lunes, 11 de agosto de 2008

MADRID EN AGOSTO


Habitualmente, en agosto estoy en Madrid. Y este año no iba a ser menos. ¿La excusa? Fácil: obras en la clínica, obras en casa, que no pensaba salir y, por tanto, mejor me quedo en la clínica currando, la hospitalización/robo, etc. Excusas las que querais.
Pero, pensándolo mejor, no necesito excusas. Me gusta estar en Madrid en agosto. Siempre me ha gustado trabajar en agosto. Quedarme como una rodríguez más -como si no lo fuera el resto del año-.
Pero es que me encanta, chicas, de verdad. Y eso que todas pareceis desaparecer entre los vapores asfálticos.
Me gusta porque llego en dos suspiros al trabajo. Vaya donde vaya, siempre encuentro aparcamiento. Tengo entradas para todo lo que quiera. No tengo que hacer cola en ningún probador -cosa que me da tanta rabia que suelo largarme-. Hace menos calor que en julio. No hay cole -y por tanto, tampoco críos berreando ni coches de sus papis en la puerta de mi casa esperándoles-. Etc.
Madrid parece dormirse. Dejarse llevar por la siesta tan patria. La vida parece ralentizarse un poco. Y yo con ella. Aunque no creais que me resulta fácil ralentizarme. Algunas veces me paso de parsimonia, jejeje. Pero me dura poco (¿verdad arrobita?).
Bueno, mientras vosotras vais y volveis, yo os espero tranquilamente en casa. Para que me conteis vuestras aventuras. Yo os hablaré de robos, hospitales, pintura, obras,..., Y nos reiremos todas a la vuelta.

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