Como todas recordareis, hace unos días -parece una eternidad, con lo que corre la información- hubo una gran cumbre en Copenhague. Como recordareis no sirvió para nada. Realmente qué se hizo, pues más de lo mismo. Como todas sabéis, los discursos fueron estupendos, los trajes monísimos y la cena maravillosa. Pero poco más.
Todas les teles, las revistas políticas, alguna de las otras, los periódicos y tertulias se hicieron eco de una de las protestas que rodearon aquella cumbre. Juan López de Uralde y Nora Christiansen se hicieron pasar como representantes de la reconocida república de Greenpeace. Y Christian Schmutz era su seguridad personal, con su pinganillo colgando de la oreja y todo. Una vez en la afamada alfombra roja que todo evento ha de tener, desplegaron dos pancartitas. Y se podía leer "Politicians talk, leaders ACT". Como todo el mundo sabe, eso es un gran atentado. Desplegar esas pancartas puede ser la causa de la muerte de cientos de personas, puede contaminar aguas, puede hacer que el sol se acerque y nos churrusque, puede dejar estéril a todo el que lo lea, o puede sacar los colores a los políticos allí presentes... Es lógico, por tanto, que se les trate como a terroristas. A ellos y a Joris Thijssen que detuvieron con posterioridad.
Porque eso es lo que están haciendo. Y, por colarse en las escaleras rojas, por poner en evidencia a la policía danesa, por recordar a los líderes mundiales su obligación, están en prisión preventiva. Es decir, incomunicados, aislados y sin fecha de juicio.
Pero ¿Qué es lo que les jode?
¿Que se colaran?¿Que dijeran que no están haciendo nada?¿Que pusieran sobre el tapete que iba a ser un fracaso?¿Qué?
Por todo el "terror mundial que sembraron", no pueden ver a la familia, ni salir de la cárcel, ni verse entre ellos -más allá de 1 hora-.
Y todo eso en el país modélico. En el ejemplo de las civilizaciones. En el país de la Sirenita. Allí también la policía se pasa tres pueblos. La justicia cambia las cosas para permitirlo.
Mientras, los que no hicieron nada -y eso es lo malo- volvieron a sus países y abrazaron a sus hijos y a sus parejas. Mientras, una mujer a punto de dar a luz, no puede ver a su marido.
Menos mal que no es una república bananera. Porque a estas horas, podrían estar siendo torturados. Afortunadamente, es Europa. El ejemplo para todos.
No hago nada por cambiar las cosas... Pero ¡No me lo restreguéis por la cara! Eso dan a entender todos los países allí presentes.
2 comentarios:
Mañana, en Madrid, hay una vigilia por l@s cuatro activistas, frente a la Embajada de Dinamarca (Serrano, 26) de 19,00 a 20,00. Pásate, si puedes, y pásalo.
Menos mal que estamos en democracia...
La falacia reunida jamas serà vencida, toda la puesta en escena para resdtregarnos por la cara que no van a hacer nada de nuevo... hasta que sea tarde, claro...
No vamos muy bien, nada bien...
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