Tengo 44 años (si, para bien y para mal). Echo la vista atrás y veo muchas cosas en la agenda. Unas me gustan y otras no tanto. Recuerdos que hacen reír y otros que hacen llorar. Tengo cicatrices en el cuerpo, en el ama y en el corazón. Recuerdo fotos, excursiones, trabajos y celebraciones. Tardes de lluvia y siestas en la piscina. Tengo soledades y compañías. Lágrimas y risas.
Todo lo doy por bueno. Todo menos cuando me dejé llevar. Cuando no fui fiel a mi misma.
No me malinterpreteis. Muchas veces me ha dado igual. Puede que me gustaran todas las opciones. Playa o montaña, norte o sur, en tu casa o en la mía. No hablo de esas ocasiones.
Hablo de las otras. Esas en las que callé, en las que mi opinión me guardé. Aquella vez y la otra, y la otra y la otra, en las que hice lo que los demás decidieron, lo que "hay que hacer". Cuando hice las cosas "Como Dios manda". Mientras veía como mi ánimo se encogía o cómo un instante de felicidad se alejaba.
Soy mujer. Soy frágil y fuerte. Soy clara a ratos y un marasmo de dudas al siguiente. Soy alegre, justa, un poco más solitaria de lo que pensaba… Y muchas cosas más.
Y quiero seguir siendo yo.
Así que si. Cambié la plancha por un largo paseo por el campo. Hay un zapatilla viuda en una esquina del salón. Si quiero escribir puedo hacerlo en cuaderno o en la red. No tengo la casa puesta para las visitas. No tengo un salón para lucir y quizá las cortinas no terminan de cuadrar. El maletero del coche está desordenado, pero me lleva a la nieve, al golf o al rastro.
Lo reconozco, algún calcetín no está emparejado y los bajos de algún pantalón se quedaron un poco "de aquella manera". Busco trabajar como me gusta (dentro de cómo me dejan) y en lo que me gusta. No suelo mantener amistades que no siento como tales. No quiero mentir, así que ojito cuando me pidas opinión -aunque ahora puedo ser más diplomática-.
Quiero vivir como me gusta a mí. Que puede que sea como Dios manda, o no. No tengo que estar en guerra con todos los demás, sólo quiero cancha y respeto.
7 comentarios:
Tú eres tú misma y lo haces como nadir!!!!
Sigue siendo tú!
Gracias. Tú me padeces tanto cuando soy y cuando me despisto. Ya tienes mérito.
Y punto....Me parece sincera contigo misma y los demás.
Pepa, gracias por pasarte por aquí.
He de reconocer que una cosa es decirlo y otra conseguirlo siempre.
Pero el ponerlo por escrito y abrirlo a todos, me hace un poco más responsable del camino a tomar.
Un saludo.
Gilipuallá vuelve...
Nada hay más liberador que dejar de sentirse culpable por no responder a las expectativas ajenas que un día acabamos asumiendo como propias. A fin de cuentas, sólo nos queda la vida que construimos a partir de cada decisión que tomamos.
Un abrazo.
Hola frantic, muy acertadas tus palabras.
Publicar un comentario