martes, 28 de diciembre de 2021

JUGADORA DE PETANCA, JUGADORA GANADORA

La tarde de petanca tocaba a su fin. Y como siempre un desastre. Carmen recogió sus bolas, las limpió y las guardó "¿Cómo podía haberse dejado engatusar por Lázaro? El zorrillo que luego se fue con Matilde a los viajes del imserso. La dejó inscrita con un mediocre simpático como Román. "¡Cabrón!"

-¡Abuela! - Una voz juvenil gritó algo tan genérico que a punto estuvo de no contestar. Pero algo le hizo girarse.

- ¡Marcos, cariño! - Descubrió que su sobrino venía corriendo hacia ella- ¿Qué haces por aquí?

- Nada, abuela. Pasaba por aquí y recordé tu campeonato de petanca.

Le miró, decía la verdad, pero le había cambiado demasiados pañales como para saber que había algo más.

- ¡Ah, que suerte la mía! - lo dejó correr, ya lo averiguaría - ¡Y qué mala la tuya! - con un mohín añadió- Se ha terminado y hemos perdido ¡Cómo siempre!

- ¡Ey, Carmen!¿Te acerco a casa - un hombre canoso, con un bastón de puño tallado se acercó a la pareja.

- Hola Román - terció Marcos- Hoy la llevo yo ¿Me dejas abuela?¿O pensabas ligar?

-¡Qué dices! Soy muy joven para este abuelo - Tomó del brazo a su nieto, en el justo momento que él miraba por tercera vez hacia atrás - ¿Pasa algo cariño? - quiso saber, mirando también sobre su hombro.

¿Eh? No, no, abuela - carraspeó- Me pareció ver a alguien conocido. Apretando el brazo de Carmen, añadió - Vamos abuela que se hace tarde. Apenas hay gente en el parque.

No había terminado la frase, cuando dos hombres, saltando desde detrás del seto, cogieron a Marcos y empujaron a Carmen contra un árbol.

- ¡Quite abuela! - Dijo el más gordo - Esto no va con usted. Y girándose añadió - ¿Qué pasa chaval? Sin Lorena delante no eres tan valiente - e indicó a su compañero, que agarró al muchacho por detrás - Tengo que darte la vuelta de lo que me diste en la plaza ayer.

- Perdón - Una voz fina entró en la conversación- ¿Quién es esa Lorena, Marcos? - y en tono quejoso añadió- ¿Pero qué fue de Cristina? Esa chica era monísima.

- ¡Abuela, no te metas!

- Eso señora, no se meta que es muy mayor y se le v a romper la cadera- Los dos desconocidos rieron la ocurrencia.

- ¿Cadera? - se enfadó- Si no sabes ni dónde está. Y, para tu información, se me rompió en 1998 - Y sin dar tiempo a reaccionar, lanzó el bastón al aire, lo cogió por el taco y enganchó, con el mango, el pantalón del gordo. Después tiró con fuerza.

Sin saber ni qué estaba pasando, el gordinflón cayó a plomo sobre la espalda. Intentaba reincorporarse, cuando sitió el bastón cruzándole la cara. No sintió nada más.

- ¡Pero! ¿Qué le pasa a la vieja?- preguntó atónito el más grande- ¡Abuela, no quiere hacerle daño- Y se abalanzó hacia ella.

- Ni podrás hacerlo, merluzo -Le respondió la mujer, mientras impactaba con el bastón en la entrepierna - ¡No has vivido lo suficiente - sentenció, mientras en un relampagueante movimiento le golpeaba con la bolsa de las bolas de petanca.

El hombre cayó a pocos metros de su compañero.

-¡Abuela!¿Qué es todo esto?- preguntó el chaval con la boca abierta - ¿Cómo has podido?¿dónde has aprendido?...

- Una mujer debe saber protegerse - y tras recoger sus cosas prosiguió- Déjate de preguntas tontas, muchacho, y responde tu ¿Quiénes son estos gañanes?¿Qué querían?¿De qué les conoces? Y -acercándose a su nieto añadió- ¿Y quién esa Lorena?

Moviendo la bolsa de las bolas finalizó - Sabes que puedo sacarte la información - y le guiñó un ojo.





1 comentario:

Ana María dijo...

¡Vuelve! ¡Necesitamos tu literatura!