Hace un par de días, mientras paseaba mi linda perra, me detuve en un descampado cercano a un garaje abandonado. En lo alto del mismo, había unas chicas -y algún chico- jugando. Lo poco que pude ver no me sorprendió, dos chicas bailando abrazadas ¿Cuántas no lo hemos hecho en la infancia? Hacíamos todos los papeles, con la mayor de las naturalidades.
Pero lo sorprendente fue escuchar retazos de su conversación. Era una "bollohistoria" o "tortirromance", eso siempre dicho por ellas. Perplejita me quedé. ¿Ahora también se juega a las bollo-relaciones? No podía dilucidar la edad de los presentes -apenas si podía ver un brazo, un par de troncos,..-, pero sentí curiosidad.
Quizá las nuevas generaciones -las que están por venir- realmente no tengan problema con jugar con esa orientación como una más. Igual que se empiezan a ver personajes gays en los videojuegos.
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