
De toda la vida de Dios, las chicas nos tocamos. Nos tocamos y mucho. Entre nosotras -de hacerlo a una misma ya hablaremos otro día-.
La que no esté con esta afirmación que levante la mano. Lo hemos hecho de pequeñas, de jóvenes y de mayores. No tenemos miedo al contacto, a la malainterpretación, a la confusión. Sencillamente, si hay que tocarse, se toca y punto.
Que si me duele aquí, que si que tengo allá, que si mira que pecho tan bonito me hace este sujetador. Que si anda-ven-que-te-achucho-un-poco, etc.
Hace unos meses, en una cena de amigas, una contó que se había "puesto tetas". Y era la mujer más feliz del planeta. Estaba encantada consigo misma. Era algo pendiente desde la maternidad. Todas estábamos encantadas, todas miramos sin ninguna discreción a su escote y sonreímos.

La protagonista preguntó "¿Quereis verlas?". Ni que decir que salimos todas corriendo al baño de señoras y nos encerramos a ver y tocar. Señoras, como crías, riendo en el baño.
Y ya está. Sin ningún problema volvimos a la mesa y hablamos de quirófanos, recuperaciones y costes. Para después pasar a la ensalada.
En el curro, nos tomamos del brazo, del talle, del hombro. Nos achuchamos, nos besamos, nos abrazamos, por la vida.
Y no es malo.

No entiendo que cada vez nos rocemos menos, contactemos menos. Y la verdad, somos más infelices. Tendríamos que hacer que se lo mirara esta sociedad actual, cada vez más aséptica, más esterilizada, más impoluta. Y por tanto, más vacía, más fría, más sola.
Parece que cada vez es más sospechoso tocarse, rozarse. Es injusto. Se transmite tanto. ¿Y todo por?¿Por que piensen que eres una blanda o sentimental? ¿Que eres lesbiana?¿Y?
De todas maneras, yo lo soy y nadie esquiva abrazos, achuchones, o sobeteos. Porque la intención es clara. Yo soy clara. Ahí radica el tema.
Además, si existe una intención que a ti no te va, lo aclaras y punto. Que no se va a caer el mundo por dar calabazas o aclarar una situación.
En mi trabajo, se toca mucho a los abuelos. Corrijo: se les lava, se les seca, se les peina, se les viste. Pero "tocar" puede que pasen días. Porque el matiz está en la intención, en la emotividad, en lo que quieres que la otra persona sienta. Y es tan necesario como las proteínas.