jueves, 7 de mayo de 2009

CUANDO CIERRAN UN TROCITO DE TI


No, no os preocupeis. No me han taponado por ninguna parte.

Ayer pasé por delante de un comercio de mi barrio de la infancia y lo vi cerrado. Y me entró una extraña tristeza. Recordé el pasado. Me acordé de mi, siendo una personita de corta edad, entrando y comprando. Y me di cuenta que se me borraba la cara del matrimonio mayor (¿mayor? Puede que mi recuerdo sea de cuando tenían 40 años, los que casi tengo ahora) que lo regentaba.

Y mi mente se escapó a los locales de mi infancia. La panadería, la tiendecita de chuches, la lechería (con aquellas bolsas de leche). Y el bar de la esquina, con las botellas con taponcillos de plástico. Y ¿Qué había antes de la joyería, que estaba antes de la mercería, que estaba antes de la tienda de deportes? ah si, la tienda de arevalillo. Que no se por qué recuerdo los saquitos de garbanzos. Y unos cuantos garbanzos correteando por el suelo.

Y me cuesta reconocer que esos recuerdos están ahí y forman parte de quien soy.

Y con la crisis, hasta los quintos comercios, iniciados en aquellos locales, han echado el cierre. Sólo parecen sobrevivir los "chinitos" como les llama mi madre.

2 comentarios:

Unknown dijo...

No hace mucho, mientras paseaba por mi pueblo (a camino de convertirse en ciudad, por desgracia), recordaba con un amigo los desaparecidos locales que nos habien visto crecer. Tiendas de chucherias que te cuadraban el cambio con caramelos, supermercados de barrio que vendian las legumbres a granel y la verdura olia a verdura, la vieja barberia del barbero que no envejecia nunca, la ferreteria que te vendia el tornillo y la tuerca única y precisa que necesitabas.. en fin, locales donde nos conocian por el nombre y que nos preguntaban por toda la familia antes de despacharnos, locales que conociamos a los vendedores porque eran nuestros vecinos y bailaban en las fiestas con nosotros, locales con olor y manchas de humedad en las paredes, locales donde te sentabas tranquilamente mientras esperabas tu turno comiendo un trozo de pan que te habia regalado la panadera...
Pero, no se si es morriña o que me hago viejo, no se si es el progreso o la globalizacion, el avance hacia atras o el viaje hacia un vertiginoso futuro..
No se, quiza las nuevas generaciones no tengan tiempo a explicarnos sus batallitas de juventud, porque antes de poder tenerlas en sus manos, muchas cosas de hoyen dia ya nacen obsoletas..
No se...

Olga dijo...

La verdad es que tampoco se si es porque siento que el tiempo corre que se las pela, o porque veo que cada vez tengo más historia que contar -como una abuela batallitas-.
Espero que todos tengas historias contables y entrañables. Pueblan un pasado que te hace sonreir.