Estos días nos congratulamos todos, por lo conseguido en Nueva York. Por fin, un bastión, un guía, un estado insignia entre los estados americanos, ha votado a favor de los matrimonios entre personas homosexuales. ¡Ole por ellos!
Y escribo corriendo y emocionada a una amiga, preguntando por la fecha de su boda, para comprar los billetes baratos -que la crisis es la crisis-. Estos americanos, siempre tan modernos, tan liberales, tan a años luz de nosotros.
Y lo escribo desde el ordenador contiguo al de mi esposa. Que trastea con el suyo, muy concentrada en su trabajo. En el salón de nuestra casa. La que compartimos desde unos meses antes de casarnos. Porque hace ya más de tres años que me casé con mi mujer. Con la persona que me ama, me apoya, me necesita, me anima a ser mejor y hacer más cosas, etc.
Lo escribo desde la rutina de la vida diaria. Lo escribo desde la experiencia de hablar orgullosa de mi mujer, a quién me quiera oír. Normalizando la vida que me hace tan feliz.
Lo escribo desde Europa, desde un país, que algunos ven, de toros y pandereta.
Lo vivo en un país, que otros europeos creen que es atrasado y poco moderno.
Pero aquí puedo vivir con mi familia, con mi mujer. Y compartir la crisis, las penas familiares, las consultas médicas, las familias políticas, etc. Puedo ir con ella a la Puerta del Sol y acampar.
En este país, que incluso nosotros, tan poco dados a decir cosas bonitas de nuestro propio país, denostamos con más frecuencia de lo que deberíamos.
Queda todavía mucho por conseguir, a todos los niveles, pero de eso se trata. Arrimar el hombro y corresponsabilizarnos de dar un paso más en todos los ámbitos de la vida. No esperar a que otros lo hagan por nosotros.
Porque aquí ocurren muchas cosas, y muchas de éstas son buenas.
4 comentarios:
No sé por qué, en España siempre ha parecido mejor lo de fuera que lo de dentro. Si decías que era algo que te habías comprado en Nueva York, todos pensaban ¡Qué bueno tiene que ser! Si decías que era producto español, rápidamente se asociaba con "chapuzas".
Esto debería cambiar.
Besos
Poco a poco, cambia. Y es cada uno el que debe empezar por su casa a cambiar ese concepto.
Quizá cierto complejo de inferioridad.
Me revienta esa actitud.
Muy lindo tu post. Felicidades, por ese ánimo tan positivo y por los logros que habéis conseguido. Un abrazo :)
Gracias por tus palabras Julieta. No sólo lo hemos conseguido nosotros. Creo que, cuando se consigue algo de igualdad para una minoría, toda la sociedad se beneficia.
Creo que es cuestión de que todos veamos las diferencias, los menosprecios, las agresiones, la violencia, contra una minoría como el problema de la mayoría.
Sólo así se solucionan.
Un beso Julieta.
Publicar un comentario