¿Quién no ha tenido uno de esos días en los que mandaría a todos a tomar por c***? Porque los hay y muchos. Abres la prensa, la web o la radio y ahí están los dueños del populismo. Hartita me tienen con sus palabras envenenadas, sus mentiras, sus falsas bondades, sus miradas por encima del hombro.
No siendo la mayoría, se las componen para parecer la voz de todos. Cuando nada hay más alejado de la realidad.
Si, hablo de la iglesia y del estado. Para variar. Esas mentes bienpensantes -según ellos-, que nos quieren organizar bonitas hogueras de San Juan y dorarnos a fuego lento.
En su momento fui chica de parroquia. Llegué a la confirmación, estuve en cáritas, fui catequista, me fui de campamentos y ejercicios espirituales. Conservo amigos de aquella época, muy buenos amigos.
Cosas del pasado.
Como toda gran empresa, las corrientes que ostentan el poder, ahogan las nuevas líneas de orientación. Ahogan las voces que hablan de igualdad, de derechos, de no discriminación. Porque supone enfrentar sus miedos, cambios radicales de estructuras mentales. Porque implica "corregir" las ideas de aquellos que los sustentan económicamente. Y, claro, esas son palabras mayores. Que no está el mundo para ponerse del lado del pobre, del que no tiene recursos para mantenerlos.
Mis amigos, mi familia, varios curas, monjas, catequistas, etc que conozco, no opinan igual. No me estigmatizan por estar casada con una mujer. Recuerdan aquello que me enseñaron y que tanto me gusta "amar al prójimo". El amplio y profundo contenido de la palabra amar.
Son los mismos que están al lado del pobre, de la igualdad, de la lucha por los derechos civiles y humanos. Son los que luchan día a día por "amar" a pie de calle, por ser un ejemplo para sus hijos, parejas, amigos y vecinos. Aquellos que realmente son la base de la iglesia. Los que merecen la pena.
Algunos también se alejaron de la iglesia como institución, por las mismas cosas que yo. Salvo por lo de ser heteros.
Ellos si merecen la pena. Pero no tienen un micro, un púlpito, para decirle al mundo que me quieren y punto. Que les parece horroroso montar una manifestación por la ley de matrimonios homosexuales (allá nosotros si también lo queremos) y no se montan tiendas de campaña en cualquier altar, para defender la dignidad del pobre, del emigrante, de la madre soltera, del enfermo, del transexual, del niño abandonado, de la mujer maltratada, etc.
Bueno, también es verdad que la prensa prefiere un titular homófobo que uno que se posicione a favor de los africanos que luchan por la vida y se vienen en una patera -si mueren por el camino ya es otra cosa, si es noticia-.
No es sólo que no ayuden con sus comentarios, sus diatribas desde los púlpitos de poder, es el daño que hacen. Si no puedes ayudar a mejorar la situación actual ¡Cállate!
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