Hace unos días, arrobita y yo nos plantamos en uno de los mil centro comerciales que hay en madrid. De esos que tienen aire acondicionado. Nosotras fuimos a ver unos libros, claaaaro. Y, ya que estábamos allí, nos quedamos a cenar.
Como estamos en plan sano-sano, nos acercamos a uno de esos locales de ensaladas y buffet libre.
Cenar allí fue una tarea complicada. Había hora feliz (comen dos, pagas 1 menú) y eso atrae mucha gente. No había cubiertos, bueno sólo cuchillos. Los recipientes del buffet de ensaladas daban ganas de llorar de lo vacíos que estaban. Apenas había sitio. Y colas inmensas para los segundos, las bebidas, los postres...
Mientras esperaba a mi diligente arrobita, que iba y venía como una hormiguita, pude ver sómo somos realmente. Descubrí que a la gente le encanta la verdura. Fíjate, quién nos lo iba a contar. Los platos salían rebosantes de lechuguita, germen de soja, tomatitos, patatas, pepinillos, piña, aceitunas, huevo, zanahoria, canónigos, rúcula, lechuca, cebolla, salsa cesar, algo parecido a arroz inflado y demás.
Da gusto ver lo sanos que nos hemos vuelto.
Pero después veías una cola inmensa y malhumorada, para los segundos. Pero no para todos. Resulta que no somos tan sanos. Los platos de lechuguita languidecían a un lado de la mesa, mientras se ansiaba pillar un trozo de pizza. Porque el pollo y la pasta no tenían cola, llegabas y te servías. Pero las pizzas tenían retraso -como los aviones-. La gente volvía a la mesa renegando con la espera. Pero aluciné, una parejita que había a mi lado (si no recuerdo mal, una parejita son dos) habían cogido 7 porciones de pizza. Y encima se quejaban, que si estaba fatal, que si se te quitaban las ganas (menos mal!!!),...
Resulta que nos llevamos toda la verdura, como si fuéramos a la guerra en segundos. Pero no la probamos. Y nos ponemos hasta las cejas de pizza. No es que repitamos es que nos ponemos hasta las cejas y volvemos.
Después nos quejamos de que no hay de nada, que vaya "mierda" de restaurante, que si no hay género...
Joer!!! Si es que somos unos "gumias". Arrasamos con todo. Nada de elegir con mesura y repetir si nos quedamos con hambre. Nooooo. Eso de tener que volver a levantarnos no va con nosotros.
Una pena, realmente.
Menos mal que somos una sociedad avanzada, civilizada y que tiene buenos hábitos en la mesa y somos educados...
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