lunes, 4 de enero de 2010

CUALQUIER MOMENTO ES BUENO

Ayer, o uno de estos primeros días del año, hicieron una encuesta en la tele. Preguntaban si la gente hace o no lista de buenos propósitos para el nuevo año. Sorprendentemente, para mí, fue que la mayoría respondió que no.

Me imaginaba a la mayoría de la población mundial -sólo a la parte que tiene sus necesidades vitales cubiertas y que brinda por el año nuevo- repitiendo al unísono "Este año voy a..." o similares enunciados.

Este es tan buen momento - o tan malo, según se mire-, como otro cualquiera. Pero ¿Qué malo tiene el 12 de febrero, el 7 de abril o el 15 de octubre? Pues nada, claro. De hecho, seguro que hemos enunciado algún buen propósito en alguno de los 365 días del año. Aunque sin brindis.

Pero los buenos propósitos gustan más de fechas concretas: Año nuevo, nuestro cumpleaños, inicio de vacaciones o principio de curso escolar (o vuelta al curro en la versión adulta no docente).

Son fechas que, de una u otra manera, cierran ciclos -y, por tanto, abren otro-. Al ser fechas concretas presentimos que tenemos un plazo para cumplir con nosotras mismas. Si, la misma fecha el año siguiente, si no ponemos otra. Pues no hay nada peor para un plan, un propósito o deseo, que no tener fecha de finalización. Se perderá en la voracidad del día a día.

Y, como yo caigo en estas costumbres, ahí van mis buenos propósitos:


  • Enamorar cada día a mi arrobita.
  • Hacer ejercicio, mínimo 3 días a la semana (wii active, bici, senderismo).
  • Mantener el orden conseguido en el hogar (y mira que me va a costar).
  • Decir "Te quiero" con más frecuencia ( a los que quiero, claro).
  • Quedar de cañas con las amistades con más frecuencia (por lo menos quedar...).
  • Meterme de lleno con la fotografía (no sólo hacer tres millones de fotos).

Bueno, no está nada mal. Me voy a ponerlos en práctica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, este año cuando tomé las uvas, un poco lejillos de mi tierra, decidimos todos escribir en un papel aquellas cosas que no habían funcionado en el 2009 y en otro las que deseabamos para el 2010. El primer papel lo quemamos y el segundo cada uno lo guardo donde mejor quiso.
Ayer abrí un cajón y me encontré con el dichoso papelito.
Mis tres deseos son muy sencillos y a la vez dos de ellos utopías.
1. Qué Dios conserve a mi lado a mi Cleíño muchos años más.
2. Qué encuentre quien me quiera de verdad...se llame como se llame
3. Que todos los que están peor que yo, en cualquier ámbito de la vida, encuentren eso que buscan.
Sé que las dos últimas peticiones son utopias, pero sigo creyendo en los milagros.
Biquiños spinnaker