miércoles, 28 de diciembre de 2011

CONSERVAR LA INOCENCIA

Hoy en el santoral, se recuerda a un montón de críos. Aquellos que murieron porque el político de turno intentaba cortar de raiz el problema de un tal Jesús en el futuro. Como se ha visto, falló.

Hoy, por tanto, es el día de mucha gente. De todos los que conservan, aún siendo talluditos, un poco de la inocencia de la infancia. Por pequeña que sea esa porción.

Hoy es mi santo también. Me incluyo, me resisto a que me excluyan, a autoexcluirme o que me expulsen tras robarme toda la inocencia. Y eso que ya estoy muy maleada.

Quiero ser inocente y creer un poco en el hombre.
Quiero creer que podemos cambiar las cosas.

Soy inocente para creer que podemos mejorar.
Soy inocente como para imaginar un mundo mejor.

Inocente como para creer que, con la que está cayendo y los periódicos a reventar de malas noticias, asesinatos, robos, crisis, eres y demás, ningún tiempo pasado fue mejor.

Quiero ser inocente y luchar por acercarme a todos con una sonrisa, brindar mi apoyo, mi cariño, mi escucha. 

Quiero conservar inocencia suficiente para poder trastear con un niño y que no piense que soy un vejestorio.Quiero conservar la creencia en las hadas, los ángeles, el ratoncito Pérez, los Reyes Magos y los extraterrestres simpaticones.

Soy inocente, por lo menos un poco. Para poder afrontar tanta dureza, dolor, esfuerzo, sinsabores, descreimientos, desidias y desigualdades.

Quiero ser un poco inocente y creer a pies juntillas que puedo aportar algo para mejorar el mundo que me rodea.

lunes, 26 de diciembre de 2011

MUDANZAS VARIAS


La verdad es que una mudanza es una bonita forma de complicarse la vida. Tras unos lustros en un domicilio, independientemente de la cantidad de metros útiles de que disponga, descubres tu gran capacidad para rellenar todos los huequitos posibles. 


¡Por Dios! ¿De dónde salen tantas cosas? Yo creo que procrean cuando yo no estoy en casa. Otra explicación es imposible. Si hay cosas que ni sabía que teníamos. ¿A ver si es que nos las prestaron y no las devolví? No, no, que yo soy muy cumplida.

El caso es que, hasta que encuentren el sitio a ellas destinado en la nueva casa, tienes que sortear montoncitos de resistencia. Cajas, bolsas que se colocan de manera artística o estratégica en tu camino. Y no se cuánto tardaré en volver a localizar ciertas cosas que ya están en la nueva casa (o eso espero).
No se cómo lo hacemos, pero en las mudanzas siempre desaparece algo. Al menos en las que yo he podido participar. Unas fotos, una camiseta, calcetines, algún documento, etc. Cosas de las que nunca más se supo. Aunque jures y perjures que si que lo guardaste en una caja que vino al nuevo lugar.
Algunas veces, pasa igual con las amistades. No sabes muy bien el motivo, pero te mudas y desaparecen. La distancia se vuelve insalvable. Es como si dejaras lo lazos en el viejo domicilio.

Claro que también aparecen nuevas cosas. Nuevas amistades, nuevas calles por recorrer, tiendas que descubrir, bares que probar. Caminas y descubres que tu vida se ha poblado de aromas nuevos, de sutiles cambios según la hora. No sólo cambian los grados que te acompañan (en mi caso si, que me subí a la sierra), cambia hasta tu manera de percibirlos. 

Un cambio importante, pero positivo y necesario.


domingo, 11 de diciembre de 2011

LA BUENA EDUCACIÓN

Últimamente no me inspira entrar en la zona participativa de las noticias. Lees una noticia, del tipo que sea, te vas a las opiniones y dos merecen la pena. El resto son bravatas, tonterías, insultos, alucinaciones verbales y similares. Obviamente todo con nombres raros, ridículos o sencillamente anónimos. ¿Ya no sabemos hablar de manera coherente?¿Nada bueno que aportar? De todos es conocido el "Si no puedes decir nada bueno, cállate". Una pena que no se ejerza con más frecuencia. Eso tan bueno que tenía la red, la libertad, la posibilidad de exponer tu opinión, de dialogar, compartir, se queda en insultos y estupideces. Será que no damos para más. Amparados en el anonimato dejamos libre ese yo profundo que tenemos encerrado. Y nos dedicamos a insultar, amenazar, a lanzar ideas delirantes sin base y crucificamos al que no comulga con nosotros. El anonimato, ese que ayuda a lidiar con dictaduras, con secretos que nos amenazan, que pueden ayudar a sociedades secuestradas caminar hacia la libertad, también ampara lo peor. ¿Cómo encontrar el equilibrio? ¿Cómo mantener esa ayuda y limitar la demencia? Es importante establecer este equilibrio. Luchar por ese estupendo potencial.  A diario comparto la red con personas que me aportan mucho, como persona, como mujer, como profesional sanitario. Me gusta. Soy una persona curiosa, me gusta conocer gente, charlar, reír. Pero casi he perdido las ganas de opinar sobre las noticias, entrar en los foros que no son los habituales, porque lo que leo destroza la noticia. Destruye la conversación y la participación. Realmente te desanimas. Y eso no es bueno.