Que noooo, que no le estoy faltando al respeto a mi arrobita ¡Faltaría más! Pero, debo sincerarme, tenemos un problema. Y ese problema tiene cuatro patas, rabo, color caramelo y mucho pelo. Si, la perra. No tiene dos años y se está haciendo con la cama.
Será cosa de llamar a supernanny, a ver si ella tiene consejos para perros. No es que sea un bebé, pero duerme a los pies de nuestra cama... Hasta que nos dormimos. Una vez dormidas, sube el morro, después una pata, la otra y el cuerpo entero.
En cuanto te descuidas, estás abrazada a la perra, en lugar de a tu amada. Y no es lo mismo. No. Os lo aseguro. En cuanto me descuido, abro los ojos y la perra duerme a mi lado a pierna suelta. Y arrobita en el sofá. La pobre ya cansada de echar a la perra.
Creo que la perra tiene más paciencia que nosotras. Así que sólo tiene que insistir para ganarnos por cansancio. Espero que, como muchas cosas, sólo sea una etapa (agoreros o realistas que opinen que no es una etapa, que no escriban comentario alguno, que me derrumbo).
Bueno, voy a ver si encuentro la página de Cesar Millán y estudio.
1 comentario:
Míralo por el lado bueno: siempre tienes a alguien a quien abrazar...
Un saludo.
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