estando en esto, hablais con vuestra amiga del alma y os dice que se le ha escacharrado la lavadora. Que la chica que limpia dice que no va, que se queda con agua, que no centrifuga y que pierde agua. Como buenas amigas, os ofertais a echar un vistazo y arreglarlo.

Vuestra amiga muy feliz, da palmas con las orejas. Al final, le cambiais la goma de la puerta, el mecanismo de apetura, dos botones nuevos que se quedaban enganchados, y le limpiais todo el sistema de filtrado. Como es vuestra muy-buena-amiga, pues pelillos a la mar y nos olvidamos de los costes.

Te vas feliz y silbando y tu muy-buena-amiga, se queda sonriendo feliz.

Al día siguiente, te llama porque la chica de la limpieza dice que no va bien la lavadora.

Que no abre, desde que la arrglaste y que tiene una cosa alrededor de la puerta de color gris raro. La informas amablemente que ahora la palanca de apertura se abre hacia fuera y la que cosa gris es la goma nueva. Gracias, gracias. Y todos tan felices.
A las dos horas, vuelve a llamarte tu muy-buena-amiga, para comentarte que la misma chica ha comentado que los programas no cargan. Te pasa el teléfono y le informas que la rosca anterior la has cambiado por un pulsor digital. Sólo tiene que apretar y van saliendo los números de cada jornada. Ella se queja de que no sabe ahora cómo usarla, porque no sabe si están todos los programas. Tú le dices que están todos, uno detrás de otro. Ella protesta, porque como no sabe los que había, no sabe si ha quedado no funcional alguno. Le explicas que están todos, que si quiere que se haga una lista con los números y el programa que es.
Todos contentos... menos la chica que farfulla que la lavadora antes iba mejor.
Al día siguiente tu muy-buena-amiga, te comenta que la lavadora pierde agua. Y que su chica de la limpieza ha llamado a un profesional muy bueno, amigo suyo de las cañas de los domingos, que le ha vuelto a poner la rosquita, un papelito plastificado con los números y los programas que son y una gomita que sujeta la puerta, con el sistema anterior de cierre. Y por el módico precio de 543 €. Pero que dice que es de mucha confianza el amiguete.
Vas tú y les mandas a **** *********. Junto con la lavadora y les aconsejas que vuelvan a la tabla de lavar en el río, que no tenía puerta y los programas se medían por la cantidad de veces que hay que frotar la mugre.
Todos felices, tú mosqueado, la muy-buena-amiga, compungida, la chica encantada porque ya tiene la lavadora como-tiene-que-ser y su amigo encantado con los dineros para chatos.

miércoles, 20 de agosto de 2008

AUNQUE SEA LO MISMO...


Un sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño. "¡Qué desgracia, Mi Señor! Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Magestad", dijo el sabio. "¡Qué insolencia! ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! ¡Qué le den cien latigazos!", gritó el Sultán enfurecido.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo: "¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes". Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: "¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro. El segundo sabio respondió: "Amigo mío, todo depende de la forma en que se dice. Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado".
Pues tiene toda la razón el sabio. Cuántas veces, nuestra vida, nuestro progreso, nuestras travesuras, castigos,... han dependido de cómo hemos presentado las cosas.
¿No os ha pasado alguna vez en la vida?
Yo he utilizado esta enseñanza en mi trabajo, para saber bandear las tonterías de algún director. Con algún paciente también.
Pero todavía me queda mucho por aprender.

jueves, 14 de agosto de 2008

COMO DIOS MANDA

Tras largos años de actividad parroquial (¡Dónde estarán ya!), nunca he debido contactar mucho con la onda divina. Aunque yo creía que si.
Tampoco me he debido acercar -ni de lejos-, a la esencia de la Biblia. De poco o nada me ha valido asistir, domingo tras domingo, a misa. Ni escuchar atenta las lecturas, las homilias y los salmos. Ni los laudes, las vísperas o los rosarios.
Y claro, menos todavía me ha servido el ser catequista, miembro de caritas o lo que fuera.
No he sido llamada a discernir claramente (ni remotamente iluminada) la verdad que emana de cada palabra enviada a los hombres, por nuestro Creador.
Tras años de esfuerzo, la realidad -la cruda realidad- se ha plantado frente a mi... Pero no desfallezco.
Afortunadamente, mi madre si que ha sido tocada por el discernimiento de la verdad máxima. Ella si que sabe buscar la cita bíblica correcta. Ella domina a la perfección la lectura entrelíneas de los renglones divinos.
Ella si que sabe.
Y, como alma caritativa que es, no descuida ni una oportunidad para hacerme partícipe de su conocimiento.
Así puedo saber cuando no voy vestida COMO DIOS MANDA.
O cómo MANDA DIOS que debo colocar las cosas de la cocina.
Siempre puedo contar con su conocimiento, para averiguar COMO MANDA EL ALTÍSIMO que se han de ordenar las tareas de la clínica.
Y no olvidemos que, como decía Santa Teresa "Dios también está entre los pucheros". Por lo que estoy tan tranquila mientras cocino. No tengo más que ser sometida a un sabio vistazo materno, para saber si me ajusto a los MANDATOS CULINARIOS DIVINOS.
Afortunadamente tengo a mi madre, para que me mantenga al día sobre cómo hacer las cosas COMO DIOS MANDA.
Y yo no tengo que preocuparme por mi analfabetismo divino.
Gracias a Dios... Y a mi madre.

lunes, 11 de agosto de 2008

NO NECESITO AL SOL


Amanece muy lentamente. Mis ojos buscan retazos de luz, en las sombras de nuestra habitación.
Durante unos segundos detengo la respiración, buscando la tuya. Viene a mí, como una pequeña melodía, lenta y suave.
Apenas puedo dibujar el contorno de tu cuerpo bajo la sábana. Poco a poco, la luz entra perezosa por la ventana abierta desde siempre. Pero poco importa si hay o no luz suficiente.
No necesito al sol para verte. No forzaré mis ojos miopes. No lucharé con la oscuridad para hacerte real a mi lado. Me dejo caer lentamente. Cierro los ojos y te veo a mi lado. Siento tu calor y mi piel intuye tu roce.
Construyo tu cuerpo ante mi. Como un holograma. Recojo los datos que brotan de mis labios. Mi boca como fuente incansable de información. De tu sabor, de tu textura. Mis labios se secan porque ya tienen sed.
Mi nariz te dota de olor, del aroma inconfundible de cada centímetro de tí. De la mezcla única y embriagadora que constituyes.
Mis manos pican inquietas. Aportan, con su experiencia, todos los retazos de tu piel. Todos tus poros, todos tus contornos, tus curvas, tus pliegues,... Toda tú.
Los oidos dan paso a los latidos de tu corazón. A todos los escuchados en tu pecho. Y a todos los que están por llegar y que bailan en la antesala de este presente que se me escapa.
Y la imagen es tan real que mis brazos te buscan. Manoteo inútilmente el aire sobre mi. Mi cuerpo siente frío si no me acerco un poco más a ti. Deshecho la copia de ti y me volteo para abrazarte. Como ayer a la hora de dormir. Como todas las noches. Como todos los días. Nunca fuí capaz de dormir sin sentir tu cuerpo a mi lado.
Y, mientras espero, sin prisa, que el sol anuncie un nuevo día a tu lado, me acurruco en una esquina de tu espalda. Te aferro por si no eres real, por si mi suerte sólo fuera un sueño. Si es así, dormiré eternamente. Sólo por no alejarme ni un segundo de ti.



MADRID EN AGOSTO


Habitualmente, en agosto estoy en Madrid. Y este año no iba a ser menos. ¿La excusa? Fácil: obras en la clínica, obras en casa, que no pensaba salir y, por tanto, mejor me quedo en la clínica currando, la hospitalización/robo, etc. Excusas las que querais.
Pero, pensándolo mejor, no necesito excusas. Me gusta estar en Madrid en agosto. Siempre me ha gustado trabajar en agosto. Quedarme como una rodríguez más -como si no lo fuera el resto del año-.
Pero es que me encanta, chicas, de verdad. Y eso que todas pareceis desaparecer entre los vapores asfálticos.
Me gusta porque llego en dos suspiros al trabajo. Vaya donde vaya, siempre encuentro aparcamiento. Tengo entradas para todo lo que quiera. No tengo que hacer cola en ningún probador -cosa que me da tanta rabia que suelo largarme-. Hace menos calor que en julio. No hay cole -y por tanto, tampoco críos berreando ni coches de sus papis en la puerta de mi casa esperándoles-. Etc.
Madrid parece dormirse. Dejarse llevar por la siesta tan patria. La vida parece ralentizarse un poco. Y yo con ella. Aunque no creais que me resulta fácil ralentizarme. Algunas veces me paso de parsimonia, jejeje. Pero me dura poco (¿verdad arrobita?).
Bueno, mientras vosotras vais y volveis, yo os espero tranquilamente en casa. Para que me conteis vuestras aventuras. Yo os hablaré de robos, hospitales, pintura, obras,..., Y nos reiremos todas a la vuelta.

martes, 5 de agosto de 2008

DE HOSPITALES Y LADRONES


Hacía mucho que nos rondaba un ingreso hospitalario. Y, claro, todo llega. Tuvimos que ingresar por urgencias a mi madre. El estado de salud de la susodicha andaba pendiente de un hilo y este cedió de manera brusca.
Así que ya nos teneis de aquí para allá. Con los horarios de visita limitados. Viendo la carita de dolor y las mil vías. Y al otro día, una sonda nasogástrica. Y al otro, otro bote de suero... Y sólo visitas de dos en dos. El hospital se vuelve tu lugar de paseo y el centro de tu horario diario.
Los primeros días, se te cae el alma al suelo. Afortunadamente poco a poco ves que sale adelante. Que esta vez no pasa por quirófano y todos nos alegramos. Y vuelven las risas y las bromas.
Pero claro. Tu orden de vida es muy fácil de seguir. Tres horitas fijas estás fuera todas las tardes. Muy goloso...Para los cacos.

Pues si, tú pensando en ir a ver a tu madre. En lo que dirá el médico. En si le quitan o le ponen una sonda... Y, cuando llegas a casa, te han descerrajado la puerta y te han revuelto hasta las bragas.
Te da rabia, te sientes impotente, te sientes violentada en lo íntimo de tu hogar. Y encima tu madre en el hospital. Mi padre cabreado como una mona. Menos mal que no se sitió culpable -porque nuestra cabeza tiene esas tonterias de vez en cuando-.
No es lo que te roban, es que te han vigilado, te han revuelto hasta lo más escondido, te han dejado la casa como si hubiera pasado un tornado. No puedes tocar nada hasta que no venga la policía científica. Te llenan todo de polvitos negros. Y no dejan de ser otros extraños revolviendo entre tus cosas.
Después toca ir al hospital y, con mucho cuidado, decirle que su casa ha sido robada. Por mucho que le restes importancia (que todos estamos bien, que sólo han roto la puerta, que lo que se han llevado no es para tanto, que lo importante somos nosotros y estamos bien...), la imaginación es muy ágil. Y claro, puede hacerte creer que te cuentan sólo la mitad del cuento.
Bueno, ya está su casa ordenada y mi madre en ella. Y tiene color y la salud retorna lentamente. Eso es lo importante.
Joder, vaya días de verano... A ver si pasa ya de una **** vez.

martes, 22 de julio de 2008

MI OCEANO PERSONAL


Y en esos dos océanos me pierdo cada mañana. Y no recuerdo mejor lugar para estar, porque no existe. En verdad no tengo palabras. Me mira y mi ajetreado mundo pierde su solidez y desaparece.


martes, 24 de junio de 2008

SU SANGRE EN MI MANO

- Anda, llama a Padelita. Que te ha llamado y todavía no le has devuelto la llamada.
Arrobita me abroncaba por mi desidia a la hora de pillar el móvil. Todo mientras, arrobita, hermanísima y servidora nos acomodábamos en el coche para retirarnos, tras unas cañitas y sus raciones pertinentes.
- A ver si salta el manos libres.
- ¿Qué ha sido eso? – pregunta arrobita mirando por los cristales, tras escuchar un golpe detrás de nosotras.
- ¡Hola! – Suena padelita en la megafonía del coche - ¿Qué tal?
- Bien, ¿me has llamado antes? – Obvio, teniendo una llamada perdida en el móvil. Arrobita y hermanísima continuan curioseando a nuestro alrededor.
- Pues bien… El viernes nos fuimos quince minutos después de…
- ¡OSTRAS! Ha sido un accidente…
- Lo siento padelita ha habido un accidente…

E inmediatamente, salimos las tres disparadas hacia el siniestro. Miro hacia atrás. Veo un motorista tirado en el suelo. Un coche atravesado y ninguna moto.
Mis pasos se dirigen, como si un resorte se hubiera activado, hacia el motorista inerte. Frente a él, en la parada del autobús, las personas atónitas miran al suelo. No se atreven ni a pisar el asfalto.
- ¡Llama a una ambulancia! – Grito a mi hermana que ya tiene el móvil en la oreja.
Por el rabillo del ojo, veo un chico corbata. Mira hacia nosotros. Destrozado, farfulla “¡No se mueve! ¡No se mueve!”. Mientras intentan sujetarlo y calmarlo. Palabras suaves, contacto físico para calmar lo incalmable.
Ya estoy de rodillas al lado del cuerpo inerte. Afortunadamente ya está en posición de seguridad. No hay sangre a la vista. No hay posturas extrañas, imposibles.
(“Quítale el caso, que puedes”,”no, no se lo quites… no le toques”, “¿tiene pulso?”)
Le tomo el pulso. Respira y su corazón late. Tengo un poco de sangre en la mano.
- Ey, chico. Mírame.
El chico parpadea débilmente, perdido, desconectado. No consigo reacción alguna. Mi mano busca de nuevo el pulso.
(“Pregúntale un teléfono para llamar”)
Me acerco más todavía a la ventana del casco.
- Vamos, mírame. ¡Eh! Vamos abre los ojos y mírame.
Me incorporo preocupada. Una mano, pasa delante de mí y le palpa el pulso por su cuenta. No se qué más hacer. Rápidamente miro a mi alrededor. La gente no se acerca, menos mal. Aunque te dan su opinión. Te dicen lo que les cuentan por teléfono.
(“No le quites el casco… No le toques…¿está vivo?...No se mueve…)
Hermanísima ha cortado el tráfico y hace que den la vuelta los coches.
Arrobita va y viene. Cerca y lejos. Me mira con cara de preocupación. También es motorista. También pasa por allí. Debería abrazarla, pero no puedo, joder. Su pulso va desapareciendo.
- Venga chico. Mírame… Si me oyes aprietame la mano – mi mano no suelta la suya. “¡Mierda! Le pierdo". Los ojos se han cerrado -.
- Vamos, ¡eh, eh! Escúchame. ¡No te vayas! Vamos abre los ojos.
(“¡Mueve una mano!”)
Me incorporo un poco y veo que los dedos, como si tuvieran vida propia, se mueven. Bien.
- Eso, venga, mírame. Dime cómo te llamas. La ambulancia está a punto de llegar.
¡Joder! Esa sudoración no me gusta, no me gusta… Y esa sangre en mi mano ¿dónde hay sangre? ¿Dónde he tocado? ¡Dios, qué frustrada me siento!¡Qué inútil!
Siento el aire que se levanta y, a lo lejos, el cielo se ilumina a latigazos de luz. Una tormenta se avecina. Oigo a lo lejos una sirena.
- ¡Mírame! Vamos abre los ojos – apenas siento su pulso.
- Dime tu nombre, cómo te llamas…
Hace un calor de bochorno allí tirados. El tiempo parece detenido. No siento a la gente a mi alrededor.
Bruscamente abre los ojos como platos. Unos ojos marrones me miran sorprendidos.
- Eso, mírame. Estoy contigo ¿cómo te llamas? – le vuelvo a tocar la mano.
Sus ojos se van y vuelven a mi.
- Venga dime cómo te llamas.
- ….Carlos…
- ¡Eso! Carlos ¿Qué más?
- Carlos… Pérez…Fernández…
- ¿Te llamas Carlos Pérez Fernández?
Unas piernas uniformadas se van acercando.
- Carlos ya están aquí. Vamos aguanta que te van a ayudar…
Me mira y repite su nombre más fuerte.
Se acerca un policía y el Samur. Les paso la poca información que tengo. Me dan las gracias.
Me alejo.
Me entra flojera. Miro a mi alrededor. Y mi mano con su sangre, como si fuera algo extraordinario.
Necesito a alguien ¿Dónde está arrobita? Mi hermana me pilla, me mira y me abraza.
- Venga, no llores.
- ¿Dónde está arrobita?
- Allí. Venga ¿Qué te pasa? Tranquila – Me abraza y me besa-.
- -¿Y si le hubiera pasado a arrobita?... Ese chico no sale… no sale…
Arrobita se acerca con cara de preocupación.
- Nunca me hagas esto – la ordeno.
- Claro, corazón. Lo intento.
- No te saltes jamás un semáforo.
Me abraza, me besa, me susurra. Mientras la abrazo y miro mi mano. Necesito que me consuele su cercanía.
- Vámonos.
- Claro – me ve mirarme la mano - ¿quieres una toallita?
- Si.

¿Qué más da quién tuvo la culpa en ese instante? Ya hay dos ambulancias. En la distancia veo que le inmovilizan, la camilla pala, el collarín… Y la ambulancia no se mueve. El chico del coche no se tiene en pie. Llora desconsolado ¿De qué le vale saberse inocente?¿Cómo se lleva todo esto con veintitantos años?
¿Cómo saldrá el otro?¿saldrá?
Dos chicos destrozados. Dos familias… Todo por saltarse un semáforo.

Cuídense chicas y tengan mil ojos. Quiero que no falte ninguna en este rincón, cuando pase lista.

jueves, 12 de junio de 2008

TIEMPO PARA CASARSE

¿Alguna sabe si existe un tiempo mínimo de noviazgo?¿Algún plazo exigible de paseitos con carabina y meriendas en familia, para poder casarse?
Porque me caso. Si, me caso con arrobita. Pero "es pronto", "un año es poco tiempo", "deberíais esperar un poco más", "conoceros más"... Por estas y otras frases similares, bien es verdad que verbalizadas por tres personas -aunque pensadas por unas cuantas más-, me planteo si no estaré incumpliendo alguna ley de plazos, algún requisito del registro civil, la Constitución Española o la Carta Magna Europea.
Pero es que ya tengo edad, canas y años de distancia de las ventoleras adolescentes. Ya casi olvidé los años irresponsables y de falta de pensamiento lógico de aquellos años (vale, hay gente que ni con veinte lustros, pero no es mi caso). Ya no creo que me muera fulminada y se acabe el mundo si rompieramos. Ni imagino aterrada que, si nos enfadamos, la pierda inmediatamente.
Si damos ese paso es por motivos de índole legal (sanidad, hacienda, herencias, etc), por un lado... Y porque nos da la gana, por otro.
Porque la quiero. Porque quiero comprometerme ante los demás. Porque quiero compartir mi felicidad con los que me quieren y a quien importamos. Porque si y ¿Por qué no?
Porque tengo ese derecho y quiero ejercerlo. POrque ya formamos una unidad familiar -con gato incluido-.
Porque soy tradicional en esto y quiero "dar el sí". Porque me siento suficentemente segura de nuestras posibilidades de futuro.
Porque la quiero con todas las consecuencias. Porque no me entiendo sin ella. Porque mi futuro se escribe con sus iniciales.
Porque el sofá, por grande o pequeño que sea, siempre es para dos.
Por tantas cosas...

jueves, 5 de junio de 2008

LA VIDA EN CANCIONES

Hace nada han puesto en la radio una canción que trae muchos recuerdos a mi memoria. Es verdad que cuantos más años cumples, más recuerdos tienes, obvio es. Pero hay recuerdos, épocas, personas, que vienen por sorpresa a ti de la mano de una canción.
Mecano, con alguna canción, me trae un verano en el puente de toledo, con pipas y paseos -cuando esa era nuestra distracción más habitual y económica-. La música de las pelis del oeste me trae a los ojos las sobremesas infantiles y las siestas nacionales en semipenumbra. Los eternos the beatles tienen la cara de Ana, su voz y su eterna guitarra - que poderío de voz, madre-.
Ahora Soraya, resucitando la Dolce Vita, me lleva a galicia y a mi primer verano de discotecas. Y a aquella vecinita que tanto le gustaba ir conmigo -y yo tan inocente, aysss.... inocente todavía -.
Todos esos recuerdos tatuados en las curvas de mi cerebro.
Alaska con una anatómica canción, tiene un vídeo grabado de mi primer curso de universidad. Al son de tibias, peronés y demás huesos bailones, desfilan risas y fotos de las prácticas en el clínico, las fiestas en la cava baja, los compañeros y los ladrillos de la universidad complutense. Mi primer contrato de suplencias, mi primer paciente y mis primeros compañeros del Doce de Octubre, desfilan bailando al son de los muñecos de Fraguel Roc.
Canciones que cuando aparecen te hacen sonreir y tararear -si no cantar a pleno pulmón, dependiendo del escenario-. Te asaltan por sorpresa y te rodean de recuerdos que creías olvidados. Y de los típicos "¿qué habrá sido de zutanita? o ¡Ays qué tiempos aquellos!".
Y mi arrobita y nuestros viajes también tienen una musiquita asociada. No os riais, pero el coche y los kilométros suenan a "Padre nuestro, tú que estaaaaaaaas..." Y no, no es que yo conduzca peligrosamente y quitando el hipo de terror, para nada... Cosas nuestras.

lunes, 2 de junio de 2008

COLECCIONISMO


Me ha llegado un correo de esos que te hacen interrogarte "¿Dónde puñetas entré para que me envíen todos estos correos absurdos?" Realmente es un misterio. Bueno, misterio para mi. Porque seguro que conozco más de una docena de personas que pueden explicarmelo. O, más que misterio, desidia absoluta. Pues seguro que si me pongo, doy con todas y cada una de las páginas.

El caso es que este correo va de coleccionismo. Y el coleccionismo es un tema extraño. Porque podemos coleccionar cosas muy variadas. Tenía una colega en el centro base que coleccionaba figuritas de cristal. Y yo pensaba que eran una tontería. Y la mujer se había hecho con figuritas de media Europa. Y le llamaban determinadas tiendas para avisarla de piezas recién llegadas. Nunca lo valoré en su justísima medida -más si recuerdo el dinero que tenía invertido en sus figuritas-.

La última vez que fui a la plaza mayor, descubrí que se coleccionan las chapas de las botellas de cava y similares. eso que se sujeta con los alambrillos, sobre el tapón de corcho. También vi las colecciones de tarjetas de teléfono. Bien es verdad que las hay variadísimas y con gran cantidad de motivos. Una compañera de la residencia las recolecta para su hija.

Ella misma se sorprendió al saber que yo coleccionaba cosas varias. "¿Una escorpio coleccionando?" preguntaba levantando una ceja. Pues si, colecciono cosas variadillas. O más bien empiezo colecciones, que fallecen o languidecen en mi domicilio. Como la colección de billetes de loteria. Adelantándome a vuestra respuesta con sonrisita, no,no, no son décimos premiados. Pero esta colección se finalizó cuando mi padre dejó de comprar loteria. Es decir, hace más de diez años. Aunque por casa siguen danzando los décimos, algunos de hace cuarenta años. Incluso tengo del año en que yo nací. Y, claro, pues le tengo cariño.


También tengo una amplia colección de monedas. Numismática que es una. Y ahí si que tengo el grueso de mi dedicación coleccionista. Tengo también billetes, del mundo y del pasado. Siempre que alguien sale del territorio hispano le pido que me deje la calderilla de los bolsillos -yo por ayudar, claro, jeje-. Monedas heredadas de mi padre, de mi tío, de mi bolsillo. Billetes de peseta -uno me lo regaló una paciente- y de paises que nunca he visitado.

Pero también colecciono candiles o quinqués o como querais nombrarlos a todos juntos. Tengo de camping, de minero, de farolillo, de Budapets, del rastro, grandes, pequeños y de los que su vida peligra cada vez que el gato persigue una mosca. Bueno, este último epígrafe los engloba a todos. Viven al filo.

Y, cómo no, en la red también colecciono cosas. En mi espacio, ese que hotmail amablemente te oferta, empecé a colgar fotos de manos. Bien es verdad que es una de las partes del cuerpo en las que primero me fijo. Puede que sea por el trabajo y lo que las empleo, por lo que me llaman poderosamente la atención.

Y como soy algo lunática, o tengo la cabeza en las nubes, también apañé unas cuantas fotos de la luna. Esa compañera nocturna que algunas veces se escapa y nos visita de día.

Otras personas coleccionan postales, pegatinas, latas de cerveza, muñequitos de plomo, exnovias, exmujeres, amantes, platitos decorativos, cucharas, dedales,... Somos animales extraños.

viernes, 23 de mayo de 2008

MINUTO DE GLORIA

En estos días de lluvia, se agradece recibir enlaces a vídeos como el que pongo al final de esta columna de hoy. Durante unos minutos te partes de risa.

Todo un compendio de flagrantes equivocaciones. Tales que no puedes evitar preguntarte, como el comentarista ¿Cómo pueden fallar cosas tan fáciles? Y podemos caer en la tentación de pavonearnos de hacerlo mucho mejor que ellos, si fueramos... Claro, si fueramos al programa.

Porque todo ésto lo planteamos desde el cómodo sofá de nuestra casa. Donde todo concurso se ve supersencillo, obvio, tiradísimo vamos. Con la familia como público. Tu padre que presume de hija superlista, madre que te mira arrobada cada vez que das pie con bola. Hermana que sostiene que tu inteligencia es de familia. Y abuelos. (lo de la familia como público es opcional, podemos hacerlo ante nosotros mismos y, por tanto, tirarnos más flores porque nadie nos para).

Pero, ya veríamos cuántas acertábamos con cinco cámaras despiadadas apuntándonos. Con sus cinco luces rojas monstrándonos a miles de espectadores. Espectadores entre los que se encuentran familia, amigos, compañeros, jefes y cosas peores. Y un presentador que no pregunta, sino que dispara interrogantes. Que ya te pone nervioso con sólo mirarte.

Bueno, y el público, los cámaras, los de sonido, maquillaje, mozos, regidores y demás profesiones que desconozco.

Entonces ya veríamos en qué se quedaba ese minuto de gloria... o de escarnio público.




lunes, 12 de mayo de 2008

LA FELICIDAD NO DA LA TALLA

La felicidad está sobrevalorada. Y, por consiguiente, siempre somos injustas con ella. Condenándola a fallarnos tarde o temprano.
También están las que alegan "La felicidad no existe. Sólo momentos de felicidad". ¡Coño! Pues a eso se le llama existir. Es como negar la existencia del extreñimiento, porque sólo nos pasa de vez en cuando. Absurdo.
Creo que lo que nos pasa es que no valoramos la felicidad que tenemos. Y enaltecemos los malos momentos. Llegando a regodearnos un poquito en estos lodos.
Dicen que estamos diseñados para sobrevivir, no para ser felices. Por eso nos cuesta y así nos va.
Pero una cosa no tiene por qué excluir la otra. No creo que el objetivo de sobrevivir sea sufrir un poco más. Sufriremos, seremos felices o nadaremos en la insulsa mediocridad de dejarnos llevar. Como mi geranio -que está ahí, y ya-.
Estamos diseñados, hemos quedado, para sobrevivir. Y ¿Pará qué sobrevivir? Somos nosotros los que vestimos esos días de más, que nuestro diseño ultraterreno nos concede.
¿Dónde queremos poner el acento?¿Por qué no dar un poco más de cancha a los momentos buenos?¿Porque no recrearnos en los caramelos de felicidad que la vida nos regala?
La mayoría de nosotras tenemos buenos y malos momentos en la vida. No hablo de los grandes episodios de tristeza -muerte de un familiar, enfermedad, pérdida de lo que podamos tener,...-. Me gustaría que resaltaramos en nuestras vidas lo que hace que se nos cuelgue una sonrisa de la nariz.
En la residencia, en el gimnasio, escucho campeonatos de pastillas y dolores. A ver quién toma más medicamentos y enriquece a la empresa farmaceutica. Quién tiene más padecimientos, quién debería tener al médico para él sólo.
Sólo de vez en cuando, surge una abueleta de sonrisa perenne, que hace gracias, que canta y que no habla de males. Y algunas están en silla, con pañal y hay que ayudarlas hasta a cortar un filete. Supongo que son formas de afrontar lo que nos toca.
Y en mi recuerdo guardo buenos ejemplos, por si desfallezco.


domingo, 4 de mayo de 2008

DE ESPAÑOLES Y MONOS

Estaba esta tarde coreando tranquilamente a Presuntos Implicados, en la tranquilidad de mi coche, cuando me detuve por exigencias de un semáforo. Ya sabeis son implacables y no perdonan ni a las fisioterapeutas.


Bueno, allí estaba yo y justo, cuando tenía la boca más abierta que el perímetro de una hogaza de pan, vi un ojo que me miraba con cierto desdén. Ni qué decir que cerré la boca de sopetón.


Miré retadora su lente. Rápidamente recordé los últimos segundos antes de llegar al semáforo. Principalmente por la multa que me pudieran cascar, gracias al chivatazo de la cámara. UUUFFF todo había sido correcto.


Pero me fijé en el aborto de farola, sobre el que reposaba el armatoste. Vi otras dos cámaras vigilantes.


Pues si que estábamos fichados. Miré a mi alrededor y, con sorpresa, descubrí otro pincho de grandes proporciones, con otra cámara a modo de aceituna cenital. Y otra un poco más allá.


Miré a mi alrededor. A la derecha podía observar el cajero de una conocida caja de ahorros -paso de hacerles hoy publicidad-. En la puerta otra cámara expectante.


La puerta del aparcamiento subterráneo también tenía la suya. Y, me constaba, que la comunidad de vecinos también disponía de un circuito de vigilancia.


Cambió el semáforo, pero la semilla de la curiosidad ya había germinado en mi.


Hay cámaras que multan, que controlan el tráfico, que cuidan tu coche o el camino hasta tu portal. Otras cámaras te acompañan cuando te acercas al banco, cuando quieres entrar y cuando haces cola para la caja.


Por descontado, hay fuera y dentro de los organismos oficiales. Y en las grandes empresas. En joyerías y en tiendas de souvenirs. En fincas privadas y en edificios históricos. En polideportivos, hoteles, museos y hasta en los túneles de la m-30. Si hasta hay cámaras en mi residencia. Que no puedes rascarte en el aparcamiento, sin que te vean tres personas -mínimo- en recepción.


Me sorprende que la gente desaparezca. Si fijo que le han grabado 700 cámaras. Claro, el problema está en saber cuál de todas.


Se dice que, antaño (muy, muy "antaño"), un mono podía cruzar España sin tocar el suelo. Saltando de rama en rama. Aludiendo a la gran boscosidad de nuestras ibérica tierra.

Puede que, en unos años, y a pesar de la alarmante desforestación, un primo lejano de aquel inquieto mono, pueda repetir el mismo viaje. Y sin tocar el suelo tampoco. Gracias a las cámaras y sus soportes.
La próxima vez que os pareis en un semáforo, espereis a un amigo u os metais mano con frenesí, recordar: ALGUIEN, con un bocata de atún entre las manos, OS VIGILA.



martes, 29 de abril de 2008

UN RATO AL SOL


Me siento desganada y perezosa en el sofá del salón. Miro por la ventana, mientras el tiempo se hace el loco. El sol de media tarde se arrastra despacito por mi salón. Y el silencio me envuelve.
Y, mientras mi vista se pierde entre luz, verde, sol y silencio, recuerdo otras tardes en ese mismo sofá. Recuerdo la sensación de disponer de mi tiempo. Tiempo para pasear o leer. Para quedar o para vaguear. Me llegan fotos del pasado. Teñidas del color sepia de la memoria. Y me dejo llevar, me pierdo en mis recuerdos.
Recuerdo tardes de lectura en la terraza. Y las visitas de papá. Los tomates que planté en la terraza. Los tomates, las zanahorias y las lechugas. Todas ellas diminutas miniaturas que me supieron a gloria. Y aquellos bocatas de nocilla. Y los "tientos" al bote de leche condensada.
¡Ostras! y mis clases de baile de salón, girando y girando con mi gran amiga Arantxa de la mano y riéndonos a más no poder. Y las excursiones en bici con Leo. Aquella bici que me robaron y yo se quién.
Recuerdo, como si fuera ayer, el patio del colegio, el jardinero, Murillo. El patio de los párvulos y mis inseparables Sunsi y Covi. Las tres mosqueteras. El tulipán envenenado y el 1.2.3 al escondite Inglés.
Fotos, imágenes en movimiento. Aquellos veranos en la piscina San Miguel. Las mañanas en que la ruidosa muchedumbre me despertaba. Con sus flotadores, sus sillas y sus neveras bien surtidas. La monitora de los cursos de natación que tanto me imponía. Y sus inmensos pechos de nodriza que ahuyentaban a la gravedad. La piscina femenina, como reducto de paz, con su más que cotizado bizcocho de limón, los bombones de nata y el café con hielo.
Mis recuerdos vagan a su antojo por mi memoria. Ocupando su minuto de gloria bajo la luz de mi conciencia. Me diluyo entre ellos y creo oler su recuerdo, sentir su tacto y escuchar sus ecos.
Está claro, presiento el verano.


lunes, 28 de abril de 2008

PEQUEÑAS VISIBILIDADES


Ya se que no es mucho, pero creo que es un buen punto para la normalización y la visibilidad. Desde la semana pasada, arrobita y yo figuramos juntas en el buzón de casa. No es exactamente mi salida del armario en el barrio. Porque ya figuraba ex- en el buzón, hasta hace nada. Pero si hace más oficial a ojos del cartero y los vecinos que arrobita vino para quedarse.

Y espero que se quede muuuuuucho tiempo.

martes, 15 de abril de 2008

DE NUEVO EN LAS TRINCHERAS.

Algunas somos un poco bobas. Cuando estamos de baja nos vemos encerradas en nuestra propia lesión. como si la tobillera reforzada comprimiera todo mi cuerpo.
Y ya no os cuento ese incomprensible sentimiento de culpabilidad. Incomprensible por varios motivos:
- Mi baja es real.
- Mi ligamento estaba roto.
- Me dolía.
- No podía caminar bien.
- No debía estar de pie ni forzarlo.
- ... Y ¡QUE COÑO! Se supone que los fijos de la administración nos tomamos las bajas con muuuuucha tranquilidad.
Pero bueno, la cosa es que he dejado mi tiempo de "ocio" y "acaricie" de gato, para retomar la lucha en las trincheras. Para ganar cada paso con andador, cada giro con la silla de ruedas, cada movimiento de polea.
Tampoco me quejaré mucho, porque me encanta darles caña. Y a ellas (principalmente abuelas) más. Creo que hasta tendría mi propio club de fans, si me lo propusiera.
Además, saber que el departamento estaba cerrado me hacía sentir cierto escozor. Pues paralela y directamente proporcional es la pérdida funcional en mis "soldaditas".
Así que, aquí me teneis, de nuevo. Dirigiendo a mis "muchachas" hacia la victoria sobre las limitaciones, los dolores, las fracturas y los reumatismos varios.
Aquí os dejo un vídeo grabado antes de mi baja. Nos costó muchas horas de esfuerzo el rodaje y está hecho sin dobles. Para que alucineis. A ver si alguien llama al COE y nos fichan. Las zapatillas son diseño nuestro.


domingo, 6 de abril de 2008

DIAS DE RETIRO

Dado que estoy de vacaciones forzosas, tengo algo más de tiempo. Bueno, no se cómo lo hago, pero se me escapa entre las manos. Supongo que sabeis de qué hablo. No tienes grandes cosas que hacer, mucho tiempo... Y no te da tiempo. Total, tienes más tiempo después.
Así las cosas, y como arrobita no dispone de tanto ocio -ella no está de vacaciones forzosas y alguna tiene que trabajar para mantener España-, le propuse ir a pasar la mañana del sábado a un parquecito. Idea que fue muy bien acogida.
Así que nos pertrechamos con unos bocatas, una cantimplora, los patines -obviamente, no se me asusten, para ella- y un libro, un cuaderno y el periódico -claro, para mi- y nos fuimos a ese desconocido parque conocido como El Retiro.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de una tranquila mañana de relax. Me lo pasé estupendamente. Jugamos a la pelota. Tranquilas, del tipo "yo quieta parada, y si se cae la pelota tú vas a por ella y yo te lo agradezco". Aunque sólo fuera para mover los brazos un poco. Que me voy a volver un tronquito si me muevo menos de lo que ya lo hago.
Tras almorzar, y tiernamente tiradas sobre el cesped, pudimos charlar largo y tendido. Ya sabeis, de lo humano y lo divino. Reir, filosofar, hacer alguna confidencia, planear nuevos proyectos... Charlar. Algo tan importante y necesario.
Y para finalizar, paseito sobre patines, de mi arrobita. Siempre bajo mi atenta y arrobada mirada. Y pensando que yo también quiero aprender a patinar y moverme con rapidez y elegancia entre los cuatro millones de paseantes. Aunque, conociéndome, se podría decir que para moverme con rapidez y elegancia de uno a otro de los cuatro millones de paseantes con los que me daría... Si por una foto me pasó lo del otro fin de semana, imaginarme con unos patines. Todo un peligro para la sociedad.
Espero repetir pronto esta jornada tan agradable. Me gustó, lo necesito con más frecuencia. Así me olvido de este reposo y, más adelante, de tanto ajetreo.

lunes, 31 de marzo de 2008

SEGOVIA SIN PATADA VOLADORA



Esta que observais es la Iglesia de la Vera Cruz, sita a las afueras de Segovia, camino de Zamarramala. Pequeña, coqueta y curiosa iglesia, perteneciente a los muy dignos caballeros templarios.

Ahí donde la veis, es una iglesia que me encanta. Y hasta allí me acerqué el sábado con la intención de pasar otro lindo día segoviano. Acompañada por mi muy querida arrobita y mi muy querida suegri y su muy querida tía (de mi amada suegra). Mi intención era quedar estupendamente, haciendo de chofer y de muy grata compañía. Por aquello de ganar muchos puntos frente a la familia política.

Ete aquí, que íbamos en el coche planificando las visitas culturales y las gastronómicas. Decidiendo el orden de las visitas y donde sería más rico a la par que económico, almorzar y relajarnos. Y salió como primera opción la susodicha iglesia de la orden de malta.

Muy digna salí armada de una cámara dispuesta a inmortalizar el momento. Así que, cuando estábamos en la puerta lateral, tras escuchar a mi arrobita contar la leyenda que existe sobre los orígenes de la iglesia, dispuestas a entrar se me escuchó decir "¿Por qué no os poneis en la puerta y os hago una foto?" Mi propuesta gustó y se fueron a colocar, sonrientes como casi todos cuando estamos de excursión, y yo me alejaba, vigilando el suelo por el rabillo del ojo. Porque había un escalón en el terreno y no me lo quería comer.

Pero el destino, como dice la canción, cambió mi suerte y adelantó un trocito de ese escalón de antiguas piedras. Justo el trocito hacia el que yo me acercaba mientras averiguaba como funcionaba el objetivo de la modellllllna cámara.

Justo cuando se iban girando hacia mi, observaron con horror, como servidora se derrumbaba como una de las torres de NY.

Sin poder evitarlo ellas, y sin querer evitarlo yo, caí de lado sobre la dura piedra/tierra. Todo por evitar lo inevitable del esguince y lo si evitable de la fractura que ya me imaginaba por el intenso dolor que me llegaba del distante pie. Así que, rodé con fuerza, dada la altura del escalón y la inclinación del terreno.

Rodé como una croqueta, con fuerza y rapidez. Di tres o cuatro volteretas, mientras se me escuchaba quejarme y maldecir en arameo. Creí que no pararía. Así que allí estaba yo, dando volteretas como si de Jean-claude Van Damme se tratara, pero sin la patada voladora final que tiraba al malo y le dejaba de pie y sin despeinar a él.

Cuando paré, sin abrir los ojos, seguía quejándome y dando puñetazos al suelo. Esto asustó bastante. Pero es que tenía el pie que me dolía horrores y mi orgullo no os digo cómo. Y, además, pensaba que yo era la que conducía, la UNICA. También pensaba en qué iba a hacer con la clínica si me quedaba tullidita una temporada. Todo lo que dejaba colgado si no podía salir del sofá. Y encima DELANTE DE LA FAMILIA POLITICA -o su mini-representación-.
Visto como iba mi cabeza y siendo consciente del espectáculo que constituía, dejé de manotear el suelo y soltar algún improperio y abrí los ojos. Mi arrobita se había quitado el jersey y me lo había colocado como almohada, mientras trataba de calmarme -intuyendo que parte del pataleo no era por el dolor-. Vi la preocupación en la cara del todo el mundo y, mientras yo misma evaluaba el daño de mi pie, pensaba en quitar gravedad a la situación. Así que pregunté si me habían grabado en vídeo. Total, ya que me había caido de una manera tan aparatosa, se podía intentar ganar un dinerillo en vídeos de primera o similares. Nadie estuvo rápido con la tecnología. Una lástima.
Bueno, si que lo estuvieron con los móviles y pronto apareció la ambulancia que me iba a atender. Así que pude practicar uno de mis hobbys: visitar las instalaciones sanitarias del lugar de vacaciones. Ya sea Segovia o París. Puedo certificar, que le doy una categoria de tres venditas a Segovia y una y media a París. Afortunadamente, caerme fue mi primera actividad de la jornada y fui de las madrugadoras en urgencias. Es más, fui el primer trabajito de la ambulancia. Y en urgencias no había nadie. Ganas me entraban de irme con la silla de ruedas de excursión por el centro. Total, más sola no iba a estar.
Pero bueno, tras una hora allí (si, si, sólo una hora, hasta para ir a urgencias hay que ser madrugador), salí con mi patita vendada y una tirita en mi orgullo. Para resarcirme, comimos en San Marcos, mientras esperábamos a mi hermana que haría de chofer hasta madrid.

Así que, ahora me encuentro tirada en el sofá de casa. Con la patita estirada y la espalda cuidadosamente colocada en los almohadones para que no duelan. Y buscando en la agenda algún colega que pueda tratarme con cariño y acortar la convalecencia.