La vida, algunas veces -o todas que no soy tan sabia como para discernirlo-, tiene sus propias ideas para la tuya en concreto.
Tú haces planes, apuestas por un futuro personal, laboral, social o todo junto. Y va la vida y cambia la partida, o el juego. Aunque te deja las mismas cartas. Y ¡ALA! ahí estás tú, con cara de idiota y sin saber si tienes que hacer tríos, envidar o cantar las cuarenta.
Así estoy yo.
A principios de verano andaba planeando campañas publicitarias, lanzar nuevos proyectos en la clínica, folletos, pps, entrevistas aquí y allá. Con vistas a comerme el mundo en septiembre.
Pues no. A los dos parpadeos, me encontré con todos los trastos metidos en un trastero, con una camilla portátil y mis manos. ¿Qué pasó? Nada importante. Me quedé sin local y sin todos los proyectos.
Tras unos días de desconcierto y sin dejar de hacer lo que se -arreglar gente-, hemos vuelto a encarrilar las cosas. Eso si, en una dirección completamente distinta. O no. A fin de cuentas, son nuevos proyectos, nuevos planes, nuevas realidades.
Afortunadamente arrobita siempre está con un ojo en su ordenador y otro en mis proyectos. A la distancia justa, sin darme de lado, ni avasallarme. Ya veis la suerte que tengo.
El caso es que ahora, para que negarlo, estoy bastante a gusto. Me gusta el cambio. Me ha dado una buena bocanada de aire. Y cosas que había aparcado han vuelto.
Así que, supongo, que la vida ha cambiado la partida, y con mis cartas me ha favorecido.
Así que puedo decir que he vuelto a muchas cosas. Y esto significa, que disfruto más.
6 comentarios:
Pues nada esta escrito y la corriente puede cambiar de dirección si encuentra un simple grano de arena en su camino para anegar áridas tierras. La suerte es no descocertarse lo suficiente y no poder salir a flote y si se consigue retomar la corriente y volver a abrir los ojos el camino, aunque diferente, será mas placentero. Los cambios siempre són en diferentes escalas y por multitud de factores traumáticos. Si despues se convierten en placenteros la victoria puede estar asegurada hasta... el próximo cambio.
Ya no se si la vida es un cúmulo de casualidades o de cambios. O de ambas cosas.
Bien es verdad que, hasta en la vida más rutinaria y plana, nos pasamos la vida haciendo elecciones. Café o colacao, carne o pesacado. Bus o metro...
Pero no siempre somos conscientes de ellos. Y tampoco creo que haya que ser muy transcendente con el tema. Elegimos, porque podemos.
Pero si que hay que estar ágiles para adaptarnos, para subirnos a la nueva ola.
Parece que esta vez si que lo estuve.
Me alegro mucho por tí!
Los cambios siempre son buenos, positivos, a corto plazo no lo vemos, pero a largo sí.
Mucha suerte!!!
Los cambios son buenos, en mayor o menor media, siempre vienen bien. Sólo que algunas veces te vienen sin darte cuenta y de sopetón.
Pero ahí estamos guardando el tipo.
Gracias guapa.
Me alegra que tus cambios, aunque inesperados y a traición, te hayan traido alegría..¡Esa es mi niña!
Pillemos una buena corriente y a disfrutar.
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