domingo, 12 de febrero de 2012

LA CULPA FUE DEL CHA-CHA-CHÁ

Leo con estupor ciertos artículos y entradas de blogs, hablando sobre los españoles que se han ido fuera. Españoles que se han ido tras ver lo bien que les va a los que salen en españoles, madrileños, gallegos, vallecanos o quien toque, por el mundo.

No me lo puedo creer.

¿De verdad se puede echar la culpa de la mala situación de esas personas, en los países del norte de Europa, a la imagen que da el programa de turno?

Es como si voy a un país de Africa y me quejo de que hay edificios, gente en traje normal, con trabajo, coches, teles y demás. Porque los documentales de las dos me han mostrado sólo tribus con casas de ramitas, leones, bichos enormes y pájaros fornicando en lo alto de una rama.

O que me crea que todo en Marbella es oro y ríos de buen vino, porque salgan cuatro ricos en sus casotas.    Es más, si yo soy fisioterapeuta y la chica que sale en el reportaje dice que es supermegaejecutiva de coordinación de cursos de entrenamiento en negociación de grandes contratos entre multinacionales ¿Qué me hace pensar que su suerte va a ser igual que la mía, si no trabajamos en nada que de lejos se parezca?

Si pienso en largarme para ese país, pues tendré que pensar en el idioma, en cómo está mi profesión allí, en lo que debo llevar para subsistir mientras gano mi primer sueldo, dónde vivir, a ser posible establecer contactos desde aquí, visitar la embajada, etc.

Ya en la página de españoles en el mundo, nos informan que la visión de esos españoles es una excusa para mostrar, desde nuestro punto de vista, las características de ese país. No se, yo lo entiendo más como un documental de esos países, pero de una manera cercana a mi. 

Creo que muchas veces, sacamos los pies del tiesto. Echar la culpa a unos documentales es un poco excesivo. Quizá haya más de poca previsión e información, de ninguna idea de planificación, y un mucho de frustración, indignación y desesperación a puñados.



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