viernes, 9 de marzo de 2007

De hadas y dragoncillas

La verdad, es que estoy que no estoy. Releo mi último post y sonrío. No podía haber cambiado todo de un manera más rápida y radical.
La vida, eso que suele pasar mientras nos empeñamos en dejarla escapar, me brinda nuevas oportunidades. Soy afortunada. Este presente, que pienso aprovechar, es un dulce bollito. Un suave y timido pastel.
Tomaré todo el tiempo del mundo en crear un mundo para dos.
Una hada se ha sentado en mi hombro y me mira medio burlona. Porque, no os lo he contado, pero creo en las hadas. Creo en ellas y ellas en mi, que es todavía más importante. Existen por doquier. Os invito a que cambieis la mirada y las busqueis entre nosotras. Porque son especiales, únicas.
Como los dragones y las dragonas. De estas últimas no he leido mucho. Pero me consta que también existen. Por lo menos una dragoncilla, que me ha secuestrado como si de una damisela se tratara. Y claro, una -aconsejada por su hada particular- se ha dejado secuestrar. Encantada de ello que estoy.
Ya se, ya se, no estaís acostumbradas a verme así. Pero ¡Qué le voy a hacer! es mi vena romántica que tengo inflamada.
Os dejo un documental que demuestra, con fotos, que las hadas existen. Es más, he descubierto que la mía sale. Todo un primer plano. La veo en mi hombro, sonrojarse. Es un encanto.
Venga, a descubrir la vuestra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Claro que las hadas existen, nena, como las meigas. Y sí, seguro que hay una ahí afuera sentada sobre su ... flor... esperandote, timida y pacientemente.La mia hace tiempo se transformó en dragona, (que tambien existen los dragones, faltaria más), pero esa transformación ha sido conjunta por lo que yo soy ahora su dragón consorte y, mira tú, tan felices las dos. Lo mismo te deseamos a ti, jamía nuestra.