martes, 29 de marzo de 2011

A VUELTAS CON LOS CACHARRITOS DE COCINA

Al terminar mi jornada, me he dejado caer por el super. El viejo placer de pasear por sus pasillos medio vacíos. Sin tener que pelearte por un buen manojo de zanahorias. He recolectado pocas cosas, tenía ya los platos elegidos en la cabeza. Según todos, cosa vital para hacer la compra como corresponde y no como piden los ojos.

Aunque a mi los ojitos se me iban detrás de la lubina, los quesos, los puerros, los tomates, las especias, la pasta fresca, etc. Y no creo que eso sea malo. Lo malo es que casi no comemos en casa y se echa todo a perder, si te descuidas.
He vuelto con mis cosas del trabajo, la bolsa de la compra y unos puerros a modo de hermoso ramo de flores.
He saludado a los gatos y, tras cambiarme -dato importante para mantener la ropa en un nivel medianamente ponible- y me he regalado una linda banda sonora "Half the perfect world" de Madeleine Peyroux. A un volumen "majo", para poder disfrutar en la cocina de su compañía.
Con todos estos datos y ya lista, a golpe de saxo, me he metido a trastear en la cocina, con una sonrisa en la boca y el reloj olvidado en alguna parte.
Me he acordado de una de esas insignes mujeres que pueblan nuestra tele. Una de las que sale en "casadas con Miami" o en Miami o así. Ella decía que la gente se sorprendía de que cocinara "teniendo tanto dinero" y ella respondía que justo por eso, cocinar para ella era un lujo.
Coincido con ella. Así que ya sólo me falta ser asquerosamente rica, para ser como ella (y medio metro de altura, por lo que vi).
Si, si, ya se que con las prisas, normalmente no se puede uno dedicar con tranquilidad al placer de la cocina. Pero cuando se puede, es un gustazo.
Me relaja, me aisla, me carga las pilas.
Todo un lujo y en Madrid.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Perfecto, es la mejor terapia gustar de cocinar y disfrutar del resultado, sabe mejor.
Despues sentados en la mesa a esperar que tu regalo tome la primera porción para observar la satisfacción de ser gustado.

Olga dijo...

Sip, que guste lo que has cocinado con ilusión, alegría y dedicación es un magnífico premio. Te quedas en suspenso los segundos que tardan en valorar el primer bocado. Después se te ilumina la cara de felicidad. Descubres que tu esfuerzo fue acertado.

Unknown dijo...

je, je... a veces algun fracasillo se cubre con un fino velo para no desanimar, pero es el contrato de la pareja, hoy por ti mañana por mi, al final el esfuerzo y el cariño es lo que cuenta, salud!