Bueno, pues, como dice la canción "me voy a Nueva York..." Allí que nos fuimos. Que una no se va muchas veces de luna de miel. Y ambas teniamos ganas de volver a la islita.
Qué deciros de NY que no sepais. No busqueis casco antiguo y calles angostas, estrechas y antañonas. Nos movimos de Central Park hacia abajo.... Como era de esperar, claro. Y eso significa grandes avenidas, grandes edificios y grandes hombretones -jodó que grandotes eran algunos-.
El hotel, que nos tocó buscar con lupa por la red, era cómodo, bien situado, aunque de habitaciones diminutas... Pero para dormir, tampoco necesitas mucho más. Y menos en la luna de miel. Así que nos gustó mucho. Porque teníamos la 5ª avenida a un paso, Central Park a dos, La boca de metro en la esquina... qué más podemos pedir por lo que pagamos.
Andar andamos un montón. Imaginar que no gastamos ni un bonometro. Empezábamos a andar y "total, está ahí al lado". Y nos ibamos caminando. Cuando llegábamos "al lado", pues resulta que no-se-qué estaba también "ahí al lado" y de "al lado" a "al lado", parecíamos peregrinas haciendo el Camino de Santiago por las calles de Nueva York.
En una guia de Nueva York, explicaba cómo parecer un auténtico Neoyorkino. Entre otras cosas decía que, allí, todos van muy deprisa -¿aquí no?- y que tenías que ir corriendo para parecer neoyorkino... Y yo me digo, con lo que nos ha costado el viaje, para qué quiero parecer de allí. ¡¡Coñiooooo!! que se note que estoy de turismo, mientras todos van corriendo a sus curros. No es que me fuera a poner las chancletas y los pantalones de cuadraditos horteras, pero que se note que yo PASEO.
Dadas las fechas en las que nos plantificamos allí, nos vimos inmersas en el disfraz. Disfraz conjugado con la vida laboral. Así, esta simpática peluquera, ataviada tan sencilla, a la par que coqueta y elegante, arreglaba los pelos de la usuaria -supongo que para una fiesta de las muchas que ese día se celebrarían-. Aunque los "taconazos" no le combinaban muy bien... Pero nadie es perfecto. Nosotras también nos disfrazamos... De turistas. Que si que era un disfraz. A ver ¿Cuándo me recordais de vacaciones? ¿O de grandes periodos de tiempo libre? ¿O paseando lentamente? Pues eso. Además, dos cámaras, una guia de Nueva York, un minidiccionario, un plano de metro que desplegábamos en toda su extensión, otro de la ciudad, la mochila y las bolsas de las compras. Si no es un buen disfraz ya me direis.
Qué deciros de NY que no sepais. No busqueis casco antiguo y calles angostas, estrechas y antañonas. Nos movimos de Central Park hacia abajo.... Como era de esperar, claro. Y eso significa grandes avenidas, grandes edificios y grandes hombretones -jodó que grandotes eran algunos-.
El hotel, que nos tocó buscar con lupa por la red, era cómodo, bien situado, aunque de habitaciones diminutas... Pero para dormir, tampoco necesitas mucho más. Y menos en la luna de miel. Así que nos gustó mucho. Porque teníamos la 5ª avenida a un paso, Central Park a dos, La boca de metro en la esquina... qué más podemos pedir por lo que pagamos.
Andar andamos un montón. Imaginar que no gastamos ni un bonometro. Empezábamos a andar y "total, está ahí al lado". Y nos ibamos caminando. Cuando llegábamos "al lado", pues resulta que no-se-qué estaba también "ahí al lado" y de "al lado" a "al lado", parecíamos peregrinas haciendo el Camino de Santiago por las calles de Nueva York.
En una guia de Nueva York, explicaba cómo parecer un auténtico Neoyorkino. Entre otras cosas decía que, allí, todos van muy deprisa -¿aquí no?- y que tenías que ir corriendo para parecer neoyorkino... Y yo me digo, con lo que nos ha costado el viaje, para qué quiero parecer de allí. ¡¡Coñiooooo!! que se note que estoy de turismo, mientras todos van corriendo a sus curros. No es que me fuera a poner las chancletas y los pantalones de cuadraditos horteras, pero que se note que yo PASEO.
Dadas las fechas en las que nos plantificamos allí, nos vimos inmersas en el disfraz. Disfraz conjugado con la vida laboral. Así, esta simpática peluquera, ataviada tan sencilla, a la par que coqueta y elegante, arreglaba los pelos de la usuaria -supongo que para una fiesta de las muchas que ese día se celebrarían-. Aunque los "taconazos" no le combinaban muy bien... Pero nadie es perfecto. Nosotras también nos disfrazamos... De turistas. Que si que era un disfraz. A ver ¿Cuándo me recordais de vacaciones? ¿O de grandes periodos de tiempo libre? ¿O paseando lentamente? Pues eso. Además, dos cámaras, una guia de Nueva York, un minidiccionario, un plano de metro que desplegábamos en toda su extensión, otro de la ciudad, la mochila y las bolsas de las compras. Si no es un buen disfraz ya me direis.
Por la noche, como nos habían indicado que era todo un evento neoyorkino, nos fuimos a disfrutar del desfile. Que, principalmente consiste en que medio NY desfila disfrazado y el otro medio le ve pasar, también disfrazado. Lo que me parece es que les falló un poco la organización. Porque estuvimos al lado de dos carrozas esperando y no se movían. Porque nos dijo la policía que era el principio del desfile. Y, después de estar ya un poco heladas, mosqueadas y aburridas, nos enteramos de que el desfile era un poco más adelante. Pues nada, para otro año.
Ni qué decir, que los pies han sido los grandes sacrificados de esta luna de miel. Porque hemos visitado el Metropolitan, el Empire State, el Moma, la zona cero -de obras intensas -, el puente de Brooklyn -en toda su extensión- la zona financiera -creo que sólo quedó una calle por patear, chinatown, soho, tribeca, battery park, ... Y de calles y avenidas ya ni os cuento.
Pero he de reconocer que he sentido debilidad. Una debilidad arquitectónica. Al ver las fotos, he descubierto cierta fijación. Proporcionalmente, le he hecho un book al edificio Crysler. Que si de lejos, que si de cerca. Que si ahora la gárgola, que si después desde el Empire state. Que si la foto artística del reflejo en un edificio acristalado...
Me lo he pasado muy bien. disfrutando de tanto tiempo con mi arrobita. 24 horas que nos sabían a gloria. Sólo pienso en cuando repetir unas vacaciones junto a ella. Aunque sea en la ribera del Alberche en bañador y chancletas... incluso si es necesario me pongo el pantalón de cuadradito horteras. Todo por estar con ella.
2 comentarios:
Desde luego que nos lo pasamos muy bien , y es que estar contigo es muy facil
Ays, no pienso más que en repetir momentos como los pasados.
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