Como buen sábado por la tarde, estoy tirada en el sofá de casa. Siguiendo de reojo una peli en algún canal de la tele, con Lady Gaga sonando de fondo en una página de internet y mientras escribo esta entrada. También sigo una media conversación por Line, con arrobita que no sabe si salir a servir o poner criada.
Qué quereis sois mujer, puedo hacer muchas cosas a la vez.
En la página anteriormente mencionada, hacen una referencia a los inicios de Sakira, cuando estaba más "carnosa", hablaba castellano y los mariachis poblaban sus actuaciones. Dicen, de Sakira, que era esa época en la que molaba. Y no sólo se dedicaba a adelgazar y hacer dinero en el mundo anglosajón -y, por extensión, en el resto del mundo.
Y, claro, como tenemos tanto en común Sakira y yo, me he preguntado qué es lo mejor: mantenernos fieles a nuestros orígenes o dejarlos atrás. Si es mejor tener unas señas de identidad inamovibles o dejar que la piel nos cambie, como les pasa a las serpientes. Evolucionar o morir.
La verdad es que ni lo uno ni lo otro. Porque si no evolucionas, si no avanzas, puede que sólo signifique que no has aprendido nada, que no has crecido. Pero, si cambias demasiado, puede ser que signifique que eres de carácter débil y que te dejas llevar por los aires externos.
Así que me he puesto en plan examen de conciencia. Por ejemplo, evaluar cómo era hace diez años contra cómo soy el día de hoy...
Pero, ya os dije que estoy tirada en el sofá, atendiendo a varias cosas a la vez. Así que... Dejaremos el examen de conciencia para Semana Santa. Me voy a ser un poco superficial y comprar unas cosillas.