lunes, 26 de enero de 2015

FRIO

Despertó bruscamente. Un ruido seco la disparó hacia delante. Fue el libro al caer libre de su regazo. Lo recogió y volvió a tumbarse en el sofá. Por el techo se escapaba silenciosamente la luz del atardecer en el ático. Sintió frío. Alargó la mano y recogió la manta desde los pies. Sin darse cuenta, se arrebujó bajo su suave tacto. 
El frío se estaba instalando en ella, arañando sus huesos. Había llegado el invierno a su cuerpo. Ella se había ido y se llevó consigo el calor y la luz. 
Recordó la mayor de sus torpezas, la había dejado marchar. Recordó el momento, cerrando la puerta. Las palabras se quedaron a este lado del pomo de la puerta. 
Hacia ¿cuánto? Un millón de años. 

4 comentarios:

Ana María dijo...

Mi pequeña gran poeta! Así, ¡hasta me gusta el frío!

Olga dijo...

Ya se que te gusta el frío...

Anónimo dijo...

¡Hola Olga! Me gusta tu estilo de escribir ¿has escrito algún libro? ¿tienes facebook? Saludos desde Venezuela.

Olga dijo...

Hola, anónimo,
Gracias por pasarte por mi blog. Por ahora escribo aquí y en mi Facebook. Bueno, tengo otro blog. Pero es profesional, soy fisioterapeuta: http://uncafeconlafisio.blogspot.com.es
Si termino el libro, fijo que te enterarás por ellos. Jejeje, aviso, la cosa va despacio.
Saludos.