viernes, 5 de junio de 2009

AFILADORRR


Hoy, cuando iba a una paciente a domicilio, escuché un soniquete lejanamente familiar. No porque fuera casi inaudible. Tampoco porque fuera de tierras lejanas. No era de dudosa familiaridad. Sino porque se alejaba en la lista de recuerdos.

Un silbido de tonos ascendentes y descendentes. Corto y repetido cada X tiempo.

Si... El Afilador.

Este afilador del siglo XXI, iba con su ciclomotor. Cogido por los cuernos. Caminando lentamente por la acera. Con boina y todo. Curiosamente, caminaba por las calles que pueblan los recuerdos de mi infancia. Mi antiguo barrio. Por un momento, no sabía si él era el anacronismo o el resto del mundo estábamos fuera de lugar.

Caminaba despacio, como si el mundo no corriera a tanta velocidad. Hasta su ropa estaba levemente fuera de tiempo.

Era curioso.

Porque lo que consiguió, a ritmo de silbido, fue lanzarme a recuerdos de infancia. Asociaciones que el corazón o el cerebro hilaron y muy fino.

Me colgó una sonrisa, para toda la tarde.

1 comentario:

marga dijo...

esas experiencias son fortísimos disparadores de recuerdos...