martes, 27 de febrero de 2007

Ser un LAm


Esta mañana me siento rara. Camino, trabajo y río como siempre. Pero estoy rara. No se, últimamente me pasa con frecuencia.
Recuerdos no vividos luchan por poblar los rincones de mi cabeza y me muerden el corazón. Algo, al borde de mi consciencia, pero sin pisarla, dice que me los estoy perdiendo. Y si pregunto "¿Qué me estoy perdiendo?" siento que es una nota musical. Una tras otra.
Una tras otra, se acomodan en un lugar de mi corazón. Aquel que saben que les corresponde por derecho propio. Y todas, muy juntas, muestran una imagen. Una única y conocida imagen.
Y al reconocerla, me sorprendo deseando ser una clave de sol, un la menor chiquito. Para corretear por tu cabeza y tu corazón. Saltar a la comba con una línea del pentagrama. Jugar al escondite en un compás. O acechar burlona a un grupito de alocadas semifusas.
Si fuera una sencilla y maravillosa nota musical, podría escurrirme entre tus dedos, caer en una melodía alegre y pegadiza. Perderme en tu universo musical. Pasear por el jardín de tus sueños. Al que una vez me asomé y jamás olvidaré.
Por un instante, siento que sólo tú me comprendes. Sólo un instante. Después todo desaparece, se desvanece.

Sólo queda la música.
Y lo es todo.

domingo, 25 de febrero de 2007

Rodeada

Me siento rodeada. Acorralada. Desprotegida. Desde hace unos meses manipulan mi realidad. Estoy convencida.
Si no, de qué iba a haber tantos bebés a mi alrededor. Mis vecinos del "A" con la sobrina que fue mami. Mis vecinos del "B" que recién son papis, propiamente dicho. Escucho niños al acostarme. Escucho niños mientras cocino. Mientras me ducho o me lavo los dientes. Independientemente del colegio de en frente, del que sólo era consciente por los coches de los papis.
Mis compañeras de trabajo se embarazan, de una en una o de tres en tres. Y, consecuentemente, al cabo de los meses paren. Y no contentas con ello, me traen a sus criaturas. Y las dejan en mis profesionales manos, mientras se van a visitar al resto de compañeras.
Y mis pacientes acuden con sus carritos y su progenie sonrosada.
Pero no es sólo eso. No, eso no sería tan malo, es que, además, los percibo. Si, si, como habéis leido. Los veo, los escucho, los huelo -metafóricamente hablando, que de la otra ya lo hacía antes-. Me sorprendo a mi misma detectando estas pequeñas criaturas a mi alrededor. Como si se me hubiera conectado el baby-dar. "Las veo", si, si. Espontáneamente, sin que me las señalen, aislen o iluminen para ayudarme a localizarlos. Lo hago yo solita.
Y lo que es peor... si, todavía hay un PEOR. De lo malo lo peor. Me he descubierto sonriéndoles. Mirando y sonriendo. Pensando en que me gustan. Y no, no como antes que ya me gustaban... con patatas.
Aunque a mi, debo reconocerlo, siempre me han gustado las niñas. Me gustan si, de 18 años en adelante. Pero no van por ahí las cosas, que me pierdo, digo pierdo el hilo.
Ahora me desconcierto, al sentir ganas de cogerlos en brazos, hacerles carantoñas. Me tiro al suelo para jugar con ellos. Les soplo en la tripita. Nos sonreimos en son de paz, les hago gracia y ellos a mi.
Me sorprendo pensando en lo que supondría tener descendencia, compartir la maternidad... Uf, me tiemblan las carnes, al imaginar todo lo que viene detrás... Porque cada vez, me gusta más todo ésto.

Bueno, lo dejaré estar. Voy a dar una vuelta, a ver si me da el aire y se me va todo ésto de la cabeza. He quedado en prenatal, que está de rebajas.

jueves, 22 de febrero de 2007

TRAS LA TORMENTA... LA JODIDA CALMA.

Ya pasó.
Ya se fue. Ya no es.
¿Y? Es extraño. Tanto estrés. Tanto afinar, buscar, planear, listar. Tanto borrar, añadir, rezar, maldecir y jurar. Después de convocar, contratar, quedar, despotricar y acordar. Tras acompañar, pensar, divagar, reir y enfadar. Pasado el pintar, recortar, soñar y preveer. Olvidado casi el organizar, colocar, pedir y rogar. Superado el cambiar, tantear, comentar, probar, dudar y repartir. Alejado ya el hilar, compartir, hacer y deshacer. Recordando el recibir, presentar, besar y achuchar. Después qué...
Después de tanto verbo, todo es pasado. Hasta mi tensión arterial es pasado. Todo salvo la sensación de alegría y diversión que nos envolvió. Y ese suave aroma a rosa en la mano...
Veo las fotos y casi no me reconozco en esa lesbomoza más colorada que un centollote. No se si hacía mucho calor o tenía fiebre. El caso es que si que debía estar poniéndome malita, con tanta moza cerca. Malita por no poder cruzar unas palabras con todas. Y quien dice cruzar palabras... no seamos estrictas en los conceptos...
Uf, ya no recuerdo cuando "cerré" una discoteca, como las últimas de Filipinas... Ah no, si que me acuerdo, fue el sábado, jejeje. Y quienes mejor lo recuerdan son mis pies... No, no, mi garganta. ¿Alguien vio mi fenomenal y melodioso chorro de voz? Porque la tengo un poco perjudicada. Que se quedó en la disco y tardó tres días en recuperar la conciencia y volver al hogar.
Ainsss, no se si creerme que tanta mujer, de tan variado origen, respondió al llamamiento de esta pandilla de locas. Unas Taraditas ponen un post sobre una kdada. Y les responden un montón más grande todavía de taraditas de la aldea global.
Y bloquearon los accesos a la villa, en tren, coche, autobús, avión y barco (¿Cómo que no? No me seais puntillosas). Lesbomozas por tierra, mar y aire (y dale con querer quitar el mar), para hacer presentes tan estupendos cuerpos... Que ni la pasarela Cibeles, vamos.
Sois estupendas. Y eso se desparramó por todo el restaurante. Si hasta el maitre, al "contaminarse" de tan buen rollito se quería hacer lesbonetero (los hay despistadillos). Y eso que las mozas no se cortaban mucho entre plato y plato... Porque no me imagino al personal de una rentable y respetable empresa sobándose, abrazándose y besándose como nosotras (si la conoceis, pasarme los datos para enviar mi curriculum, por favor)...
Claro que puede que el mozo, se paseara por la sala en el extraño momento de la conjunción de comensales y platos en sus mesas correspondientes. Fenómeno, por otro lado, bastante extraño y apenas visto por alguna lugareña.
Si que tengo un pero, a los que ya pudierais tener por la disco: ¿Por qué se asombró tanto al verme, la DJ de Escape, a las 6 y pico de la mañana por allí? ¿o se asombraba de verme viva? ¿O despierta? No se, no se, tendré que cambiar mi aspecto o ponerme un piercing, para no asombrar tanto. A fin de cuentas, ella también estaba allí y a mi no me sorprendió.
Pero bueno, ahora el chat tiene cien caras. Y se ha vuelto todavía más familiar si cabe (y no hablo de parejitas, lobas).
Y, por favor, la que se llevó mi voz: o bien que me la devuelve o bien que me lleve entera.
Ahora, como todas sois irresistibles, todas todas, os dejo un pequeño video de la kdada que he montado.


miércoles, 14 de febrero de 2007

Seguimiento nasal

Hoy he releido el blog de mi colega Nubia. Y me he quedado con la copla de que Palencia huele a Channel nº 5, ..., digo a café (hojalá que llueva café en Palencia...). Conozco también cual es la ciudad que huele a galletas (memoria de pez. Os puedo dar mil datos, salvo el nombre).

¿Y por qué me quedé con la copla? Pues porque al volver de recoger mi montadito de la cafetería, he captado la huella olorosa e indeleble de una abuela de la residencia.
Como si de un miembro más del C.S.I. se tratara, he olisqueado el ambiente. He levantado la barbilla un poco para no perder un detalle y he pensado: "P. ya está buena".

Motivos:

- Punto uno: Recibo efluvios a perfume femenino en el ascensor.

- Punto dos: Este efluvio es de gran intensidad (más que intenso, demoledor).

- Punto tres: Se diferencian aromas a no-se-qué árbol, a ignoro-qué-fruta y a no-se-qué otro aroma que intenta ser tapado por los anteriores (y no quiero pensar cuál).

- Punto cuatro: La fragancia persiste con tal intensidad que he comenzado a marearme.

- Punto cinco: Sólo ella es conocida por ese perfume (menos mal). Y ese empeño en gastar un frasco por día.

- Punto seis: Si el intenso aromilla está en el ascensor, es porque P. ha bajado al comerdor general.

- Punto siete: Si baja al comedor es porque ya puede comer normalmente y, por tanto, está buena.

- Punto final: Con una peligrosa limitación de mi equilibrio estático y dinámico, por intoxicación gaseosa, salgo huyendo del ascensor. Eso si, agarrada firmemente a mi montadito de lomo con queso.

Aproveché que estaba recién hecho, para acercarlo a mi nariz y reanimarme con su agradable y digestivo aroma.

Ahora, si alguien sube en ese ascensor, sabrá que P. está ya bien y que yo... ¿será mi rastro el del lomo con queso?

domingo, 11 de febrero de 2007

Pruebas

Bueno, estoy en pruebas con el maravilloso mundo este de cotillear lo que se me pasa por la cabeza.
No tengo ni idea de si lo estoy haciendo bien. Creo que empezaré a ser muy buena amiga de alguna conocida, para que pueda traducirme tantos conceptos nuevos.