martes, 21 de abril de 2009

SEXO EN EL TRABAJO

La verdad es que las pilladas son siempre múltiples y variadas. No que siempre pillen a los mismos en distintas posturas (¡Qué cansancio!), sino que hay un montón de pilladas por ahí pululando. No obstante, hacerlo en el trabajo tiene morbo... pero es muyyyy peligroso. Te juegas mucho. Imagina que te llamaran la "mosquita muerta" o tuvieras muuuuucha fama y te andaran buscando las cosquillas.
La gente es cruel, y más si tienen donde atacarte. Y no te digo más, si te tienen ganas.
Pero bueno, os muestro una de tantos vídeos que pululan por la red y por los correos electrónicos. No quiero ser mosca cojonera, pero tomar nota de lo que no se debe hacer si no se está seguro.
Si teneis la mosca detrás de la oreja, mejor no hagais guarrerías en el curro. Por mucho que la situación se preste a ello. Ya sabeis, la típica escena de película de oficinas, en la sala de la fotocopiadora.
Yo no tengo sala de fotocopiadora, ni trabajo en una oficina. Pero tendré cuidado con lo que me proponen.

La verdad, es que no me veo en esta situación. No se vosotras. Además, si hasta para esto necesitas tiempo. Ese del que apenas dispongo.



DETENER EL TIEMPO O METER SEGUNDOS


Algunas veces, disfruto de un pequeño momento de paz, paseando por Madrid. No muy lejos, por el barrio mismamente. Camino de la tienda para comprar algo de cena. No sucede con frecuencia y menos, si puedo hacerlo con arrobita. Dando una tranquila vuelta.

El caso es que es un pequeño placer, dentro de esta atareada vida que me marco. Y algunas veces pesa. Me gusta mi trabajo, me gusta mucho. No sabéis el orgullo que me entra cuando alguien, que vino con dolores importantes, se va feliz y sano. Pero me roba un montón de tiempo. De la jornada diaria.

Ayer comentábamos que las amistades son las damnificadas de esta situación. Apenas dispones de tiempo. Y si añadimos que nos vamos los fines de semana a nuestro reducto de paz. Pues no queda tiempo para esas cosas tan importantes como la que más. Porque el poco tiempo que te queda has de repartirlo con la familia, la familia política, leer y preparar cosas, hacer compra, arreglar el coche -algo tan propio en mí como respirar... si yo os contara...-. Hacer algo de deporte, quedar con unas amigas, con otras, con las de arrobita... No sería mucho... si no tuviera la manía de dormir también unas cuantas horas.

Si, algunas veces me pregunto si merece la pena el esfuerzo. si lo estamos haciendo bien. Si no estamos perdiendo muchas cosas por el camino... Uf, conjugar dos vidas y llevarlo a buen puerto. Intentaría meter algo más de tiempo a las horas. Pero no a todas. Me conformo con meter más minutos a la franja horaria 21.00-23.00h. y poder quedar con más gente, tomar algo, llegar a casa y cenar tranquilamente. Poder así no dejar la impresión en los demás, de que los diste de lado...

Si, claro, son opciones que elegimos a lo largo de nuestra vida. Pero no porque creas que son acertadas, dejas de ver todo aquello que se va alejando. Que una cosa no quita la otra. Sacrificas algo por algo. Y esperas que la jugada sea la correcta.

Y sin duda alguna, poder disfrutar más de arrobita. Siempre me parece poco -muy poco- el tiempo que pasamos juntas (despiertas, claro).

martes, 14 de abril de 2009

¿HOMOFOBIA EN AMAZONNNNNN? NOOOO QUE VAAAA


A toro pasado, bien es verdad, me he enterado de la jugada -una mala pasada fijo- de Amazon.com.
Así sin dar muchas explicaciones -ninguna, como ha sido un fallo...- desaparecieron los libros de temática LGBT. Curioso, que fueran estos y no los porno, los explícitamente pornográficos de diversa índole -gays o heteros-. Sólo los gays. Los clásicos, los muy vendidos, los que no conoce ni su madre, los rosas tipo Corin Tellado (DEP), con o sin escenas "escabrosas" erótico-festivas ¿Hicieron lo mismo con los violentos?¿Con aquellos que fomentan la discriminación por orientación sexual, sexo, color de piel o religión? Mira que va a ser que no.

Resulta que, al principio, por las protestas de cuatro -fijo que ellos pensaban que no habría ni una, total no nos íbamos a dar cuenta-, dijeron que fue para proteger a sus visitantes. No es que hayan desaparecido literalmente. Sólo los han enviado al cuarto de los tres cerrojos, el de "Sólo adultos". Libros que, por otra parte, también han desaparecido de su ranking. Ese que hace que nos guiemos a la hora de comprar libros en su página. Es decir, yo recomiendo un libro para que la gente lo compre. Porque me gustó el tema, porque me gusta la autora, porque me encanta cómo está escrito, porque me identifico, porque lo escribí yo.... Por lo que sea. Y no aparece porque "Es para adultos". Aunque la escena más fuerte sea un beso y unas sonrisas, con roce de manos bajo el mantel. Pero si recomiendo los posters de Playboy, con estupendas mozas muy muuy ligeritas de ropa -por decir algo-, pues si que salgo. Debe ser que es muuuuucho más edificante leer los pies de foto de dichos posters.
Y para el público de la página -supongo que para el infantil- es muuuucho más interesante ver anatomía humana en estado natural, que ver otras opciones sexuales bien representadas y construidas. No sea que la criatura ande buscando que "lo suyo" no es una anormalidad y lo encuentre. No, a ese mejor no protegerle. Mejor le damos buenos ejemplos y literatura que "corrija" el problema.
No esperaban que pasara ésto. Que no sólo protestaran "los raros". Mira por donde, los otros, los protegidos en edad adulta -con su visa, su american express y demás- que no son "raritos", también han protestado. Obviamente no todos. Algunos dicen que no es homofobia, que no es eso, hombreporfavor. Que siempre estamos viendo fobias donde sólo hay decisiones libres dentro de una empresa privada.
Porque, si es para proteger, deberían retirar los homófobos -ya, ya, si es que no existen...-, los violentos, los mal escritos, los pornográficos -atlas de anatomía incluidos-, los que exaltan los radicalismos, los que exortan a operarse porque la perfección pasa por el quirófano y la escasez de kilos, los que van a favor de la evolución y los creacionistas, los que justifican la violencia de género -que los hay-... ¡¡MENUDA LIMPIA EN LOS LISTADOS!!
Así que, lo que al principio fue un cambio realizado voluntariamente por álguien -una mano anónima-, para protegernos (y, por tanto, conocido y apoyado por la propia empresa), se ha transformado en un fallo. Un glitch (¿?). Un glitch un pelín homofóbico -que noooo, que no existe eso y que no hay ningun interés oculto, ni presión, ni nada de nada- pero sólo eso un fallo técnico.

Creo que ya está corregido. Pero leer lo que se ha escrito, te hace ver cuánto queda todavía por trabajar, por conseguir, por luchar.

lunes, 13 de abril de 2009

SANTA SEMANA SANTA

¡Cómo necesitaba estos días de vacaciones! Aunque haya estado de mudanza, nos nevara y nos tragáramos una caravanita de nada.

Pero es que una se está volviendo un poco paisana, un poco de pueblo. Y lo añora, como si fuera de allí mismo -y con tres generaciones de paisanos y paisanas en la familia ¡Faltaría más!-. Así que poco importa que el hogar sea de alquiler, es nuestro hogar.

(A que estaba bonita la calle el viernes)

Y hemos disfrutado de la chimenea, de la nieve y de los vecinos. Que hay que confraternizar y mezclarse con los autóctonos.

La semana empieza a ser un periodo entre visita y visita al pueblo. Un tedioso periodo de espera. Supongo que al que le gusta el campo me comprenderá perfectamente. Y aquella que no sabe vivir en un lugar donde no hay metro, pues tendrá los ojos como platos y se alejará del teclado, por si es contagioso.

Es que a mi se me veía venir de pequeña -en edad me refiero-. Subiéndome a los árboles y comiendo allí mismo cerezas o peras. Ordeñando vaquitas, recogiendo huevos o cuidando cerdos (ya sabéis, jamones en potencia). Me encantaba ser la única de mi clase que sabía ordeñar, o que había ayudado en el parto de una vaca. Mientras otras compañeras de clase -mirándome con cierto horror-, me intentaban colar las vacaciones en el hotel, chalet u hotelito de la playa mediterránea. No, para nada me dieron envidia. Además, siempre íbamos a la playa. Un día en el océano atlántico y el mediterráneo siempre te parecerá una bañerita tibia.
Pues eso, que estoy encantada de pasar unos días en el pueblo, con arrobita y el chucho de mi hermana -que creo que ya tenemos la tutela compartida-. Con los paisanos, que ya nos empiezan a saludar.

viernes, 3 de abril de 2009

RICOS Y RICOS QUE ENVIDIO

De siempre, los ricos son aquellos que tienen más dinero. Los que poseen cuentas corrientes con bastantes ceros, bastantes más que la mía. Y, obviamente en el lado correcto de la coma de los decimales.

Pero también hay otro tipo de ricos. Los ricos en tiempo. Aquellos que disponen de tiempo para hacer cosas agradables, que les gustan. Si, si que hay de los que tienen tiempo porque tienen mucho dinero. Es decir, ricos x 2. Pero me refiero a los que tienen dinero suficiente. Y tiempo para disfrutar de él. No es que estén podridos de dinero, pero tampoco hacen cuentas y cuentas y cuentas a partir del 15 de mes.

Los que disponen de tiempo para hacer cosas que todos incluimos en el apartado “Si tuviera tiempo, haría…” No hace falta que sean actividades costosas, tener tres personal training, o un barco privado para salir a navegar. Hablo de tiempo para hacer un curso –no relacionado con tu actividad laboral-, para patearte siempre que quieras El Retiro. Tiempo para sentarte ante un puzzle de 1000 piezas… y hacerlo. Para caminar todos los días 1 hora. Leer el periódico sin mirar el reloj de reojo. Para leer a diestro y siniestro. Para quedar con un montón de gente y hablar por los codos y reir y volver a quedar…

Tiempo, ese que no nos espera, que no podemos guardar, que no se acumula salvo a nuestras espaldas. Y sin embargo, seguro que podemos emplear mejor, más a nuestro gusto.

Últimamente, me planteo mucho eso de cómo gestionar el tiempo para “rentabilizarlo”. Pero rentabilizarlo en beneficio propio y personal, claro. Si lo planifico bien, también tendré tiempo para los “si tuviera tiempo haría…” Porque creo que, en muchos casos, es falta de organización. Por lo menos en mi caso. Tengo un problema a la hora de la gestión y la planificación. Y le estoy dando vueltas a la cabeza. Y leyendo a ratos –uyssss soy un poco rica- sobre el tema. Meditando como ganar para mi lo que pierdo por las costuras de mi vida.

Porque quiero tiempo para quedar con todas las amistades que tengo alejadas. Para el puzzle que tengo en el pueblo. Para los libros que compré y sólo olisqueé. Quiero ir al campo con mi arrobita -ahora que ha vuelto-. Para volar juntas la cometa. Quiero mañanas de periódico y tostada con tomate. Quiero tiempo para pequeñas escapadas. Quiero tiempo para jugar al padel y aprender de una vez. Tiempo para escribir. Para la caligrafía. Para descubrir cosas…

Quiero tiempo.

Conoce el verdadero valor del tiempo:
Cógelo y disfruta cada momento de él.
Philip Dormir stanhope
Lord Chesterfield

miércoles, 1 de abril de 2009

EN SU AUSENCIA


Hola a todas, desde el más atareado de los mundos paralelos, este estatus trabajandis permanentis.

Ayer arrobita se plantó en París, no para hacer las américas -obviamente, continúa en Europa-, sino para currar un poco turísticamente. Que no es lo mismo que te den la paliza del curro en Ciudad Lineal, que arreglar entuertos de tus compañeros, bajo la sombra de Notre-Dame. Ya te digo.

Sin embargo, os hablo como damnificada. Como esposa de emigrante. Como envidiosa vecina que se queda aquí, mientras los vecinos se van con los puntos del móvil a no-se-que-playa. O similar.

Realmente lo que se siente es extraño. Si, la verdad es que no hemos estado mucho separadas. Desde que nos conocemos, salvo un breve periodo inicial en el que nos caíamos mal -cositas del destino-, nos hemos movido como los bancos de peces. Una al lado de la otra, de aquí para allá, allí y allá.

Y ahora estoy sola. Ya, ya, no me voy a poner tremenda. Pero es que esta noche tuve frío. Esta mañana me di cuenta de que la almohada no me abrazó en toda la noche. Y al besarla y darle los buenos días, quedó muda y seca. No hubo sonrisa, ni un movimiento rápido para apropiarse de la cama cuando me levanté. Y no desayuné pidiendo un cachito de periódico.

Los gatos parecen un poco más asilvestrados, como sabiendo que hay menos jefas en casa.

Ayer decía que no pasaba nada, que podía perfectamente irme a casa, sin que notara su ausencia. Pero me encontré invitando a mi madre y mi hermana a unas raciones por no cenar sola.

La verdad es que la echo de menos...