lunes, 25 de noviembre de 2013

EL DIA DE LA VIOLENCIA

Hoy es el Día Internacional Contra la Violencia de Género. Contra el género violentado, que da la casualidad que abrumadoramente es femenino. Y, para celebrarlo, nos hemos desayunado con la enésima mujer muerta a manos de su pareja.

Todos hablamos de esta lacra. Todos gritamos (más o menos fuerte, más o menos todos) por unas penas más duras, unas medidas más eficaces. Que si el gobierno, que si las distintas administraciones por debajo, que si la policía, que si la prensa... Y nosotros ¿Qué?

No se registra en la factura
¡Llama!

Esos hombre y esas mujeres viven entre nosotros. Trabajan con más gente. Llevan los hijos al colegio, van a la compra. Se juntan con vecinos en los rellanos. Asisten a bodas, bautizos y comuniones. ¿Cómo es posible que se nos pasen tanto por alto?

Echo la vista atrás y recuerdo mujeres, recuerdo nombres y recuerdo confidencias. Recuerdo jugar entre el filo de la educación y la implicación. Recuerdo el sutil límite que puede llevar a una desgracia el que aconsejes o ayudes mal. En aquellas ocasiones, la cosa salió bien. Quizá porque no era del tipo de violencia que termina en una página de prensa. 

Mucha gente dice "A mi no me pone la mano encima" o "¿Cómo una mujer hecha y derecha permite que la insulten, la anulen, la peguen?"... Y demás tonterías de los que nos sentimos seguros en nuestras relaciones. 

La psicología puede ir explicando mejor que yo el proceso de acoso y derribo. Empezamos por un "Quita, torpe", "Anda, déjalo que no vales", "Vaya pinta ¿no te parece?". O aquello de "¿A dónde dices que vas?", "¿Con quién vas?... Con esa mujerzuela... no". También están las vigilancias, el cronometrar cuando vuelves, por dónde te mueves. 

 Y también están las justificaciones por el amor. Que no es que te controle, es que te quiere y se preocupa por ti. Es que no te deja salir porque no puede estar sin ti. Es que nadie te querrá como yo. Es que... ¡MENTIRAS!

La próxima vez que veamos, en una compañera o un compañero, un signo de alerta, no miremos hacia otro lado. 




miércoles, 20 de noviembre de 2013

AQUELLOS DÍAS SIN VISTAS AL MAR

Recuerdo aquella noche y los siete náufragos que nos aferrábamos entre nosotros y a la barra del bar. Copas con sabor a despedida.

Las cuatro madres y esposas que buscaban fuerza y valor, el ingeniero que no encontraba su camino, tú la camarera que nos unió y yo que andaba perdida entre la soledad y el futuro. Una semana antes nos habíamos convocado, sin saberlo, en la barra del bar del hotel. 

A mi me habían dejado los amigos tirada. O más bien, yo les había dejado a ellos, empecinada como estaba en aprovechar la semana que restaba de vacaciones ya pagadas, y dejarlos marchar ante el supuesto empeoramiento del tiempo. Algo que nunca pasó con suficiente intensidad y que resaltó lo que realmente deseaba.

Bajaba buscando el periódico y un desayuno tranquilo. Encontré el rincón perfecto, cerca de la zona cero de la barra. Donde sin hacerlo conscientemente, tú aterrizabas cuando descansabas un rato. Donde, sin hacerlo a posta pero sí queriendo un poco, me dejaste el periódico que sabías que leería.

Cuando un cliente no tiene prisa, ni por reuniones, ni por exposiciones, ni por visitas culturales, hace que el tiempo en la barra sea muy elástico. Y allí me quedaba yo, hasta leer las letras más pequeñas del periódico. Buscando tu conversación entre cafés y pinchos. Conversaciones de dos, abiertas a todos los públicos.

Las cuatro mujeres pasaron por la barra para reforzar su unión, al calor del café del "descanso". Recuerdo el primer comentario de las madres-esposas-alumnas, las risas y la distensión. También las primeras confesiones, ya en la jornada post-clases. Todas buscando sin decirlo un futuro, una salida, una carrera hacia delante, que las sacara de sus hogares y sus matrimonios. Amantes esposas y esforzadas madres, que se movían entre el amor y la muerte en vida de su futuro como mujeres, como personas.

El ingeniero se coló de la mano de un pincho de tortilla. Aportando indecisión y falta de visión de su propio futuro. Ellas buscaban uno y él no sabía si quería el suyo.

Tú, tan bien ubicada y segura al otro lado de la barra. Uniendo mundos, hasta ese momento perdidos por las galaxias de nuestras vidas. Y yo, dejándome llevar hasta el último minuto, en aquella ciudad sin vistas al mar.

Con cada desayuno, buscaba el aliño que me regalabas. Me despachabas raciones enteras de conversación, risas y miradas desde la esquina de la cafetera. Dejándote querer, o eso creía yo. Curioseando sin más complicación, pensabas tú. Una por la otra, sin prisa, saboreando ese algo que aún no teníamos y que no queríamos perder. Pero apremiadas por la fecha de caducidad.

Todo nos llevó a esa última noche. Nos regalamos una cena informal y unas copas. No queríamos mirar el reloj. Unos desconocidos que habíamos coincidido. Juramos seguir en contacto, aunque ninguno lo creímos. Unidos por el tiempo suficiente para afrontar la vida.

En aquella barra, donde el ingeniero encontró su lugar entre gente, copas y música. Donde las cuatro mujeres, que llegaron para cambiar, te juraron seguir con su futuro firmando un contrato en la parte de atrás de una servilleta. Compromiso más serio que ante cualquier notario, porque las cuatro, como los mosqueteros, habían decidido unir sus esfuerzos y apuntarse a aquella academia.

En el mismo trozo de barra donde yo tiré copa y lámpara, sintiéndome como quien no tiene más objetivo en la vida que ser torpe y hacer de sus manos un terremoto sobre la barra. Mientras tú reías y bebías. Compartiste la copa, la tuya, la mía y las siguientes. Yo disimulando para no encontrarme. Tu disimulando para perderte de una vez.

Cuando la noche abrió las puertas del garito, y se escapó entre los primeros rayos de luz, el resto de los destinos ya había partido, dejándonos a solas. Salimos camino del final. Tú dejándote caer sobre mi costado, yo ayudando a que no te alejaras. Tú simulando más ebriedad, yo simulando que te creía.

Avanzamos, por esa ciudad con historia y sin vistas al mar. Entre turistas con planos, que nos solicitaban información, y diligentes mujeres que se apresuraban a la compra. Sin rumbo, algo bebidas y con hambre. Tú tropezaste a posta, yo me dejé engañar para cogerte por la cintura.

Recuerdo encaminar nuestros pasos hacia el hotel... Y tu ligero tirón hacia el barrio. Lejos del hotel, tus compañeros y mi habitación. Suspiré camino del fin. Bajo la blusa, tu cuerpo se estremecía. La conciencia y el instinto. La necesidad y la responsabilidad. Todo entre latido y latido.

No quise soltarte al llegar al portal. Tampoco forcejeaste. Y sin dar tiempo a que se cerrara la puerta, mi boca se precipitó sobre la tuya. Si iba a ser una despedida, sería una despedida sincera. Liberando la tensión, las manos y los instintos. No tenía que hablar, todo lo habíamos dicho alrededor de la barra, durante toda una semana.

No se cómo, mientras mis manos buscaban en tu cuerpo, tus manos encontraron las llaves. Y sin prisa, pero sin pausa, aterrizamos la una sobre la otra. Me perdí entre tus piernas, siguiendo tus gemidos. Me llevaste más allá de la razón. No quería pensar. Entre las sábanas, poco a poco, creamos un final. Tú te ibas a quedar y yo debía partir. 

O eso creí. 


miércoles, 16 de octubre de 2013

UN POCO DE TI

Guardo en el bolsillo una golosina de Neska, unas monedas y un amuleto. Ese amuleto es un poco de ti. Sólo un poquito necesito para afrontar cualquier jornada.

Un poco, casi ni se ve. Únicamente lo siento ahí, a mi lado. Lo justo para hacerme dar un paso al frente, dar un poco más de mi. Lo necesario para apoyarme y ser un poco mejor que ayer.

Todo por ti. Para estar contigo, para pasar un día más, una vida más a tu lado. Y si me reencarnara, si pudiera volver, ser tu sombra, tu pelo o la yema de tus dedos para acariciarte cada mañana.

domingo, 13 de octubre de 2013

TODO ESTÁ DONDE TIENE QUE ESTARr

De vez en cuando, la vida se te descoloca. Nada del otro mundo. Nada para ser escrito en mayúsculas. Tengo trabajo fijo, tengo una familia que me quiere, tengo una esposa que me ama tanto como yo a ella. Tengo un techo, tengo para comer y hasta para salir a tomar algo.

Pero muchos de los que estáis en situación parecida, sabéis que no es óbice para sentirte mal. Demasiado estrés en el trabajo, o planes a largo plazo -o corto- que no terminas de ver. Proyectos que no acaban de salir, ni bien ni mal pero que no terminas de ver.


Son momentos en los que tu interior se altera. Sientes que eres incapaz de poner en orden las prioridades del día, de la semana o de tu vida. Todo parece seguir igual, pero tú te has quedado en la orilla. Sin barca y con un remo.

No suelen durar mucho estos momentos. Por lo que todo se soluciona en unas horas. Como el reajuste necesario para algunas máquinas. Pasado el tiempo, el reloj vuelve a cero y empezamos otra vez. No es que no haya pasado nada, es que lo has superado.

Esta vez, arrobita se percató. Como no está acostumbrada, se extrañó y buscaba mil formas de ayudar. Pero es que, por más que me preguntara, ni yo sabía como ayudarme. Sólo dejar correr el tiempo. Y decirme que "No tenía que perdonarme nada. Porque no había nada que perdonar". Porque parece que el tiempo que tardas en reajustarte "es tiempo perdido". Nada más alejado de la realidad. Es tiempo necesario.

Por la noche, no encontraba el sueño. Habían pasado las horas y la desazón aumentaba, por no haber encontrado el camino de la hora cero. En la oscuridad, mis ojos se clavaban en el techo. Y sentía cada segundo caer del reloj.

Por la mañana el sol, el caminar por el campo, el almuerzo y la compra han ayudado a que mi ánimo se normalice.

Pero no ha sido completo hasta la siesta. Mientras la perra dormitaba sobre mi costado, estirada como yo a lo largo del sofá. Su suave respiración -y algún ronquidito- me calmó. Igual que acariciarla sin prisa, sin objetivo. Sólo porque es un puro placer. 

Mientras los capítulos de "Elementary" avanzaban y la tele y la luz del sol recorría la pared de en frente. Me quedé mirando la pared. Un cuadro, dos desconchones pequeños y un velcro -regalo de la anterior inquilina-. Todo en una pared de color crema que no dice ni desdice mucho. Ni poco.

La estantería está cargada de libros, incienso, pilas, cajas y detalles. En un orden que nadie ha elegido del todo. La mesa es un bullir de vida e ideas en pleno crecimiento -mi madre diría "desorden y más desorden".

Pero, he llegado a la conclusión de que somos así. Que yo soy así. Voy y vengo. Empiezo mil cosas y algunas las termino. Otras quedan madurando hasta su momento.

No es que me perdone. Es que no hay nada que perdonar. Sólo es un reajuste.
Todo está bien, todo está donde tiene que estar.




viernes, 20 de septiembre de 2013

TORTILLERA HOMBRE, TORTILLERA MUJER

Hoy cuando llegué a casa arrobita se moría de ganas por aleccionarme. Había descubierto, por fin, quién de las dos "hace de hombre" y quién "de mujer". Si, si, como lo estáis leyendo. El eterno tema de confusión, para nosotras y para el resto de la humanidad.

Y era más sencillo de lo que se pueda pensar. Sólo hay que leer el buzón de correos de la comunidad. Tan sencillo como eso.

La clase magistral vino de la mano de los esforzados técnicos en chapuzas que ha contratado mi vecina.  Y, para ser sinceras, la hemos recibido de gorra, a través de la mirilla de la puerta.

Andaban ellos obreteando por el portal, cuando empezaron a dar unas voces y unos berridos típicos de los más afamados docentes. Para llamar la atención del alumnado. Preocupada arrobita, por si se había desprendido parte del techo del portal, se acercó a mirar por la mirilla. Observó con preocupación que un docente se agarraba el costado, como dolorido, mientras el otro charlaba con la vecina. Pero debió ser un concepto que se atravesó en la vesícula. Nada que una cerveza cada cuatro horas no pueda solucionar.

Cuando arrobita pudo escuchar la conversación, ya se había unido el dolorido técnico-docente de la construcción. En ese momento la vecina, señalando nuestro buzón les decía que éramos dos chicas. Dos tortilleras vamos.



Entre ellos empezaron a divagar quién sería la mujer y quién el hombre. Dato vital en toda relación de pareja, entre mujeres, que se precie. Pero más complicado de averiguar de lo que el común de los mortales pueda llegar a pensar.

Ahí, arrobita se concentró en tomar apuntes. Un técnico dijo que estaba bien clarito "La que se nombra la primera es la que hace del hombre". Aaaaahhhh, ese es el dato definitivo... Pues no.

El otro profesional de la chapuza domiciliaria le restó valor al juicio del compañero diciendo " Es que no te enteras. Como se nota que no eres un caballero. Primero se menciona a la mujer. Siempre la mujer primero". Aaaaaaah. Tiene sentido. A fin de cuentas, si eres el hombre de la relación, y te quieres/debes comportar como un perfecto caballero, debes poner a tu señora siempre la primera.

A ver si reuno fuerzas suficientes, para salir al buzón y ver qué soy. Si el hombre o la mujer. Principalmente, por ver si tengo que hacer la cena o coger una cerveza y tirarme en el sofá.

martes, 17 de septiembre de 2013

EN LA NOCHE ESTRELLADA, TE BUSQUÉ...

Cassiopeia... Y te encontré.

Tras el descanso final de las vacaciones estivales, retomamos las tareas de siempre. Es decir, sacar a pasear a la perra por el pueblo y campito circundante. A ella le viene bien y a mi... También.

Y como me viene bien, pues me llevo el móvil con sus dos millones de Apps, para cualquier urgencia. Como es la de Runkeeper, como medida de autoayuda para caminar, correr, hacer senderismo o lo que se tercie, que el caso es moverse. No vayáis a pensar que llevo el móvil por twitter, Fb, instagram, el correo, o incluso recibir/hacer llamadas (vale, no se lo ha creído nadie, y menos todos los que me siguen en esos foros).

Pero hay una que me encanta (aunque tengo otras tropecientas similares por si me falla ésta) y es Stellarium. Mirar al cielo nocturno y saber que veo. Es algo que me viene de lejos, de las vacaciones familiares en Galicia, en la aldea. 

Por la noche, tras la cena, salíamos a la era y nos descoyuntábamos las cervicales, toda la familia (hermana, padres, primos, tíos...), haciendo un repaso estelar y buscando estrellas fugaces. De aquella época la curiosidad por la vía láctea, la osa mayor, la menor, Venus, Saturno...

Así que ayer, hasta arrobita se preocupó, cuando vio que mi periodo habitual de caminata se alargaba más de lo acostumbrado. Ni que decir que la perra se aburría y me miraba, sentada, con cara de "¿Pero qué haces apuntando con el móvil al cielo?¿No salimos para que yo me pasee, olfatee, haga mis cosas y ladre un poco?".

Un descubrimiento de este año es el cinturón de Orión -si, famoso por la peli-. Y un redescubrimiento es la constelación de Cassiopeia. Diréis que soy una pava, pero me hizo feliz descubrir a Cassi de nuevo en el cielo serrano.

Os animo a mirar al cielo, en una noche despejada cualquiera, y perderos entre las estrellas, jugando a imaginar.




sábado, 31 de agosto de 2013

CUANDO SAKIRA ERA SAKIRA

Como buen sábado por la tarde, estoy tirada en el sofá de casa. Siguiendo de reojo una peli en algún canal de la tele, con Lady Gaga sonando de fondo en una página de internet y mientras escribo esta entrada. También sigo una media conversación por Line, con arrobita que no sabe si salir a servir o poner criada.

Qué quereis sois mujer, puedo hacer muchas cosas a la vez.

En la página anteriormente mencionada, hacen una referencia a los inicios de Sakira, cuando estaba más "carnosa", hablaba castellano y los mariachis poblaban sus actuaciones. Dicen, de Sakira, que era esa época en la que molaba. Y no sólo se dedicaba a adelgazar y hacer dinero en el mundo anglosajón -y, por extensión, en el resto del mundo.

Y, claro, como tenemos tanto en común Sakira y yo, me he preguntado qué es lo mejor: mantenernos fieles a nuestros orígenes o dejarlos atrás. Si es mejor tener unas señas de identidad inamovibles o dejar que la piel nos cambie, como les pasa a las serpientes. Evolucionar o morir.

La verdad es que ni lo uno ni lo otro. Porque si no evolucionas, si no avanzas, puede que sólo signifique que no has aprendido nada, que no has crecido. Pero, si cambias demasiado, puede ser que signifique que eres de carácter débil y que te dejas llevar por los aires externos.

Así que me he puesto en plan examen de conciencia. Por ejemplo, evaluar cómo era hace diez años contra cómo soy el día de hoy...

Pero, ya os dije que estoy tirada en el sofá, atendiendo a varias cosas a la vez. Así que... Dejaremos el examen de conciencia para Semana Santa. Me voy a ser un poco superficial y comprar unas cosillas.



martes, 27 de agosto de 2013

EL PROBLEMA DE LA DIFERENCIA

Nos pasamos parte de la vida intentando ser como los demás, y el resto buscando diferenciarnos, encontrar algo que nos haga distintos.

Avanzamos, damos grandes pasos en el camino de la igualdad. Pero no siempre hacia ella. Sobretodo viendo lo que hay que luchar en  CamerúnRusiaFrancia, República Dominicana o Kazajistán, por citar algunos ejemplos. Cualquiera diría y con razón, que un día de estos me van a dar un macetazo nada más salir a la calle.

Recuerdo, con una triste sonrisa, aquella chica que, hace 20 años, me decía que no era necesario ser tan reivindicativo pues la igualdad estaba conseguida. ¡Conseguida en España hace veinte años! no se podía estar más equivocada, más ciega o más armarizada.

No podíamos casarnos, ni adoptar (ni a los hijos de la pareja), no podíamos compartir cartilla de la Seguridad Social, ni plantearnos hacer la declaración de la Renta conjunta. Si le pasaba algo a tu pareja, quien decidía en el hospital era su familia. No te dabas un beso por la calle ni harta de vino. Te echaban a correazos de casa, del trabajo y del pueblo si se enteraban que eras homosexual...

Y es que el problema no es la diferencia en si. El problema está en ASUMIR, ACEPTAR que la diferencia existe. Que la normalidad no es cuestión de porcentajes. La igualdad no implica que todos seamos "literalmente" iguales. Porque los zurdos, los ambidestros, los pelirrojos, los albinos, los que tienen un tercer pezón, etc, lo llevarían fatal. 

La igualdad es tener los mismos derechos y los mismos deberes. Las mismas oportunidades. La igualdad es respetar a los demás (NO "tolerar", por amor de Dios). Es estar cubiertos por las mismas leyes. 

No se si prefiero que vayan todos a Rusia. TODOS. Y que patrocinen las olimpiadas con grandes anuncios con la bandera del arcoiris de fondo. Que las hamburguesas sean de colores. Que el desfile inaugural se desborde de banderitas del arcoiris. Y que todos los deportistas tengan una detalle. Por todos aquellos que tienen miedo a acudir, todos los que irán sin poder ser naturales. Por todos los que, detrás del estadio pueden ser apaleados.

Me gustaría que los comités olímpicos se acuerden de los deportistas homosexuales. De los aficionados gays. 

No habrá igualdad mientras se persiga al diferente, mientras se utilice al distinto para canalizar la frustración, para tapar los chanchullos, para cegar a la gente, para ganar votos.

Quiero poder pagarte con la misma moneda en cualquier parte del mundo: respeto, educación, igualdad.



viernes, 16 de agosto de 2013

CASINO IBERICO

Ayer, tras un poco de ejercicio, decidimos ir a cenar al Casino de Torrelodones. Tuvimos un pequeño traspiés, pues arrobita se dejó el DNI en casa. Así que tuvimos que volver. Pero son detallitos.

Nunca había estado -ella tampoco- y nos pareció buena idea, cenar en el buffet que tiene. Pues nos habían hablado de él. Así, de paso, curioseaba entre las mesas y las máquinas. A ver si mi imaginación, tallada a golpe de película -americana por más señas-, coincidía con la realidad.

Y, qué quereis que os diga, me decepcionó. Quizá debería volver cuando no sea el puente de agosto. No se, a ver si pillo más gente y hay más ambiente. Porque la clientela se dividía en dos grandes grupos: Chinos y ancianos. Ahí salió mi vena profesional. Le envié un mensaje a mi hermana y le dije, "Déjate de alemán y perfeccionar inglés y ponte las pilas con el chino." Y, por mi parte, empecé mentalmente un proyecto de negocio para proponer al Casino. Fisioterapia a domicilio y casino "Que el reuma no te fastidie una buena mano" o algo así.

¡Madreeee! ¡Qué de chinos y mayores! Pero mayores, mayores. Nada de sesentones -esos serán sus hijos-. De reojo miré las imágenes publicitarias y se veían, por lo que se ve, otras instalaciones. Aquellas a las que acude gente joven, guapa y occidental. Porque el parecido era pura coincidencia.

Pero lo que más me decepcionó, fue la poca adaptación a la tierra. Que si Poker, que si Ruleta, que si Blackjack, y tal. 

Yo propongo una actualización y un retorno a lo autóctono.

Vale, tiene que haber mesas de Poker, porque entran una burrada de jugadores. Pero se podrían gestionar unas mesitas para los verdaderos jugadores hispanos. Mesas de tute y mesas de mus. Sería estupendo ver mayores y chinos guiñándose los ojos, sacándose la lengua, etc. Todo es pensar cómo se puede monetizar. Así también se podrían atraer a los jóvenes parroquianos y universitarios, que de mus saben un montón.

Y ¿Por qué no? Una zona dedicada a jugar a los chinos... Sin segundas vamos. Que pueden incluso sentirse alagados por dedicarles un juego. Aunque no lo conozcan. Ya lo aprenderán, fijo.

Quizá La rana sea demasiado estruendosa, para un lugar tan fino y elegante. Pero todo es plantearse una sala anexa. Como esos reservados para fumadores.

Y no nos olvidemos del grande, que en ruido también puede competir con las maquinitas, El Dominó. Esas piezas moviéndose bajo las hábiles manos del croupier. Ese golpe con la blanca doble... Bueno se me ponen los pelos como escarpias de imaginar la tensión en el ambiente.



miércoles, 31 de julio de 2013

PALABRAS QUE MATAN

Leo con tristeza, sobre la muerte de otro chaval en un instituto de EEUU. Aquí, nos cuentan que ya es el sexto en ese instituto. Si, si, EL SEXTO. ¿Qué puñetas están haciendo para solucionarlo? ¿Tan terrible es que un chaval sea gay?¿Tan horrendo que merece la muerte? Y, claro, como se suicidó, no hay una mano ejecutora... Pero hay una boca... Hay muchas bocas. 

Pero, claro, EEUU queda muy lejos. Y Iowa ni te cuento. ¿O no? A ver, que no deberíamos correr al otro lado del atlántico para ver agresiones homófobas. Tampoco hay que correr a Rusia, con sus leyes homófobas que hacen que estén floreciendo las agresiones a adolescentes gays. Para echarse a temblar si nos vamos para Africa.

Me llena de dolor que jóvenes tengan la capacidad de hundir a otro, de hacerle desear la muerte, de desear su muerte. Me parece terrorífico que otros chavales, otras personas, consideren una grata diversión pegar, insultar y denigrar a otro ser humano POR AMAR.

No puedo imaginar lo que es ir al colegio temiendo que te insulten, que te acorralen unos majaras, de tu edad o poco más mayores. Temer traspasar la verja de tu centro. Del centro donde se forma el futuro. Pero, claro, no todo el problema está en el colegio. Porque esos niños tienen un hogar. Una casa donde no debe respirarse mucho respeto por el hombre, por la diferencia, por los demás. 

Serán círculos, donde la palabra no arropa, no da confianza, no enseña respeto y humanidad. Donde los sinónimos de la justicia se han borrado. Casas donde se pega con la fuerza de la lengua afilada e hiriente. 

Así no vamos a ninguna parte. Sólo al dolor y la muerte.

sábado, 27 de julio de 2013

A LA PISCINA CON LA PERRA


Ya conocéis a nuestra perra Neska. Aunque parece una perra, en algunos momentos parece una sirena, o un lenguado o un delfín. Porque no es que le guste el agua, lo siguiente. Como los críos, si ve un charco como mínimo tiene que pisarlo. Y patea todo embalse de agua, pilón, bañera,... Creo que está haciendo un libro sobre lugares de agua para perros.

Con estos datos, imaginar lo que pensamos cuando mi hermana nos pasó este enlace de salpican . Ya había visto un vídeo sobre un evento similar en EEUU. El último día de la piscina en cuestión, abren las puertas a personas con sus perros. Un gran día para ambas partes del binomio. Porque nos gusta disfrutar de la piscina y de nuestros perros. Así que, si podemos juntar ambas cosas, mejor que mejor.

Desgraciadamente, apenas si podemos pisar remotas playas nuestro inmenso litoral. De las piscinas ni hablamos. 

Así que allí estaremos mi hermana y nosotras, Trasto y Neska. Os animo a compartir esta jornada de diversión acuática. Bien es verdad que Trasto es de secano, pero todo sea por disfrutar de una jornada "náutica" en familia.






lunes, 15 de julio de 2013

ESTOY MAYOR PARA PARQUES

Este fin de semana, lo he pasado entre agua, cochecitos, cohetes, gigantes de peluche, piruetas imposibles y demás. Todo lo exigible a un parque temático. Reventaita que estoy. Y eso que no he tenido que montarme en todo. He podido esquivar las atracciones esas que te dan dolor de cuello, con sólo mirar la evolución de los gorgoritos eléctricos en el cielo  ¡Qué mareo!

Bueno, no todas. Un par de esas montañas no he podido esquivarlas. Pero claro, si te lo pide tu sobrina de seis años, con una mirada angelical, abrazándote al grito de "Porfi, porfi, porfi". Pues, allá que vas.

Entre el calor, el agua, el sol, las distancias, el calor, el sol ¿Lo he dicho ya? y las montañas rusas, hoy estoy para el arrastre. Menos mal que llega siempre el lunes, para salvarnos de nuestros osados fines de semana. Con un poco de suerte, para el jueves estaré restablecida.

Que lo he pasado bien, pero más en las de agua, empapándonos de lo lindo -. Esta vez, iba preparada, llevaba bañador-. Se agradece, con la que está cayendo. Disfrutando como una niña chica -ya que en mis tiempos no había atracciones tan chulas-. Bueno, no se si mi madre me hubiera dejado mojarme de esa manera. Fijo que ella no hubiera montado. No se lo echo en cara, eran otros tiempos. Sólo eso.

Ahora hacemos un montón de cosas, por los hijos o los sobrinos. Incluso repetir en la montaña rusa... Bueeeno, reconozcamos que los críos son una buena excusa, bien sea para las atracciones, para el cine, las chuches o los columpios. 


lunes, 8 de julio de 2013

ORGULLO GAY: LO NORMAL NO VENDE

Ya pasaron las fiestas del barrio. Porque las fiestas van por barrios. Terminaron en Chueca y empezarán las de los santos de otros barrios. No, nosotros no tenemos santo. Tenemos un montón de mártires. Pero claro, el Vaticano no creo que nos los santifique. Los recordamos nosotros. Sin altares, sin velas y sin misas.

¿Qué de qué hablo? Pues de todos los que han sufrido en sus carnes hasta hace unas horas, la agresividad de los demás. Los que han perdido la vida SÓLO por amar a una persona de su propio sexo ¿De verdad crees que no es para tanto?¿De verdad crees que no debo llenar las calles? Claaaaaaro, pero por ganar una copa si -y encima no la ganaste tú-.

Muchos dirán que, para reivindicar no hay que ir hechos unos adefesios. O exhibiendo cuerpo, o en tanga... ¿Y por qué no? Les recuerdo que lo que trasciende de toda esa pluma, ese músculo, o esa tripa al aire, es el reivindicar que no debo esconderme. Por hortera que sea, por "poco agraciado" o por "muy gay". No, yo no suelo ir vestida con cadenas y cuero, en bragas (aunque las lleve, claro), con más plumas que un pavo real. Pero si te quedas en eso es que eres más superficial de lo que pensaba.

Lo que se hace es decir, soy gay y paseo por tus calles, beso a mi mujer en tus calles, frente a tus bares, al lado de la parada del bus. No tengo por qué esconderme, no debo temer hacerlo.

¿No lo pillas?¿Cuándo besaste a tu mujer/novia/novio/marido por última vez en la calle?¿Un segundo antes echaste un vistazo a tu alrededor?¿Temiste que alguien te mirara, te increpara, te insultara? NO?? Pues eso, no sabes de qué hablo.

El los periódicos sólo aparece el camión de los cachas, de los gorditos (porque es así como lo ven), el trío de tíos disfrazados de mujer (como si fuera carnaval) y las chicas también exultantes y mostradoras de su cuerpo. Pocas pancartas salen en la prensa. Pocas familias apoyando a su familiar gay. Pocos grupos de amigos heteros, pocos normalitos y corrientones como servidora. Eso no vende. 

Porque el periódico, para vender, saca el extremo, lo raro, lo excepcional de la manifestación. Lo que sabe

que llamará la atención. Una familia feliz ¡Vamos hombre! eso no vende.

El año que viene, cuando lleguen las fiestas del orgullo, piensa que desde hoy hasta ese día, en el mundo habrán muertos unos cuantos SOLO por ser homosexuales. Te recuerdo que hay pena de muerte para ello. Te recuerdo que algún estudiante ha intentado quitarse la vida, porque no puede con la presión. Te cuerdo que se pierden trabajos, que se hace la vida imposible, que tus padres te dejan de hablar, ... Recuerda y apoya en la manifestación.

jueves, 4 de julio de 2013

PALOMA SAN BASILIO Y EL ORGULLO LGTB


No he podido asistir, principalmente porque no caí en la cuenta que fue ayer. De todas maneras tampoco lo habría disfrutado como lo hice hoy. Según dicen apenas si se oyó. Pero leer el pregón que hizo Paloma San Basilio, bien merece ser disfrutado tranquilamente. Leerlo y dejar escapar una sonrisa. Un aliento positivo de una gran artista.

“Me volvía loca ponerme los zapatos de mi madre, mejor dicho sumergirme en los preciosos zapatos de tacón de aguja de mi madre. Era como dejarse caer por el árbol de Alicia en el país de las Maravillas. Enseguida aparecían colores, imágenes, perfumes, sonidos y todo lo que a una niña de 10 años le sugiere con su inocente mirada el mundo de los adultos. Los zapatos de mi madre dibujaban el umbral de un escenario en el que cantar, bailar y ser feliz era posible al mismo tiempo.
Mi madre pisaba fuerte con sus tacones y se lanzaba a la calle segura de su paso elegante y airoso, que le permitía contemplar desde esa altura la vida que le rodeaba. Su taconeo era rítmico, sonoro, y yo sonreía cuando su repiqueteo me decía que ya estaba en casa. Siempre admiré la claridad que mi madre tenía para decidir qué zapatos ponerse, los que mejor le sentaban y en los que mejor se sentía.
¡Qué importante es saber cómo quieres andar por la vida, qué zapatos quieres calzarte para ser tú mismo, y que nadie te cambie el paso, respetar y aceptar el paso del otro! Sí, ponerte también en sus zapatos, pero sintiendo y disfrutando los tuyos, los que te permiten mirarte al espejo cada mañana y andar libre y feliz sin tener que arrastrar un peso que no te pertenece y que los demás te quieren endosar para proteger su miedo y a ti te hacen frágil y vacilante en tu andar diario.
Aprendía muchas cosas con mi madre: cómo pintarse los labios, cómo hacer empanadillas, cómo conseguir que nuestra casa fuese el mejor espacio posible con y sin dinero, cómo decir lo que piensas es bueno para ti y los demás. Aprendí por ejemplo a jugar a las cartas, se juntaba con sus amigas y, a mi vuelta del colegio, todavía con el uniforme, me sentaba con ellas disfrutando de sus conversaciones y sobre todo de la merienda que interrumpía la partida de canasta para cambiar los naipes por los pasteles y ensaimadas.
En una de esas maravillosas tardes de mayores, una amiga le comentó a mi madre: ‘Fíjate, María Teresa, a fulanita el hijo le ha salido rana’. Ante la mirada interrogante de mi madre, su amiga insistió: ‘Que es del otro lado, de la acera de enfrente’. Esa era la manera de decir en aquel tiempo que alguien se salía del camino establecido. Desde mis diez años, a mí no me quedaba claro qué quería decir ser del otro lado: si es que solo había dos lados y unos estaban en uno y otros en el contrario y, en ese caso, en qué se distinguían y cuál era la línea divisoria que yo no veía por ninguna parte. Y si no pareciera lógico que para los del otro lado, los que estábamos en el opuesto, es decir en el otro, éramos los demás. De la misma manera que la acera de enfrente existía porque existía. La opuesta porque con una sola acera la calle no sería una calle sino una plaza y yo estaba harta de ver un montón de gente en la otra acera sin que me pareciese notar ninguna diferencia con la nuestra ya que en cuanto salíamos de nuestras casas todos nos mezclábamos y éramos los mismos alegres seres caminando en distintas direcciones según el objetivo de nuestros paseos.
Mi madre, sin dejar de mirar sus cartas y volviendo a lo de la rana, le preguntó a su amiga: ‘¿No conoces el cuento de la rana que se convierte en príncipe?’. Ante la perplejidad de nuestra invitada, mamá le dijo: ‘¿Sabes, querida? Esa madre tiene la inmensa suerte de tener un príncipe en su casa’. Zanjó la conversación tranquilamente y nos dirigimos al momento más emocionante de la tarde, que era el de la merienda.
Tardé algunos años en comprender aquella conversación y sobre todo en aplaudir la forma en que mi madre dejó claro que, además de jugar a las cartas y merendar, en mi casa nadie negaba el pan y la sal a nadie, y menos por su diversidad sexual o vital, que ya hay bastantes seres marginados y humillados en el planeta porque otros lo permiten. Que cada uno decide con qué zapatos quiere transitar por la vida y los sueños, y que si su hija se disfrazaba cada vez que había visitas y montaba un número cantado y actuando, la solución era o no volver a comer nuestras riquísimas lentejas o relajarse y disfrutar las lentejas y la representación.
Así que, amigos, sacad vuestros mejores y más lúdicos zapatos, pisad fuerte el asfalto y la vida, la mirada alta, la sonrisa abierta y a la calle a disfrutar del gran teatro del mundo que hoy es vuestro. Y ya sabéis: si os tropezáis con alguna rana, dadle un beso porque puede ser un príncipe”.


Gracias a dos manzanas por hacer una transcripción del mismo, que yo sólo he tenido que copiar. 


martes, 2 de julio de 2013

LA CULPA ES DEL PERRO

Antes de tener perro, había cosas que ya me parecían insensatas, pero que ahora me parecen más. Si, estoy sensible con el tema caninovacacional. 

Con los gatos no hay problema. Unos días siempre pueden quedarse a sus anchas en casa. Ni se van a dar un atracón a comer el primer día, ni van a salirse de la tierra para evacuar. Además, se les eriza el pelo y ponen los ojos en blanco, con sólo pensar en entrar en la cesta y salir zumbando en el coche.

Pero la perra, la perra es diferente. Además, le encanta brujulear por ahí con nosotras. Y, mientras se pueda, nos gusta hacerlo. Pero claro, no todos los destinos son sencillos. Los hoteles no lo ven, los restaurantes tampoco, las playas tampoco...

Que digo yo, si el perro molesta o mancha o ladra o-lo-que-sea, la culpa es del dueño, se les echa a los dos y punto. O se utiliza el derecho de admisión.

¿Por qué presuponer que mi perro va a dar guerra, va a morder-ladrar-perseguir o lo que sea que se imaginan que hace?

Un ejemplo de temporada: las playas. Por lo que se ve, los perros causan un gran daño ecológico. Deterioran la arena, el agua, las vistas, etc. Pero, como se ve en la imagen, toda esa basura cuesta imaginar que la genere un perro.

Y, sin embargo, a la gentuza que lo hace no se le prohibe el acceso. Y también están los que fuman y dejan la colilla en la arena, los que hablan a gritos, los que ocupan mediaplaya, los que beben en exceso y terminan molestando a todos. También están autorizados los que te molestan con su desembarco, los que llevan la música para toda la provincia. Y no se si hablar de los que liberan a los niños por la playa y se desentienden de ellos hasta la hora de largarse -y no les digas ni mu, que te muerden un ojo-.

Yo tengo que aguantarlos a todos. Pero mi perra, que sólo juega con su frisbi, es la culpable de todo. ¿Que hay gente que los tiene miedo? Bueno, pues acoten un trozo de playa para nosotros. No quiero ni la mitad, un tercio, un quinto... Algo. Porque también quiero poner mi sombrilla, mojar el culete y jugar con mi familia -incluida la perra-.

Y si ensucio, pues que vengan y me echen ¡Como se debería hacer con todos los arriba mencionados!




lunes, 1 de julio de 2013

EL ARTE DE ANDAR DESPACIO

¿El arte de andar? ¿Estoy tonta? Todas estáis pensando que ya sabéis caminar. Que andáis desde hace años. Pero no lo tengo tan claro. A mi se me olvida de vez en cuando. Si, como habéis leído. Se me olvida.

Vamos a toda leche. Como si la vida se nos fuera en ello. Vamos corriendo hasta para tirar la basura. Nos enfadamos cuando tardan los críos en salir, el médico en atendernos, la cajera en pasar los códigos de barra... Eso no es andar, es ir echando el hígado y la mala baba por doquier.

No sólo no caminamos. No caminamos despacio. Y nos enfadamos con el mundo que no sigue nuestro ritmo.

Pero hay que hacer ese pequeño esfuerzo. Debemos dejarnos un tiempo para disfrutar del camino. De las fachadas tan distintas, las tiendas, la gente tan variopinta.

Debemos andar despacio, para que nuestra cabeza también ralentice su actividad, para que se relaje. Porque cuerpo y cabeza hacen sinergias muy interesantes. si uno tira el otro corre. Si uno se calma, tranquiliza al otro.

No, no estoy diciendo que ahora vayáis a paso de tortuga todo el día. Más bien que nos regaléis ese momento. Que disfrutéis de un rato largo, para caminar, para olvidaros del reloj. Cada uno en función de sus posibilidades reales (no eso de "yo no tengo tiempo para esas cosas" con lo que zanjamos estas conversaciones). Querámonos un poco.

jueves, 27 de junio de 2013

REPASANDO MIS BUENOS PROPÓSITOS

Trasteando por mi blog, me he dado cuenta que este año me hice una interesante propuesta de "Buenos propósitos". Ya sabeis, esos que se hacen al principio de año, al principio de curso, con vistas al verano, a Navidad o lo que se tercie.

Bueno, tampoco lo estoy haciendo tan mal. Para la poca vida que suele tener, mantengo alguno con vida. No escribo tanto como esperaba, pero tampoco he cerrado.

Cocino, con mayor o menor fortuna, recetas nuevas y sencillas. La última carrillada de cerdo, con puré de patata. Vale, el puré no me salió mal. La salsa de la carrillada no siguió el  mismo camino. Como ponían en el cuaderno de las notas -de otras claro, nunca mías- "Necesita Mejorar".

Lo de salir a caminar, hacer senderismo, trotar por los campos... Bueeeeno, pues casi lo hago de manera regular. 

...

Así que, estoy manteniendo el tipo que me propuse. Un poco maltrecho pero todavia tengo tiempo.

martes, 25 de junio de 2013

CASADA CON UNA PERRA

Que noooo, que no le estoy faltando al respeto a mi arrobita ¡Faltaría más! Pero, debo sincerarme, tenemos un problema. Y ese problema tiene cuatro patas, rabo, color caramelo y mucho pelo. Si, la perra. No tiene dos años y se está haciendo con la cama.

Será cosa de llamar a supernanny, a ver si ella tiene consejos para perros. No es que sea un bebé, pero duerme a los pies de nuestra cama... Hasta que nos dormimos. Una vez dormidas, sube el morro, después una pata, la otra y el cuerpo entero.

En cuanto te descuidas, estás abrazada a la perra, en lugar de a tu amada. Y no es lo mismo. No. Os lo aseguro. En cuanto me descuido, abro los ojos y la perra duerme a mi lado a pierna suelta. Y arrobita en el sofá. La pobre ya cansada de echar a la perra. 

Creo que la perra tiene más paciencia que nosotras. Así que sólo tiene que insistir para ganarnos por cansancio. Espero que, como muchas cosas, sólo sea una etapa (agoreros o realistas que opinen que no es una etapa, que no escriban comentario alguno, que me derrumbo).

Bueno, voy a ver si encuentro la página de Cesar Millán y estudio.

domingo, 23 de junio de 2013

SERIES DE AYER, HOY Y SIEMPRE

Aprovecho que ya he visto este capítulo de "Scandal", para pasarlo en versión original. Es una de las cosas que tiene el fin de semana, poder revisionar capítulos ya vistos... Bueno, vale, eso también lo puedes hacer toda la semana -porque mira que les da por repetir capítulos y temporadas completas-.

Y, la verdad, que no tendría porqué hacerlo, porque hay dos mil series por todos esos canales disponibles. 

Además, los almuerzos del trabajo ya no son como antes. Ahora podemos llegar a ver la misma serie tres personas de ocho. Es complicado hablar todos de la misma serie. Para ello, nos tendríamos que remontar siete años mínimo en nuestra historia. Y no es plan tener todos los días una sesión revival.

Así que, paso. Yo a mis series y el resto a las suyas. Y aprovecho para "hacer oreja". Que puedo tener un nivel decente de vocabulario, pero si lo nombra un auténtico paisano del mundo de habla inglesa no reconozco ni el verbo to be.

¿Vosotras qué series apuntáis en vuestra agenda?


jueves, 20 de junio de 2013

LOS CAMBIOS DE PLANES

Al final hubo semanita de vacaciones. Al final fueron tranquilas, fue la perra, fue a la playa... y poco más se parecieron a los proyectos planeados. Arrobita, la perruja y servidora asentamos nuestras reales, en Biarritz. Y más felices que todas las perdices. Y eso que... no llovió, no... Lo siguiente.

Pero hacía tiempo que no disfrutaba tanto de no hacer nada, vagabundear por pueblos y playas, comer cuando hay hambre y dormir lo que los párpados quieran. ¡Eso es vida! 

Aquí nos podéis ver, en nuestra clase de pelota, en una playa "abarrotada". Nos lo pasamos las tres como las indias. 

Tanto correr para conocer lugares, tanto madrugar en vacaciones, tanto probar comidas, tanto.... estrés, no merece la pena. O, por lo menos, no lo mereció esta vez.

De todas formas, hace tiempo que buscamos eliminar todo el estrés posible de los viajes. Más vale ver poco y bien y mucho y después no recordarlo. Que ya me pasó con esos viajes organizados por doscientos idílicos, interesantes o imprescindibles lugares.

Si hay mucho que ver, pues habrá que echar más días, pero no echar la salud. ¿Vosotras cómo veraneáis? Bueno, vale, reconozco que todavía no consigo estar quieta quince días en una playa, sin otra cosa que hacer que tostarme al sol y mojar el culete en las olas. 

Ahora toca disfrutar del aire acondicionado del trabajo y de la piscina de la urbanización. Que también tienen su aquel. 







sábado, 1 de junio de 2013

PRIMER AMOR

He llegado a la conclusión de que el primer amor está sobrevalorado. Y todo porque somos novatos. Llenos de miedos, iconos, sueños tontos, caricias torpes y mucha tontería.

Yo prefiero, sin lugar a dudas, mi amor de mujer. Mi amor de verdad. Ese que me completa, que me aúpa, que me da fuerza y paz. Prefiero la realidad de un abrazo fuerte y manos sabias.

Regalo el primer amor. Que si, que estuvo bien, que fue el "estreno" de tantas cosas. Pero la experiencia, la riqueza, el color de nuestro amor, no lo cambio por melancolías e idealizaciones.

Quiero mi amor profundo, real y corpóreo. Prefiero mi vida completa, la sonrisa de dos, el silencio que habla, la ausencia que se llena con tu nombre. Me quedo con la insuperable realidad de haber acertado plenamente con mi amor actual.