martes, 17 de septiembre de 2013

EN LA NOCHE ESTRELLADA, TE BUSQUÉ...

Cassiopeia... Y te encontré.

Tras el descanso final de las vacaciones estivales, retomamos las tareas de siempre. Es decir, sacar a pasear a la perra por el pueblo y campito circundante. A ella le viene bien y a mi... También.

Y como me viene bien, pues me llevo el móvil con sus dos millones de Apps, para cualquier urgencia. Como es la de Runkeeper, como medida de autoayuda para caminar, correr, hacer senderismo o lo que se tercie, que el caso es moverse. No vayáis a pensar que llevo el móvil por twitter, Fb, instagram, el correo, o incluso recibir/hacer llamadas (vale, no se lo ha creído nadie, y menos todos los que me siguen en esos foros).

Pero hay una que me encanta (aunque tengo otras tropecientas similares por si me falla ésta) y es Stellarium. Mirar al cielo nocturno y saber que veo. Es algo que me viene de lejos, de las vacaciones familiares en Galicia, en la aldea. 

Por la noche, tras la cena, salíamos a la era y nos descoyuntábamos las cervicales, toda la familia (hermana, padres, primos, tíos...), haciendo un repaso estelar y buscando estrellas fugaces. De aquella época la curiosidad por la vía láctea, la osa mayor, la menor, Venus, Saturno...

Así que ayer, hasta arrobita se preocupó, cuando vio que mi periodo habitual de caminata se alargaba más de lo acostumbrado. Ni que decir que la perra se aburría y me miraba, sentada, con cara de "¿Pero qué haces apuntando con el móvil al cielo?¿No salimos para que yo me pasee, olfatee, haga mis cosas y ladre un poco?".

Un descubrimiento de este año es el cinturón de Orión -si, famoso por la peli-. Y un redescubrimiento es la constelación de Cassiopeia. Diréis que soy una pava, pero me hizo feliz descubrir a Cassi de nuevo en el cielo serrano.

Os animo a mirar al cielo, en una noche despejada cualquiera, y perderos entre las estrellas, jugando a imaginar.




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