miércoles, 31 de julio de 2013

PALABRAS QUE MATAN

Leo con tristeza, sobre la muerte de otro chaval en un instituto de EEUU. Aquí, nos cuentan que ya es el sexto en ese instituto. Si, si, EL SEXTO. ¿Qué puñetas están haciendo para solucionarlo? ¿Tan terrible es que un chaval sea gay?¿Tan horrendo que merece la muerte? Y, claro, como se suicidó, no hay una mano ejecutora... Pero hay una boca... Hay muchas bocas. 

Pero, claro, EEUU queda muy lejos. Y Iowa ni te cuento. ¿O no? A ver, que no deberíamos correr al otro lado del atlántico para ver agresiones homófobas. Tampoco hay que correr a Rusia, con sus leyes homófobas que hacen que estén floreciendo las agresiones a adolescentes gays. Para echarse a temblar si nos vamos para Africa.

Me llena de dolor que jóvenes tengan la capacidad de hundir a otro, de hacerle desear la muerte, de desear su muerte. Me parece terrorífico que otros chavales, otras personas, consideren una grata diversión pegar, insultar y denigrar a otro ser humano POR AMAR.

No puedo imaginar lo que es ir al colegio temiendo que te insulten, que te acorralen unos majaras, de tu edad o poco más mayores. Temer traspasar la verja de tu centro. Del centro donde se forma el futuro. Pero, claro, no todo el problema está en el colegio. Porque esos niños tienen un hogar. Una casa donde no debe respirarse mucho respeto por el hombre, por la diferencia, por los demás. 

Serán círculos, donde la palabra no arropa, no da confianza, no enseña respeto y humanidad. Donde los sinónimos de la justicia se han borrado. Casas donde se pega con la fuerza de la lengua afilada e hiriente. 

Así no vamos a ninguna parte. Sólo al dolor y la muerte.

2 comentarios:

Ana María dijo...

¿A quién coño le importa con quien se acuesta o se levanta alguien?
Lo único que me importa a mí es si el corazón en grande, si es responsable, trabajador, respetuoso con el prójimo, si se esfuerza en lo que hace, si es generoso, divertido, ....
¡Vamos! ¡que me preocupo tanto por esas otras cosas que no tengo tiempo de preocuparme por esa gil****ez!
Si se revisaran más cerebros de imbéciles, se morirían menos 'grandes corazones'.
A los rusos del poder (quiero creen que a los ciudadanos de a pie no les pasa) el vodka les atrofió el cerebro, el cerebelo y hasta el bulbo.
Y algún americano descerebrado todavía no ha dejado de mirarse el ombligo y de decirse 'qué guapo soy y qué tipo tengo' y no le llega bien el riego.
No recuerdo bien una cita, pero dice algo así como que no importa lo que haga una mala persona, sino que preocupa lo que no hagan los buenos... ¡Eso sí me preocupa!

Olga dijo...

Desgraciadamente, Ana, los rusos de a pie opinan muy parecido a sus gobernantes. Y se ven apaleamientos por la calle, subidos a la red. Gente chuleandose con fotos en las que maltratan gays...
Las manifestaciones públicas de igualdad, son rodeadas por una multitud de rusos que insultan y apedrean...
No pinta bonito por aquella tierra... Como por tantas otras.