Hoy nos desayunamos con los nuevos cambios en educación. Aquellos que dotarán los centros de material informático nuevo, con su buen apoyo técnico. Aquellos que crearán bibliotecas estupendas. Cambios que obligan a tener un buen número de profesores de apoyo, que estimula la creatividad en profesores y alumnos.
Cambios que fomentan la participación activa de todas las partes. Afortunadamente cambian, para facilitar el acceso a la formación a todos los que deben formarse. Cambios que estimularán el diálogo, la formación del carácter y el criterio, los que enseñan a hablar y no a darse leches. Cambios que afrontan con seriedad la diversidad, los problemas de la vida, etc. Va a ser la leche...
¡Ah, no! Que lo importante es que no se pongan temas "delicados" sobre la mesa. Nada de sexo, nada de mariquitas, bolleras y travestidos. Nada de aborto, nada de temas que "compliquen" la buena conciencia.
Total, ya que estaba todo pasado, como el agua que no mueve molino. Vamos a tocar las narices un poquito, para satisfacer a un grupito.
Los colegios seguirán sin profesores de apoyo. Los ordenadores serán prehistóricos, sin apoyo técnico suficiente. Los chavales con necesidades especiales, seguirán más perdidos que una lagartija en un crucero.
Los profes, que me consta que echan horas fuera de las clases (¿Cuándo creen que preparan las clases, corrigen exámenes, se reúnen con familias y claustros, etc?), tendrán que hacer malabares para que los más rezagados no se descuelguen de la clase y los que van bien no vean que pierden el tiempo.
Los alumnos del siglo XXI, estudiarán en una formación del siglo pasado.
Los padres seguirán pensando que las clases, el trabajo y conciliar todo es imposible. Y echarán la culpa a los profes que también lo sufren.
El caso es no buscar el punto de encuentro de todos. Que si que existe. Sólo hay que querer buscarlo. Y menos prisas por imponer cambios, o "correctivos" a lo que los demás hicieron previamente.
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