Ultimamente me estoy poniendo las pilas en campos de mi vida un tanto olvidados. Y la cocina es uno más. Ni el más importante, ni el más pequeño. Sólo unos más.
No es que fuera una experta de la leche, pero si que pasé momentos muy entretenidos en la cocina. Siguiendo recetas o adaptándolas, que de todo hubo.

Con tanto trabajar, una se olvida de las cosas importantes. De las pequeñas cosas que dan alegría a la vida. Ya sabéis que ando muy catárquica, o revisionista. Bueno tampoco me lo planteo. Lo estoy y punto.
El caso es que poco a poco voy dedicando ratillos al tema. Que si probando con la sopa harira, que si pan, que si pisto. Madre, tenía oxidada esa parte del cerebro.
Y estoy disfrutando de lo lindo.
¿Habeis retomado viejas costumbres, habilidades, hobbys o similares? Es un gustazo. Disfruto escapándome al mercado y buscando ingredientes y condimentos. Paseando entre carnes, harinas y yogures. Después hay que encontrar el tiempo suficiente. Pero si hay que encontrarlo se encuentra.
No llegaré a los extremos de Julia, en "Julie & Julia". No tengo la intención de hacerme las 1080 recetas de cocina de Simone Ortega. Ni las que toque de Arguiñano. Faltaría más.
Se trata de disfrutar. Y eso si que lo hago. Hasta con los bocadillos.
¡A comer!