sábado, 25 de agosto de 2012

A MI EDAD, BUSCANDO REFERENTES

Ya voy camino de los 43 añitos. soy una estupenda cuarentañera. Nada de cuarentona, que tiene una terrible connotación. Prefiero asimilarme a treintañera o veinteañera, que mola más. Igual que prefiero pasarlo teta, a ser un coñazo. Cambiemos el vocabulario y sus connotaciones.
Pero no iba de eso el post.

Me encuentro a mi edad, buscando iconos, referentes, iguales, gente que admirar o gente con la que me siento identificada.
Y, la verdad, no se si es bueno o malo. Si ya debería considerarme -a mi edad- un referente para alguien. O puede que alguien me busque para sentir que no es única.

Pero esa última visión me resulta mucho más difícil de considerar como real. Además, qué leches, ser un referente tampoco tiene por qué ser maravilloso. Siempre cuidando lo que dices, lo que haces, lo que escribes. Que luego viene twitter y te fríen. Porque la gente, alguna, esperará tus palabras para asimilarlas, criticarlas, apropiarlas o diseccionarlas. Que valorará lo que haces, lo que comes, lo que escuchas... ¡Por Dios, qué cansino!

Decidido, prefiero seguir buscando referentes e iguales.

Y ves que la edad no es nada significante. Profesionalmente busco referentes en gente más joven, que viene empujando fuerte. Y si busco iguales... ¡Qué coño, también! Como dice mi madre, ""En los centros de mayores sólo hay mayores y pegan cosas de mayores. Yo quiero estar con jóvenes y que me peguen su juventud y energía" (mujer lista mi madre, especifica lo que quiere de los jóvenes, por si quieren compartir alguna enfermedad rara. Que ya tiene suficientes).

Pues eso, que a mi edad sigo buscando mi camino. Y no se si es bueno o malo. Pero "es".

jueves, 2 de agosto de 2012

DESIGUALDADES TRAIDAS POR LOS PELOS

Leo un artículo en El País, sobre las desigualdades que se producen en las Olimpiadas. Hablan no sólo de países que por fin traen deportistas mujeres. Hablan de las diferencias de viajar ellos en primera y ellas en turista. De la opinión de la federación de bádminton y la de boxeo, sobre si es mejor que compitan ellas con falda, para diferenciarlas (¿Y los pechos?¿Y las curvas?¿Y las pintas?). 

Pero todo es mucho más fino, no esos trazos gruesos y obvios.
Lees las opiniones y no se si es mejor que la gente no de su opinión bajo pseudónimo. Que tengan las narices (¿Cojones?) de decirlo con nombre y apellidos.

Que ya bastante es con haber hecho diferencia entre hombres y mujeres en los deportes para que puedan ir. Que si el dinero de las federaciones lo ganan las secciones masculinas, etc.
¿A qué jugamos?¿Tan tontos somos?

Si el fútbol femenino tuviera tantos minutos en la tele, partidos, resúmenes, retransmisiones, espacio en los noticiarios, etc. Fijo que también recaudaría bastante. Si los periódicos dedicaran al deporte femenino tantas páginas como al masculino otro gallo cantaría.

Pero debe ser que el deporte, como el brandy, es cosa de hombres.
Y los hijos y la casa cosa de mujeres. Y el trabajo laboral y remunerado de hombres. Sobretodo algunos. 

Pero el problema está en la cabeza de todos. Conozco pocos hombres que, al ser padres, hayan pedido su tiempo de paternidad. Menos aún que hayan pedido la reducción por cuidado de hijos. Y no me vengan con lo de la lactancia, pues ese no es el tema. Ah, cuando uno lo pide, encima se le mira mal, como si fuera a convertirse en una ameba radiactiva.

Todavía veo poco asumido que los hijos, la familia, es cosa de dos. Pues dos son necesarios para formar una pareja. Dos se necesitan (casi siempre) para formar una familia. Porque madres solteras, por decisión consciente y voluntaria no son muchas ni de lejos.

Me sorprende que en la lucha por la vida, contra el aborto, se quiera obligar "sólo" a las mujeres a ver la famosa ecografía de la criatura que se está gestando. Todavía un embarazo no deseado es "cosa de ellas". Si sólo es cosa de ellas, es lógico que se responda con un "Nosotras parimos, nosotras decidimos", pues te dejan a tu responsabilidad la cosa de traer críos al mundo.

Si molesta el eslogan feminista, debería molestar porque ellos no se incluyen en la responsabilidad a todos los niveles. Y me refiero a que, en el trabajo, no pensemos que una mujer no merece el puesto porque después se dará de baja por el parto, por la lactancia, por la cosa de la crianza, etc. Cuando todo es cosa de dos (salvo el parto). Si ella lo hace, es porque le toca. Porque lo contrario es raro. Porque al hombre que lo hace se le mira como si fuera un marciano. Porque está mal visto. Pero también os digo que ellos se lo pierden.

Es la mentalidad cotidiana la que nos traiciona. La que más íntimamente se liga a la discriminación de baja intensidad. A los comentarios, a las no selecciones de personal, a las falsas creencias sobre el absentismo.

Luego dicen algunas despistadas que la igualdad ya existe y que lo demás es querer ser hombres o más que los hombres o que los hombres desaparezcan. Y para nada. Yo quiero lo mío, nada más.