Aquí teneis al pequeño de la casa. Y como todo pequeño es un torbellino y un revoltoso.
Arrobita, hoy casi tiene que salir corriendo con él al veterinario. Si es que... quién le mandará. Bueno, supongo que sus instintos.
Estaba arrobita, tranquilamente en el salón, currando un poquito, mientras le oía trasteando por la cocina. Empezó a escuchar un golpeteo de lata. Primero más lento y después más rápido y extraño. Pensaba que estaria jugando con alguna cosa que hubiera previa y convenientemente tirado. Pero tanto tintineo le empezó a mosquear. Así que se levantó y fue a la cocina.
Para sorpresa suya, el pobre Hércules, andaba dando tumbos por la cocina, con la cabeza metida en una de las latas de comida fresca de una conocida marca de alimentos para mininos. Lata que, por cierto, estaba en la bolsa de la basura, la última vez que se le habia visto.
Pero el enano, tiene especial predilección por destrozar las bolsas de basura que huelen a lavanda y cosas similares. Y ya de paso, echa un vistazo a lo que vamos tirando -no sea que no reciclemos convenientemente-.
Le faltó tiempo, cuando olisqueó restos de comidita fina. Y para allá que mandó la lengua, el morro, las orejas y hasta parte del cuello.
Afortunadamente, pudo sacarle la cabeza de la lata y llevarlo al baño para su correspondiente paso por el agua.
Ayssss este hijo nuestro.
2 comentarios:
qué belleza, se parece a nuestro chipi... que no ha hecho todavía semejante travesura pero que lo intenta...
salu2!
Pues chipi será un encanto de minino. jejejej.
Darle tiempo, ya vereis como alguna monta...
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