Hay gente y gente. Eso lo sabemos todos. Y nosotros mismos podemos ser de uno y de otro grupo. Depende de la persona que nos clasifique y del momento en que lo haga -momento suyo y nuestro, que todos tenemos unos diiitas que ¡ole!-.
Bueno, hablemos de personas y no de "gente" que suena muy impersonal. Además, cuanto más general más podemos tender a generalizar -que, por otra parte, es lo que pienso hacer en esta entrada-.
Iba diciendo que hay personas y personas. Las hay que te hacen la vida imposible. Amargadas, envidiosas, trepas, falsas, egoístas (seguro que ya estáis poniendo cara a algunos epítetos). No es que sean "malas-malosas", que tengo la suerte de no haberme cruzado con asesinos y demás despreciables seres. Hablo de estas personas que se mueven entre nosotros pero nos fastidian el día, la semana, el trabajo o las clases. Si, son unas cuantas. Pero hasta aquí las palabras que les voy a dedicar. Esta entrada no es para ellas.
Porque hay otras personas que ¡Qué personas! De esas que da gusto tener cerca. Personas con las que te alegras de cruzar hasta un saludo matinal. Esas si que nos interesan. Personas que te sonríen de lejos. Que tienen siempre una palabra positiva, que te levantan una jornada aburrida o mala. Personas que te ayudan a sacar lo mejor de ti, pasando por alto lo demás. Personas que buscas con la mirada cuando llegas al mismo lugar.
También hay personas con las que conectas inmediatamente. Pueden llegar a ser tus mejores amigos o no. Pero siempre estás a gusto, hay complicidad. Personas con las que parece que puedes hablar de todo. Puede que durante un tiempo se tornen importantes para ti, para ese momento o para el futuro. Puede que te ayuden con tu pasado y desaparezcan. Puede que te abran el futuro y se queden.
Hay personas a las que les llegas con un problema… Y ellos te plantan delante una solución, un camino paralelo o un chiste para llevarlo con paciencia. Te ayudan a ver lo bueno, el mejor camino, el que realmente merece la pena. Personas que son parte de la solución y no del problema.
Esas personas son joyas ambulantes. Da gusto rodearse de ellas. Aportan luz y energía. Dan paz y sanan. A ver, a ver, fijo que ya tenéis un nombre en los labios -pobre de ti si no se te ocurre uno- ¿No? Venga, calmar el ánimo, dejar la mala leche. Respirar hondo y expulsar con el aire el enfado y el cabreo con el mundo. Fijo que una persona de estas está cerca.
Hay personas así entre nosotros. En la vida 1.0 y en la 2.0. Porque en todas partes hay personas. Son iguales en carne y hueso que detrás de un tuit. Son auténticas. Si ves una, no la dejes escapar, comparte un café y disfruta.
2 comentarios:
Siiiiii. Yo tengo a una muy cerca, justo, justo delante de mis ojos, a través de una líneas llenas de palabras sencillas, claras y verdaderas... ¡y encima comparto sangre! Sabe dar la palabra exacta, la colleja a tiempo, la palmadita necesaria o la bronca oportuna. ¡Hasta me deja achucharla de vez en cuando!
Gracias por ser de esa gente.
Besos.
Ainsss hermanita. Sólo recibes en función de lo que me has dado.
Me alegra que tu también estés en el grupo de "personas" en el que yo también estoy.
Un abrazo.
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