Seguimos con el proceso de acogida. Y eso quiere decir que hubo una "siguiente" reunión. Esta vez tocó con la psicóloga.
Por muy simpática que se muestre, por muy inofensivas que sean las preguntas, siempre recuerdas que te están evaluando. Como si estuvieras optando a un puesto de trabajo. Intentas que el reflejo que das sea el correcto y con la iluminación adecuada. Todas queremos aparecer más bonitas en las fotos. No se trata de mentir, que no es para nada una opción, sino de presentar tu mejor lado.
A parte del motivo de esta entrevista -de unas casi tres horas-, no puedo negar que te ayudan a conocerte un poco más. Y a tu pareja.
Y hablar en voz alta de ti, esa obligación a buscar las palabras correctas, hace que vuelvas a examinarte. A buscar en tu interior. A responder preguntas que ni te habías planteado. No es el típico a dónde vamos y de dónde venimos. Pero es bueno y más si es con tu pareja al lado. Además, la tercera persona no te conoce y, por tanto, no da nada por sentado. Lo que hace que pregunte cosas que tienes que volver a verbalizar.
Al salir, te llevas la extraña sensación de haber dado cien pasos hacia el final. Y las rodillas te tiemblan un poco. Para las que acogemos, esto debe ser como el embarazo ¿no? Al final de todas las reuniones y charlas tendremos uno más en la familia. Pero desconcierta tener sólo este michelín y no la criatura gestándose.
Otra vez toca esperar. Otra vez mirar de reojo durante días el móvil.
2 comentarios:
Recién te descubro, hacía tiempo que me seguías pero bueno... Se me pasó mirar todo tu perfil. Hasta que hoy, con tu comentario sobre los cambios de la vida, llegué a este post.
Felicitaciones por la decisión, por esa generosidad, por la perseverancia y el aguante ante tantos trámites, y ante tantas reflexiones obligadas sobre vosotros. Y muchos éxitos. Un abrazo
No te preocupes, las ocasiones son caminos del destino para cruzar vidas ajenas. Y ya llegó nuestra ocasión. Bienvenida a mi rincón.
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