En algunos momentos, me da por parar -si, algunas veces puedo parar- y mirar a mi alrededor. Y veo lo que hago, lo que tengo, lo que soy. O me interrogo sobre ello. Y también veo cosas que perdí o que dejé a un lado, incluso cosas que nunca llegué a realizar. No son proyectos, pero puede que lo fueran. Que tuvieran esa función antaño. Pero ahora yacen, con una fina capa de polvo, por los rincones de mi memoria, mi corazón o mi casa.
¿Qué fue de fulanita o zutanito?¿Por qué ya no sabemos nada la una de la otra?¿Dónde está aquel libro sobre dibujo?¿Y todos los bártulos de caligrafía?¿Dónde quedaron mis rutas en bici?¿Y la lectura en general, por el placer de leer?¿Dónde duerme mi colección de numismática?
No sólo son cosas, objetos inanimados que aspiraron a centrar nuestra atención durante algunos minutos al día. También están los planes de futuro que poco a poco se fueron maquillando, operando o creciendo, transformándose en cosas totalmente distintas.
Las personas de tu vida, pues unas veces llegan y se quedan para siempre. Otras se sientan un rato a la vera de tu vida. Charlan, miran contigo al mundo, toman algo y después se levantan y continúan por caminos que los alejan de ti. Y nunca sabes exactamente si han de volver, si debes dejarlos marchar porque nunca vinieron para quedarse o si deberías correr tras ellos.
Realmente, hay cosas que no has de retomar. Porque ya no eres la misma. O proyectos que no tenían ni pies ni cabeza -realmente no eran proyectos-.
Hay aficiones que permanecen tranquilas en su lugar. Saben que volverás a ellas. Porque se saben con un lugar en tu corazón y en tu cabeza.
Hay proyectos que aparcaste porque no había llegado su momento. Y no los desechas porque se esbozaron para ser realidad. Para cumplirse.
Hay gente que va y viene. Amigos de siempre y de un momento. Y algunos no vuelven porque nunca se fueron. Otros se van porque nunca llegaron a quedarse del todo.
Pero, esas cosas, aficiones, ideas, amigos, que has de retomar ¿Cómo se retoman? ¿Cómo haces para crear un espacio nuevo a esas aficiones?
Porque las cosas que se dejan a medias, son difíciles de recuperar. Cuesta dar el primer paso. Es lo que se dice. Pero también cuesta el retomar lo que se paró.
No es raro, piensa en cuando dejaste de ir a natación por un problema puntual de trabajo y ya no volviste.
O cuando dejaste de hablar con una amiga/conocida y poco a poco, aunque con cierta melancolía, no la puedes llamar porque no sabes exactamente qué contar.
Y esos planes que crees que ya no casan con tu vida actual.
Todo puede ser que no debas retomarlo. Puede que lo que tengas que hacer es una limpieza en profundidad, para dejar paso a lo nuevo.
Porque no todas las cosas viejas son antiguedades.
No todos los amigos han de seguir tu mismo camino. No todas la aficiones son para todas las edades, ni todos los proyectos han de seguir siéndolo.
Hay que abrir la mano. La brisa se llevará lo que ya no pesa para nosotros y se quedará lo que debemos de retomar, retocar, reiniciar... Pero ya.
6 comentarios:
Las cosas que estan escondidas y un dia las encuentras por casualidad son recuerdos. Te evocan a su épooca y te impregnan de olores que no recordabas. Una vez recordado ya se puede dejar en su sitio.
Cuando vas a buscar por tu propia voluntad ese recuerdo, entonces no es un simple recuerdo sino un proyecto que por diferentes razones tuvieste que abandonar. Es el momento de retomarlo si te sientes con fuerza y lo deseas de verdad, porque yo no te puedo decir que proyecto has de recuperar, ni mucho menos, pero lo que te puedo decir con toda seguridad, es que nunca es tarde para recuperar un antiguo proyecto, aficion, ilusion o amigo.
La vida esta llena de cruces que al final se unen en el mismo lugar, a veces por casualidad, a veces por propia voluntad, esos cruces se separan y un dia se vuelven a encontrar para poder volver a continuar. La direccion en que lo hagan es parte de tu propia voluntad.
Gracias!!
Me ha venido genial leerte! Llevas toda la razón del mundo!
Hay que hacer limpieza y tirar piedras de la mochila!
Esas que están al fondo y empiezan a pesar.
Has definido también lo que es Septiembre para mí.
Sabias palabras sí.
Manu tienes razón. Algunas veces las cosas vuelven a ti, por un arte extraño. Y entonces ves qu es ahora cuando estás preparado para hacer determinadas cosas o dar el siguiente paso.
Y hay gente con la que te cruzas de manera múltiple, pero no sigues un camino paralelo. Van y vienen. O lo haces tú en su vida. Y eso no les da menos caché. Los ríos que son subterráneos durante un tiempo, no son menos río.
Ra, es muy sano hacer limpieza. Los lastres no son nada bueno. Sólo valen para ser soltados. Si no hacemos hueco en el armario, no nos entrará la ropita de la nueva temporada.
Hay que saber desprenderse de las cosas. Les damos demasiado poder en nuestras vidas.
¿Será porque es septiembre? Llevo unos días dando vueltas a este mismo asunto y todo porque es lo que hago cada vez que necesito hacer limpieza general y no sólo en el sentido material de la palabra.
¿Por qué un día necesitamos desprendernos de lo que siempre prometimos guardar? ¿Cuál fue el momento en que dejamos de desear aquello que parecía la razón de nuestra vida? ¿En qué punto de la carretera decidimos tomar ese desvío que no viene en los mapas?
Me gusta pensar que todo se debe a que la vida, tal como se define, es algo dinámico, que nunca se estanca, que siempre evoluciona... Pero, a veces, miro a mi alrededor y me cuesta reconocerme dentro del espacio que ocupo. Es entonces cuando necesito limpiar de matojos el camino para saber dónde estoy.
Un beso.
Frantic
En el momento en el que algo parece la razón de nuesgtra vida, es eso, un momento. Un tiempo después, puede que lo sea o puede que no. Por lo que no debe lastar nuestro futuro. Cuando llega el momento de desprenderse hay que hacerlo. Dejar hueco para todo lo bueno que está por llegar.
Si no lo hacemos, no evolucionamos.
Encantada de verte por aquí, compañera.
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